Operadores del SITP, sin crédito

Con el paso de las semanas se complica más la situación del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), ad portas de que inicie la negociación entre Distrito y operadores, que parece la única salida para evitar que el sistema implosione.

Felipe García Altamar / fgarcia@elespectador.com / @FelipeAltamar
20 de febrero de 2018 - 03:13 a. m.
Algunas empresas han optado por conseguir autopartes de segunda. / Óscar Pérez - El Espectador
Algunas empresas han optado por conseguir autopartes de segunda. / Óscar Pérez - El Espectador
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La crisis que atraviesa el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) está lejos de resolverse. El último hecho, que refleja el oscuro panorama, fue la decisión de los bancos de suspender los créditos a los operadores, con lo que se quedan sin capacidad de maniobra para cosas tan simples como el pago del mantenimiento de los buses y la compra de los repuestos. (LEA: Parqueo: ¿otro salvavidas para el SITP?)

La situación preocupa especialmente a los proveedores de las empresas operadoras. Por ejemplo, el gremio dedicado a la venta de repuestos para vehículos advierte que, debido a la deuda que tienen con el sector, no les siguieron fiando autopartes. Esto, al parecer, ha llevado a los operadores del SITP a conseguirlos de otra manera, incluso de segunda.

“Sabemos que están consiguiendo los repuestos por otra parte y de baja calidad. También los están consiguiendo usados o sacándolos de algunos buses que ya no funcionan. La situación cada día es más crítica y nos preocupa mucho. Después de la salud, el transporte es lo más necesario para la ciudadanía. Hay salidas, pero ha habido cierto desdén del Distrito por solucionar el problema ”, sostiene Tulio Zuluaga, presidente de Asopartes, quien agrega que pese a que en los últimos años lograron disminuir la deuda hasta los $130 mil millones, hoy de nuevo el saldo alcanza los $800 mil millones, cifra que parece imposible de pagar, teniendo en cuenta el actual déficit.

Ante esta situación, los directamente afectados no son ni los operadores del SITP, ni los proveedores, ni el Distrito. Son los usuarios a quienes más golpea esta crisis, pues el no tener una flota en buenas condiciones se evidencia en la disminución de frecuencias y en el riesgo que representa viajar en buses sin un buen mantenimiento. Según datos del propio Transmilenio, en promedio, en los últimos tres años ha aumentado la cantidad de buses del SITP accidentados, pasando de 3.800 en 2014 a 5.100 en 2016.

>>> LEA: Confianza, clave para renegociar el SITP

Ante este panorama, los expertos en movilidad recalcan en la imperiosa necesidad de adelantar una renegociación de los contratos, en la que no sólo estén el Distrito y los operadores, sino también representantes de los usuarios. “Siempre debe primar el interés del usuario, la calidad del servicio y el bienestar para toda la ciudadanía. Hay que hacer una revisión general de cuáles fueron los errores que se cometieron a la hora de firmar los contratos”, asegura Germán Prieto, docente de la especialización en gerencia de transporte de la U. Jorge Tadeo Lozano.

Y agrega: “un buen esquema parece ser el que quieren implementar en la nueva licitación para las fases I y II de Transmilenio, en la cual una empresa puede ser la propietaria de los vehículos y otra la que los opera. También hay que mirar que muchos sistemas de Colombia están en dificultades que no es ninguna casualidad”.

>>> LEA: Renegociar: salida a la crisis del SITP

Por su parte, Ricardo Montezuma, Ph.D., en urbanismo y movilidad, es enfático en que primero hay que consolidar un sistema, antes de sentarse a renegociar los contratos. “El problema es que no hay sistema, porque no se ha completado en muchos aspectos: hay dos empresas que no operan, hay muchos buses que están todavía en temporales o provisionales. Además, la gente está muy inconforme con el servicio, porque las rutas no son completas, faltan zonas por cubrir y buses, etc.”.

La situación del sistema es delicada, pero la renegociación con los operadores se presenta como la oportunidad para remediar los errores y brindarles a los usuarios mejoras estructurales en cuanto al servicio. Es, también, la oportunidad para que el Distrito demuestre la capacidad técnica y gerencial, y logre desactivar la “bomba atómica” de la que tanto ha hablado el propio Distrito.

Esta tarea está ahora en manos de la gerente del sistema, María Consuelo Araújo, quien tiene el reto de encontrar un cambio que permita sacar a flote el sistema.

Por Felipe García Altamar / fgarcia@elespectador.com / @FelipeAltamar

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