Los primeros años de vida son una etapa de gran crecimiento y desarrollo, donde se sientan las bases de las habilidades sociales, emocionales y de aprendizaje. Un diagnóstico de cáncer y su tratamiento pueden alterar el entorno seguro y las rutinas que fomentan el desarrollo infantil, lo que puede generar angustia, afectar el comportamiento y provocar retrasos o regresiones temporales en los hitos del desarrollo.
La doctora Emily McTate, psicóloga pediátrica de Mayo Clinic especializada en oncología, explica que brindar apoyo proactivo durante el tratamiento puede ayudar a que el desarrollo infantil continúe de manera positiva y a reducir la angustia emocional.
Sigue a Cromos en WhatsAppEl impacto del cáncer en el desarrollo infantil
El cáncer y su tratamiento pueden afectar el desarrollo, independientemente de la edad. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, ciertos tratamientos como la radioterapia, la quimioterapia y otros medicamentos , pueden tener efectos a largo plazo en la memoria, el aprendizaje, la concentración y la resolución de problemas."
Entre el 2022 y 2023, se reportaron 1.087 nuevos casos de cáncer en menores de 18 años, según la Cuenta de Alto Costo (CAC). De estos, el 51,55 % correspondieron a cánceres hematolinfáticos, y el 53,3 % afectaron a población masculina.
En niños pequeños, el tratamiento contra el cáncer introduce una capa adicional de estrés y confusión mientras aprenden a desenvolverse en el mundo. “A los dos o tres años, los niños deben explorar su entorno y aprender a regular sus emociones. Están en una fase de búsqueda de autonomía y desean tomar decisiones y hacer cosas por sí mismos”, señala la doctora McTate.
Sin embargo, el entorno hospitalario puede limitar estas oportunidades, afectando su confianza y desarrollo de habilidades, lo que puede generar frustración y cambios en su comportamiento, sueño y estado de ánimo.
En niños mayores, la necesidad de depender más de los adultos y perder tiempo con sus compañeros o actividades favoritas puede resultar difícil. A medida que crecen y toman mayor conciencia de su cuerpo, también pueden desarrollar inseguridades respecto a los cambios físicos causados por el tratamiento.
¿Qué puedes hacer para ayudar a los niños con cáncer?
Trabajar en conjunto con un psicólogo pediátrico, un especialista en vida infantil o un trabajador social puede ayudar a anticipar y manejar posibles interrupciones en el desarrollo antes y durante el tratamiento.
De acuerdo con la experta de Mayo Clinic este apoyo es parte esencial del proceso. “Todos los pacientes recién diagnosticados requieren una consulta con psicólogos pediátricos dentro del primer mes. Es necesario realizar una evaluación amplia y brindar orientación para entender su desarrollo y temperamento”, indica McTate.
Un aspecto clave de la atención psicológica pediátrica es educar a las familias sobre cómo brindar información adecuada a la edad del niño. “Cuanta más información tengan, mejor podrán afrontar la incertidumbre, incluso si es difícil de escuchar”, afirma la especialista. “Es fundamental que confíen en que médicos y cuidadores son honestos sobre lo que ocurrirá, incluso cuando hay aspectos desconocidos.”
¿Cómo motivar a un niño con cáncer?
En ese sentido, animar a un niño con cáncer implica brindarle apoyo emocional, distracción y mucho amor. Aquí hay algunas ideas que pueden ayudar:
1. Ofrecerle compañía y alegría
- Escuchar sus emociones sin presionarlo.
- Contarle chistes, historias divertidas o anécdotas.
- Hacer videollamadas con familiares y amigos.
2. Fomentar su creatividad
- Regalarle libros para colorear o materiales de arte.
- Animarlo a escribir cuentos o dibujar.
- Hacer manualidades juntos.
3. Distraerlo con sus cosas favoritas
- Ver películas o series que le gusten.
- Escuchar su música preferida.
- Leerle cuentos o cómics.
4. Brindarle momentos de juego
- Juegos de mesa o rompecabezas.
- Videojuegos adecuados para su edad.
- Juegos de realidad virtual si es posible.
5. Motivar su fortaleza y autoestima
- Recordarle lo valiente y fuerte que es.
- Escribirle cartas o mensajes de apoyo.
- Hacerle regalos simbólicos (pulseras, peluches con frases motivadoras).
6. Contacto con animales
- Si le gustan, llevarle una mascota para que juegue un rato.
- Mostrarle videos de animales tiernos.
- Programas de terapia asistida con perros o gatos.
7. Crear momentos especiales
- Celebrar pequeñas victorias (terminar un tratamiento, sentirse mejor un día).
- Decorar su habitación con luces o dibujos.
- Hacerle una “fiesta” sorpresa con sus juguetes o muñecos.
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Recuerda: lo más importante es que el niño se sienta amado, acompañado y con esperanzas. Cada gesto cuenta.
*Contenido generado con asistencia de la IA.
