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En contexto: Los testimonios de las madres que descubrieron presuntos abusos en jardín del ICBF
Cuidar de los menores de edad de millones de colombianos que todos los días acuden al ICBF para dejarlos en manos de sus funcionarios porque deben trabajar para conseguir el pan de cada día, no es una labor de poca monta, sin embargo, pareciera que quienes prestan sus servicios profesionales este objetivo se les convirtió en paisaje.
Basta con escuchar las respuestas que dan desde el ICBF por el escándalo que rodea a la entidad, ahora que un grupo de madres cabeza de familia en Bogotá valientemente denunciaron que la entidad había contratado a un profesor que estaba abusando de los niños.
¿Se habrán tomado la molestia en el ICBF de constatar personalmente que lo que dicen los papeles que presentó Fredy Castellanos para acceder al cargo de profesor al operador del Jardín Infantil Parques de Canadá, correspondieran a los de una persona honorable?
Por lo visto no lo hizo, y dirá el ICBF que la responsabilidad es del operador que fue quien lo contrató, y olvida la entidad que al igual que la empresa contratista, también debe responder por cualquier hecho que ocurra y que involucre la dignidad y el bienestar de los niños cuando se encuentran bajo su cuidado.
Con la sola declaración de rechazo a los abusos sexuales a los que Fredy Castellanos sometió a más de un niño menor de tres años mientras prestaba sus servicios de profesor, no basta, porque lo que en realidad se requiere es una modificación a los protocolos de contratación y, además, respuestas rápidas y efectivas para cuando los padres instauren una queja o denuncia.
Pero lo más importante es que cualquier alerta que se emita debe ser atendida de inmediato y además garantizar la protección del menor y no a favor del violador. El ICBF no puede convertirse en un centro para la alcahuetería y la impunidad de cuanto abusador se le ocurra disfrazarse de profesor para cometer fechorías con los niños que tiene a su cuidado.
Este hecho que ocurrió en Bogotá puede estarse repitiendo cientos de veces en otras ciudades y municipios, y es esto que se requiere la acción inmediata de los órganos de control y de investigación judicial, lo mismo que las veedurías ciudadanas que deben denunciar públicamente a estos abusadores.
