Uno de los sectores que ha sentido los efectos económicos causados por las medidas de confinamiento estricto en el país y en Bogotá, han sido los vendedores que laboran en el espacio público. Por esta razón, algunos han sido beneficiarios de programas del Distrito como “Bogotá Solidaria en Casa”, aunque otros han tenido que protestar públicamente por más apoyo.
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Según cálculos del Instituto para la Economía Social (Ipes), en la capital hay 82.453 vendedores informales caracterizados e identificados. De estos, 3.683 (el 4,4 %) han sido positivos para COVID-19 en lo que va corrido de la pandemia. Y, a la fecha, asegura la entidad, en Bogotá hay 276 casos activos de personas que ejercen este oficio.
Desde el 20 de marzo de 2020, día en que inició el simulacro de cuarentena en la capital, el Ipes inició un plan de trabajo de mitigación de contagio en las 19 localidades, con presencia diaria en las zonas de mayor aglomeración de estas personas.
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Aunque el segundo pico de contagio en Bogotá fue superado a inicios de febrero, las autoridades de salud han hecho un llamado a no bajar la guardia con el autocuidado y los protocolos de bioseguridad. En ese sentido, el Instituto tiene programada la entrega de 6.000 kits de bioseguridad a vendedores informales de las zonas de mayor aglomeración, como San Victorino, 20 de Julio, Suba y la Carrera Séptima.