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Debido a las bajas precipitaciones en la parte alta de las montañas, que han ocasionado la disminución de agua en los embalses que soportan el abastecimiento del líquido en la capital y los municipios aledaños, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) adelantará una operación consistente en el trasvase (traspaso de agua) de un embalse a otro, con el fin de equilibrar los niveles entre las fuentes hídricas.
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El trasvase se realizará del Sistema Chingaza al embalse de San Rafael, por medio de descargas de fondo, que son las válvulas que tienen las represas, desde este jueves y hasta el 25 de julio. Esto debido a que la región Orinoquía está atravesando por una temporada de lluvias que tiene rebosado el cuerpo de agua, mientras que en la sabana de Bogotá, los embalses tienen menos agua de lo esperado, por la temporada seca. El agua se transitará por cauce del río Teusacá hasta el embalse San Rafael y de este, al río Bogotá.
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Así lo explica Humberto Hernández, coordinador de la red Hidrometeorológica de la CAR, quien aseguró que esta labor no representará riesgo ni afectará el suministro para la comunidad de La Calera, Sopó y Cajicá, municipios donde se encuentran las fuentes a intervenir.
“Queremos dar un parte de tranquilidad informando a la comunidad que simplemente, este es un plan de optimización que pretende traer agua adicional a las fuentes que lo requieren. Sabemos que es un procedimiento que no se realiza con frecuencia, pero hemos estructurado un sistema de vigilancia estricto, para evitar una afectación directa a la comunidad”, enfatizó el funcionario.
Para este monitoreo, que se desarrollará las 24 horas mediante dos estaciones satelitales, con información en tiempo real, la CAR trabajará de manera coordinada con las Unidades de Gestión del Riesgo de los municipios de la Calera y Sopó y demás habitantes de la zona.
A partir del primero de agosto también empezarán las labores del revestimiento de los túneles de Chingaza, actividades que se prolongarán hasta mediados de octubre de este año. Esta sería la última fase del plan de mantenimiento de los túneles a presión, con la que se espera que queden revestidos en un 100 %.
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