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Casi desde mediados de julio de 2022, cuando el Telescopio Espacial James Webb, el más potente hasta ahora, liberó sus primeras imágenes, a los astrónomos les llamó la atención cientos de pequeños puntos rojos para los que no tenían ninguna explicación.
Como no tenían certeza de qué eran, ni las habían contemplado en los modelos que por siglos se han venido desarrollando, los científicos las denominaron “rompedores del universo”.
Desde mediados de 2022, entonces, miles de científicos alrededor del mundo empezaron a investigar y a plantear hipótesis sobre la naturaleza de los misteriosos puntos rojos.
En los últimos meses, dice la revista Nature, se empezaron a publicar una serie de artículos que, por el momento, parecen estar resolviendo el misterio que apareció con el James Webb y que ha acompañado a los astrónomos estos últimos años.
Lo primero que le reconoció Anna de Graaff, astrónoma del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg (Alemania) a la revista científica, es que se trataría de objetos nuevos para la ciencia.
“Es extremadamente raro poder trabajar en un fenómeno físico verdaderamente nuevo como este. Es casi una pena que estemos empezando a descifrarlos”, agregó la científica alemana.
De Graaff, es, además, la autora principal de un artículo académico publicado hace algunos meses sobre estos pequeños puntos rojos (LRD, por sus siglas en inglés) en el que, junto a varios colegas, empezaron a responder algunas preguntas de estos objetos nunca antes vistos.
Saltándonos varios detalles técnicos, varios científicos, como de Graaff, creen que estos pequeños puntos son un híbrido entre un agujero negro y una estrella.
“Un agujero negro activo envuelto en un capullo de gas caliente y denso, muy similar a la atmósfera de una estrella, que brilla a medida que el agujero negro lo calienta”, resume Nature.
Otra de las preguntas que han estado intentando resolver los científicos en los últimos meses tiene que ver con qué tan antiguos pueden ser estos puntos.
En un estudio que aún no ha sido revisado por pares académicos, científicos chinos describieron tres pequeños puntos rojos a unos 1.000 millones de años luz de la Tierra.
Esto es mucho más cerca que otros LRD identificados, que se encuentran a entre 12.000 y 13.000 millones de años luz de distancia. Este hallazgo, en otras palabras, sugiere que los puntos no solo estuvieron durante los primeros momentos del Universo, sino que seguirían estando en momentos más maduros.
Antony Taylor, astrónomo de la Universidad de Texas en Austin, quien también viene investigando los LRD, le dijo a Nature que “lo que hace que esta clase de objetos sea tan interesante y divertida es que siguen siendo un misterio que debemos desentrañar de forma lenta pero segura”. Por eso, tanto él como el resto de sus colegas, esperan descubrir pronto más detalles de estos nuevos objetos para la ciencia.
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