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“No somos de la primera línea”: encapuchados que protestaron en la Catedral Primada

Desde la sección Bogotá de El Espectador entrevistamos a uno de los voceros del colectivo, que se enuncian como artistas.

Cristian Camilo Perico Mariño
22 de marzo de 2022 - 09:48 p. m.
Un grupo de personas entró al centro religioso y con gritos y arengas interrumpieron una misa que se llevaba a cabo.
Un grupo de personas entró al centro religioso y con gritos y arengas interrumpieron una misa que se llevaba a cabo.
Foto: Captura de video

Una fuerte controversia desató el ingreso de cinco encapuchados, el pasado domingo 20 de marzo, a la Catedral Primada de Bogotá, cuando se celebraba una eucaristía. En videos, difundidos en redes sociales, se aprecia el momento en el que los manifestantes entraron a la iglesia y cantan arengas cuestionando el discurso de amor y paz, que se replica en las misas.

Según la Red de Artistas en Resistencia, más que una protesta, el acto fue una “intervención artística y performativa”, que buscaba generar una discusión en torno a la pasividad del Gobierno Nacional y la sociedad en general “frente a las desigualdades e injusticias que suceden a diario en el país”.

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Desde la sección Bogotá de El Espectador entrevistamos a José*, uno de los artistas que participaron en el hecho y quien es vocero del colectivo:

¿Qué buscaban ustedes con esta actividad?

Nuestra intervención se dio en un momento específico, cuando se da el saludo de la paz. Decidimos entrar en ese momento puntual, porque queríamos, de alguna forma, compartir algunas reflexiones. Nos han llamado violentos, nos han amenazado de muerte, nos han criminalizado y estigmatizado (...) por pararnos en una iglesia a gritar durante 3 minutos, pero hace tres meses, en ese mismo lugar, hubo familias de La Guajira protestando por las condiciones miserables de sus territorios y a ellos no les dieron importancia.

Pero… ¿Qué querían específicamente?

Visibilizar problemáticas como esa e incluirlas en el debate público. Existen problemas sistemáticos, estructurales e históricos en diferentes partes del territorio nacional (...) Duque, de hecho, publicó en su Twitter, que le parecía indignante la acción, pero esas realidades que mencionamos, no le parecen indignantes a él ni a nadie.

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En diferentes medios han mencionado que ustedes se reconocen como integrantes de la primera línea ¿Es así?

No. La totalidad del colectivo no se identifica como integrantes de la primera línea. El asunto es que mediáticamente consideran que taparse la cara encasilla a las personas como “parte de la primera línea”. De hecho, tendríamos que dejar algunos cuestionamientos sobre qué es hacer parte de ella. Si se trata solo de la confrontación directa o si es ponerle el pecho y, en cierta forma, voz a las desigualdades, desde la pedagogía y otros ejercicios políticos y artísticos, que también son válidos y legítimos.

¿Entonces qué son ustedes?

Como Red de Artistas en Resistencia somos un grupo de artistas performativos, que sentimos que hay un cuestionamiento profundo sobre el arte mismo, los lenguajes artísticos y su capacidad comunicativa y restaurativa en la sociedad. Solemos sentir que, en el contexto colombiano, el arte a veces es tímido e indiferente frente a las problemáticas sociales. Esta actividad tuvo claramente un componente político, porque nosotros decidimos salirnos de eso y darle la connotación de combatibilidad, que caracteriza al performance, al tener un componente de irrupción.

Habla de un componente político, pero ¿esto tiene que ver con los procesos de campaña a la presidencia, que se desarrollan en la actualidad?

Claramente, es político, pero tenemos que entender que cada acción, palabra o mirada es política. Todos somos sujetos políticos y eso no quiere decir que tengamos relación con la politiquería o la política tradicional electoral. Nosotros, como colectividad, no estamos alineados con ninguna bandera, partido político, representante o espectro político. Queremos dejar claro que no somos la cortina de humo de nadie. Nuestras acciones no caben en sus urnas.

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¿Esperaban la reacción que han tenido?

No. Hemos leído comentarios de algunas personas que nos dicen que tuvimos que pedir permiso, que tuvimos que hacerlo a las afueras o que debimos conformarnos con simplemente repartir volantes. Pero no es posible. Un performance, cuando se hace en el espacio público, no se anuncia, no pide permiso, simplemente llega e incide desde la no violencia.

¿Qué tienen para contestarle a quienes dicen que vulneraron el derecho a la libertad religiosa?

Es importante destacar que desde la iglesia se compartió un comunicado oficial, mencionando lo que hicimos y se describieron los hechos en cuatro puntos. Uno de ellos menciona que entramos en el momento de la paz e intervinimos, duramos tres minutos, y posteriormente la misa continúo con normalidad. Esto es relevante destacarlo, porque en ese sentido no se vulneró el derecho que tienen las personas a participar en las ceremonias y a comulgar.

¿Estuvieron vinculados ustedes al acto simbólico que se hizo en las instalaciones de la Revista Semana el 7 de mayo del 2021?

Ese es un acto que no le corresponde a la Red de Artistas en Resistencia.

Pero si tuvo que ver Simona, una de las integrantes que participaron en el evento de la Catedral Primada. Por eso muchos los relacionan.

Esa fue una acción de la colectividad Escudos azules, de la cual ella hace parte. Sin embargo, si bien somos procesos hermanos -y los abrazamos también a ellos- no somos el mismo colectivo y somos procesos diferentes.

Muchas personas en redes sociales los han señalado de vándalos. ¿Qué tienen para decir sobre esas acusaciones?

Parte de las repercusiones de estas intervenciones es que muchas posturas han partido de la difusión que se dio y que no vino de nosotros, sino de quienes estaban en el lugar y quienes grabaron esporádicamente. Eso lo que provocó fue una desconexión entre la imagen y la palabra. Una cosa es solamente ver a personas levantándose en las sillas de una iglesia sin conocer qué estaban diciendo. Eso descontextualiza a quienes comparten.

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En las grabaciones se aprecia que tenían hojas donde estaban leyendo algunas líneas. ¿Qué decía el mensaje?

(Leen en unísono varias personas) “¿Cuál paz? Si seguimos contando muertos, desaparecidos, encarcelados, exiliados. ¿Y las autoridades?, ¿cuáles?, ¿y la iglesia y el estado? Están mirando para otro lado ¿La paz del dios y patria? La patria fundada por el genocidio y un dios impuesto ¿La paz del país del sagrado corazón o del desangrado corazón? Desangrado por siglos de violencia sistemática y estructural”.

“¿Paz? ¿De qué paz hablamos? Cuando olvidamos amarnos los unos a los otros. La paz del país laico de imposiciones ideológicas. El país que aniquila las esperanzas de los pueblos, el país “más feliz el mundo” que llora la sangre de hermanas y hermanos, de quienes piensan y sienten diferente (...)”

(Primas dos estrofas)

“(...) Hoy somos millones y decimos BASTA. Basta a la explotación, al exterminio, la indiferencia, la quietud. Somos los subalternos, los desposeídos, la alegría rebelde, la dignidad combativa, somos una sola voz, una voz sin rostro”.

En sus redes sociales han mencionado que esta es la primera intervención que hacen. ¿Qué vendrá para más adelante?

Pues primero que todo, esto que estamos haciendo es asumir la acción, explicar por qué lo hicimos y no dejarnos censurar. No queremos que se tergiverse lo que queremos posicionar o que se reduzca la acción como algo relacionado con la política electoral. Seguiremos incidiendo desde el arte y para ello no vamos a dejarnos callar, queremos generar reflexiones y cuestionamientos.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

Cristian Camilo Perico Mariño

Por Cristian Camilo Perico Mariño

Comunicador social y periodista egresado de la Universidad de Manizales. Interesado en género y diversidad.@cristian_pericocperico@elespectador.com

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