“No nos dieron esperanza de vida de dos de los niños. Lo perdono, pero que le caiga todo el peso de la ley”. Estas fueron las duras palabras del padre de los tres niños de una familia que el pasado sábado la atropelló un conductor en estado de embriaguez. El dignóstico de Juan Martin Arturo Torres, de 7 años, y Karol Stepania Arturo Torres, de 15, es muerte cerebral. Por su parte, Anny Daniela Arturo Torres, de 12 años, se encuentra en observación pediátrica con diagnóstico de un trauma craneoencefálico leve.
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La noche del sábado 8 de noviembre cambió todo para la familia Arturo Torres, producto de una problemática que siempre ha sido igual en Bogotá: mezclar licor y conducción. Fue hacia las 7:39 p.m. que una cámara de vigilancia de la calle 47 sur con carrera 6 este captó al taxi, de placas VDW626, perder el control mientras descendía por la calle. Al volante iba José Eduardo Chala Franco, un hombre de 56 años que terminó arrollando a su paso a una familia completa y a varios transeúntes.
Según el reporte de las autoridades, 11 personas resultaron heridas, entre ellas seis menores de edad. Entre los más graves está el niño de siete años, que sufrió trauma craneoencefálico severo y lesiones abdominales, y su hermana, otra menor de 15 años, con trauma severo en la cabeza y la cadera. A ambos los trasladaron al hospital La Victoria.
A ellos se suman un bebé, de cuatro meses, quien presenta politraumatismos; otros menores de 12 años y varios adultos, entre los 22 y 40 años, que fueron remitidos a distintas clínicas del sur de la ciudad, con politraumatismos y lesiones de gravedad variable. La hipótesis de las autoridades señala que el conductor se encontraba bajo grado dos de alcohol. Fue capturado en flagrancia por unidades del CAI La Victoria y lo dejaron a disposición de la Fiscalía URI de Molinos. El taxi fue inmovilizado y se le impuso una orden de comparendo por embriaguez.
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El panorama no es alentador
No obstante, este caso no es el único. Una semana atrás, en la avenida Mutis, el pasado 31 de octubre otro conductor, en presunto estado de embriaguez, cobró la vida de Viviana Marcela Suárez, de 30 años, y su pareja, Carlos Mario Cavadía, ingeniero eléctrico. Ellos se desplazaban en motocicleta cuando los embistió el vehículo, cuyo conductor huyó del lugar. Viviana, madre de un niño de tres años, y su compañero murieron en el sitio. Mientras las autoridades adelantan la búsqueda del responsable, el video sigue rodando en redes, generando indignación.
Este nuevo siniestro ocurrió en medio de un panorama preocupante para la ciudad: según cifras que entregó la Policía de Tránsito, entre enero y noviembre de 2025 se han registrado 370 siniestros viales asociados a conductores ebrios, que han dejado 176 personas lesionadas y 16 fallecidas. Por otro lado, en lo corrido de 2025 se tienen 1.234 órdenes de comparendo vigentes por embriaguez al volante.
Pese a las campañas de prevención y las sanciones que contempla el Código Nacional de Tránsito, los casos de conducción bajo los efectos del alcohol se mantienen como una de las principales causas de siniestros graves en Bogotá. Prueba de ello son los antecedentes que tenía el conductor involucrado en el trágico accidente ocurrido en San Cristóbal.
“Tiene más de 10 comparendos por exceso de velocidad, mal parqueo en espacios públicos y conducir en estado de embriaguez”, dijo la general Susana Blanco, directora de la Policía de Tránsito. De acuerdo con el reporte que nos entregó Medicina Legal, el conductor iba en grado dos de alcohol. Por este hecho no solo va la suspensión de la licencia de conducción por cinco años, sino que estamos hablando de una multa que puede superar los 360 salarios mínimos legales vigentes diarios, un promedio de COP 15 millones”, indicó la general.
Al cierre de esta edición, al conductor capturado por el accidente en San Cristóbal le habían imputado los delitos de homicidio en grado de tentativa, en concurso con lesiones personales. Por ambos delitos, y dependiendo del avance de salud de los heridos, el conductor ya está expuesto a penas que van de 15 a 30 años de cárcel.
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Entretanto, en la unidad de cuidados intensivos se encontraban aún dos de los menores heridos en el accidente en San Cristóbal: una menor de 15 años que se halla en el proceso de establecimiento de una condición de muerte encefálica; un menor de siete años, que está siendo sometido a protocolos para neuroprotección cerebral y estabilización general, y una tercera menor, de 12 años, que está en observación pediátrica con diagnóstico de un trauma craneoencefálico leve y trauma de tejidos blandos.
Las autoridades reiteraron el llamado a la responsabilidad y recordaron que conducir en estado de embriaguez no solo es un delito, sino un acto de negligencia que sigue cobrando vidas en las vías de la capital.
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