Portal Américas: ¿detonante de inseguridad en Kennedy?
Las versiones contrarias entre la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y el ministro de Defensa, Diego Molano, sobre la militarización o no del portal inquietan a la ciudadanía sobre si esta es la forma más adecuada para garantizar la seguridad en la zona. Kennedy, en los últimos siete años, ha sido la segunda localidad más violenta de la capital.
El estallido social que vivió Bogotá desde abril pasado, fuera de las polémicas acciones de la Fuerza Pública, las víctimas mortales y la violencia desmedida, trajo consigo una resignificación de sectores populares de la capital. Este fue el caso del Puente de la Dignidad, en Usme, y el Portal Resistencia o Portal Américas, en Kennedy, dos puntos que, además de ser epicentros de movilidad y tránsito, también fueron espacios donde se desplegaron las principales actividades en el marco del paro nacional.
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El estallido social que vivió Bogotá desde abril pasado, fuera de las polémicas acciones de la Fuerza Pública, las víctimas mortales y la violencia desmedida, trajo consigo una resignificación de sectores populares de la capital. Este fue el caso del Puente de la Dignidad, en Usme, y el Portal Resistencia o Portal Américas, en Kennedy, dos puntos que, además de ser epicentros de movilidad y tránsito, también fueron espacios donde se desplegaron las principales actividades en el marco del paro nacional.
Pero así como fueron centros de intervenciones culturales y artísticas, con las que se manifestó la ciudadanía, también se han convertido en lugares de resistencia, en donde nueve meses después aún se protagonizan encuentros fortuitos para protestar y otros tantos para enfrentarse con la Policía y el Esmad. Los disturbios y hechos vandálicos que se han colado convirtieron estos puntos en centros de debates relacionados con la seguridad en el sur y el occidente de la ciudad.
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Es por esto que recientemente surgieron declaraciones de voz del ministro de Defensa, Diego Molano, quien señaló que, especialmente en el Portal Américas, se ejecutaría una intervención. “No permitiremos que estos que se agrupan cada 28 pasen de la manifestación pacífica a la violencia. Habrá más presencia de Policía y Fuerza Pública alrededor de esos sitios no solo el 28 (de enero), sino previamente para dar seguridad y confianza a la comunidad”, indicó.
Dicha intervención, según contó, no solo vincularía a la Policía Metropolitana, sino a los uniformados de la Brigada 13 del Ejército (misma Policía Militar), que si bien ya patrullan Bogotá, el funcionario resaltó que aumentarían su pie de fuerza con el fin de “militarizar el Portal Américas”.
Un día después de las declaraciones del ministro, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, lanzó el plan para mejorar la seguridad y convivencia durante este 2022, y aseveró que el Portal Américas “no será militarizado en ninguna circunstancia”, pero sí será sitio de especial atención de las autoridades.
¿Medida acertada?
Más allá de si se ejecuta o no esta militarización, que implicaría presencia de soldados durante las 24 horas en inmediaciones del portal, en medio de la polémica surgió una duda entre la ciudadanía: ¿la militarización del Portal Américas sería una medida suficiente para garantizar la seguridad en la zona?
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Según cifras de la Secretaría de Seguridad, la localidad de Kennedy fue la segunda más violenta de la capital, con cerca de 170 homicidios el año pasado. Ese mismo lugar, en las estadísticas de criminalidad, lo ha venido ocupando desde 2015, con 149 asesinatos; para 2016 la cifra aumentó a 154 casos; en 2017 hubo una disminución considerable, al llegar a 125 hechos violentos, pero desde 2018 la cifra viene en aumento, lo que demuestra que, incluso antes de que se oficializara el Portal Américas como el punto de encuentro de la protesta social, este territorio ya estaba sitiado por la criminalidad y las organizaciones al margen de la ley.
De acuerdo con las estadísticas, se establece que las cuatro UPZ que rodean al portal: al norte Patio Bonito, al oriente Corabastos, al sur Gran Britalia y al occidente Las Margaritas, son los sectores en donde más se han presentado homicidios en los últimos tres años (ver gráfica abajo), hecho que respalda la idea de que la violencia no habría aumentado por lo que está sucediendo en el Portal Américas, sino que se trataría de situaciones más complejas.
De hecho, la violencia e inseguridad podrían responder a las ya denunciadas líneas de microtráfico que están operando en todo el corredor occidental de Bogotá, especialmente en la localidad de Kennedy, alerta que desde febrero del año pasado emitió la Defensoría del Pueblo. De igual forma, sería producto de la guerra entre bandas criminales por la toma del control de los corredores para delinquir.
¿Qué dicen en el territorio?
Para Vanessa, una de las participantes de las concentraciones pacíficas en Portal Resistencia, la posible militarización de este espacio significaría una actitud represiva que rechazan, debido a que aportaría al malestar que siente la población, por el cual se han tomado las calles.
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“Además de la represión que sufrimos los manifestantes en el Portal Américas, la gente de los conjuntos que ha salido a apoyarnos también es blanco de persecución. Como los ven atendiendo heridos o defendiendo a los manifestantes, entonces ya les han dicho que les van a mandar órdenes de captura. ¿Si así es con la Policía, ahora cómo va a ser con el Ejército?”, señaló.
Por otra parte, resaltó que a pesar de que las jornadas de los 28 de cada mes terminan en su mayoría en enfrentamientos, también adelantan labores pedagógicas y culturales, que tienen como fin generar conciencia para la toma de decisiones políticas más adecuadas en pro del desarrollo de la localidad y el país. “Pero esto no lo muestran los medios de comunicación. Solo salen a mostrar lo malo que pasa acá”, concluyó.
Quienes aún permanecen en actividades de protesta en el que bautizaron Portal Resistencia, aseguran que el hecho de volcarse a las calles, a veces de forma violenta, es posiblemente el medio de reclamar más desesperado, pero el único que han encontrado para que ese fenómeno de injusticia social que se ha perpetuado sea atendido por el Estado, o por lo menos identificado.
“La solución no es poner un militar o un policía en cada esquina de los barrios, porque con eso no se va a acabar el hambre o las necesidades. Lo que deben hacer es crear oportunidades de trabajo aquí en los mismos territorios, crear oportunidades para la gente. No queremos nada regalado, lo que pasa es que acá hay personas que no han tenido ni siquiera la primera oportunidad para un empleo, y eso despierta indignación”, señaló otro de los jóvenes que han sido parte de las protestas en el Portal Américas.
Por su parte, los líderes sociales de la localidad aseguran que la llegada de militares no sería la verdadera solución para acabar con lo que pasa en el Portal Américas, puesto que los manifestantes no están dispuestos a retroceder y dejar los espacios que se han ganado. Y, en relación con la identificación de las redes delictivas que estarían operando a la sombra de las manifestaciones, creen que se trata de infiltrados que ven en los desmanes la mejor forma de “poner en funcionamiento las redes de distribución de estupefacientes”.
Varios de los sectores involucrados en esta situación concuerdan con que más que acabar con la protesta social, lo que se necesita es proceder desde espacios de concertación, como las mesas de diálogo, y no respondiendo con violencia. Muestra de ello es eso que pasa los 28 de cada mes, en donde las confrontaciones han escalado al punto de encontrar armas blancas entre los manifestantes y uso de elementos pirotécnicos e incendiarios para los choques con las autoridades.
Por ahora la alcaldesa Claudia López concuerda en que la solución es el diálogo, y para frenar la inseguridad, especialmente en la localidad de Kennedy, ordenó intensificar patrullajes, labores de requisa y despliegue de puestos de control.
Asimismo, solicitó a la Fuerza Pública no ceder ante los enfrentamientos para garantizar el orden y la seguridad de la comunidad, y proceder con las capturas de quienes estén bloqueando vías de acceso o destruyendo los bienes públicos.