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La “bipolaridad política”, entendida como las volteretas que los políticos realizan según las conveniencias, de la que padecen casi todos los políticos en Colombia y en el mundo, con contadísimas excepciones, le está pasando factura a la alcaldesa saliente.
La cercanía de López en unas ocasiones y su férrea distancia en otras con el presidente Petro, quién pierde vertiginosamente favorabilidad entre sus seguidores, pesa significativamente en la medición de la satisfacción del gobierno distrital saliente, el que, gracias a ello, viene siendo injustamente calificado.
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Es apenas natural que al final de un gobierno existan aspectos positivos, otros no tanto y otros muy negativos. El caso del gobierno de López no es diferente, pero no es leal que todos, a mansalva, incluso contradictores entre sí, se hallen dedicados oportunistamente a desestimarlo de cara a las elecciones presidenciales.
Claudia López es una persona, como todas, con su estilo propio, que puede gustarle a unos y a otros no tanto, pero ante todo es una mujer transparente, brillante y capaz que deja un legado importante en su paso por la Alcaldía Mayor de Bogotá, que le permite aspirar legítimamente a la presidencia.
La lista de exitosas ejecutorias de la alcaldesa López no es corta, pero me referiré a las que me parecen imposibles de no destacar. La primera, fue haber superado de la mano del gobierno de Iván Duque una compleja pandemia, así como el haber logrado un ágil y eficaz proceso de reactivación de la ciudad una vez la vacuna en contra de la COVID-19 fuera puesta a disposición por parte de los laboratorios farmacéuticos.
Otra de esas destacables ejecutorias corresponde al decidido empeño para darle vida a la Región Metropolitana Bogotá - Cundinamarca, superando décadas de pobres regionalismos, aún palpable, entre citadinos chinchosos y provincianos caprichosos, cuando la gran mayoría de habitantes de la Ciudad Capital venimos de la provincia y, querámoslo o no, el desarrollo, progreso y crecimiento de la región está perentoriamente ligado territorialmente a ésta y a su capital. Este legado se halla compartido con quién dirige hoy y quién dirigirá otra vez al departamento de Cundinamarca: Nicolás García y Jorge Rey.
Igualmente, y no menos importantes, otros de los destacables logros de la alcaldesa y su equipo, está en el éxito rotundo de los robustos programas sociales que impulsó su gobierno. La cobertura y efectividad de las maravillosas “Manzanas del Cuidado de Bogotá”, “Parceros Por Bogotá”, “Jóvenes a la U” y “Hecho en Bogotá Market”, no tiene precedentes.
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La apuesta de López en el campo social puso de presente, de una parte, que se puede pasar de la demagogia social a la seriedad de generar y poner en marcha soluciones eficaces que promuevan el desarrollo real de la población menos favorecida, y, de otra, que en lugar de hacer populismo mediático sin resultados reales regalando dinero, es posible hacer política social de manera seria y eficaz para generar un futuro sostenible a la población beneficiada.
La apuesta social del gobierno de Claudia López permitió la existencia de efectivos apoyos y oportunidades a las mujeres sin esperanza encargadas de cuidar de otros, a los jóvenes sin futuro para acceder a formación, educación y trabajos reales; así como a los emprendedores locales serias oportunidades de crecimiento y acceso a mercados para ampliar sus inactivas y crecer empresarialmente. El reto para el alcalde Galán será no dejar que estos éxitos distritales se difuminen.
Agradezco la generosidad de los lectores, compartan o disientan con mis opiniones. Les deseo un fin año tranquilo y un nuevo año lleno de esperanza y compromiso con Colombia.
