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Darío González es un empresario al que no le da miedo pensar fuera de la caja. Lidera un proyecto tecnológico que muchos atribuirían a un ingeniero de sistemas, pero él es diseñador gráfico.
En compañía de dos socios, Carlos Castellanos y Edinson Ballesteros, ha gestionado un proyecto que utiliza el big data para fortalecer el agro colombiano y atender problemas históricos como los que mostró el censo nacional agropecuario: apenas poco más de 16 % de los trabajadores del campo ha recibido asistencia técnica, por ejemplo.
Por la mente del grupo de amigos, que afirman tener fuertes lazos familiares con el campo colombiano, un día pasó la idea de potenciar la actividad agrícola utilizando una herramienta tecnológica que permitiera ver, en una sola pantalla, las necesidades y fortalezas de cada agricultor. Así nació Cultivando Futuro.
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La plataforma pone en el mapa a los productores presentes en su base de datos, y muestra, por ejemplo, cuántos de ellos disponen de conectividad a Internet, acceso a servicios bancarios o capacitación para la mejora de su actividad. Desde que comenzaron con el proyecto, principios del 2017, Cultivando Futuro ha logrado registrar en su base de datos cerca de 2.200 agricultores en todo el país, siendo Vichada y la Amazonia parte de los territorios a los que aún no logran llegar. Su meta es alcanzar el millón y medio de este tipo de trabajadores en Colombia.
Darío González, Carlos Castellanos, Tatiana Giraldo y Edisson Ballesteros, el equipo de la plataforma Cultivando Futuro./ Cortesía
Uno de los potenciales que tiene este desarrollo, disponible en un sitio web, es que el Gobierno, por medio del Ministerio de Agricultura, podría identificar necesidades fácilmente y usar la plataforma para la toma de decisiones.
Con base en su información “el Ministro de Agricultura, por ejemplo, podría entrar a una reunión con Presidencia y ver cuáles son las hectáreas que hay en cacao. Incluso podrían hacer un acercamiento y concentrarse solo en un departamento para revisar cuáles son las principales necesidades del territorio y saber en qué invertir”, explica González.
Asimismo, entidades como el SENA, por ejemplo, podrían tenerla en cuenta al momento de lanzar un programa educativo especialmente dirigido a hijos de campesinos. Las características que tiene este desarrollo le permiten refinar los perfiles y buscar agricultores que tienen jóvenes con edades de terminar el colegio para enviarles la oferta vía correo electrónico.
“Lo mismo aplicado al sector empresarial, digamos una empresa que produce filtros de agua. Esta compañía podría acceder a la plataforma y ver cuáles de esas fincas no tienen un sistema de acueducto para identificar a sus propietarios como posibles clientes y ponerse en contacto con ellos”, ejemplifica González.
TIC y agro
Cultivando Futuro es otra muestra del potencial que tiene el matrimonio entre TIC y agro. En este ámbito, Comproagro es una de las iniciativas tecnológicas que ha logrado grandes reconocimientos en Colombia. Su principal atractivo es ser una especie de red social que conecta productores y compradores sin la necesidad de intermediarios. Ginna Jiménez, cofundadora de esta empresa, ha calculado que su desarrollo les permite a los productores incrementar sus ganancias entre un 20 % y 30 %.Le puede interesar: La red social de los agricultores
El problema de comercialización, sobre el que la Misión para la Transformación del Campo llamó la atención en 2015 y que luego se hizo evidente en iniciativas gubernamentales, como Colombia Siembra, es otro frente en el que trabaja Cultivando Futuro. Y es una tarea todavía pendiente. Ejemplo de ello fue el lanzamiento de “Coseche, venda a la fija”, un programa de agricultura por contrato, presentado por el gobierno el pasado 8 de diciembre. Su objetivo es crear lazos comerciales entre productores y compradores estableciendo condiciones de cultivo y venta antes de iniciar la producción. Este proyecto busca llegar a 300.000 productores.
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Para González, el principal interés de Cultivando Futuro no es que los productores sean visibles para los grandes compradores sino más bien que reúnan las condiciones para responder a sus demandas. “Por ejemplo, de nada sirve que un gran comprador, como un almacén de cadena, decida pedir a un productor su cultivo de papa si este no cumple ciertos parámetros de periodicidad. Es decir, puede que tenga la mejor cosecha una vez al año, pero el cliente la necesita todo el año”, asegura.
Para él, escenarios como el anterior se traducen en un potencial para su desarrollo, ya que usando los datos se podría analizar ese pedido e identificar cinco fincas vecinas que puedan trabajar en conjunto para cumplir con la demanda del cliente durante todo el año.
Apuestas en grande
La plataforma ha logrado concretar tres alianzas: la primera, con la Agencia Espacial de Colombia (AEC), para recibir datos adicionales provenientes de sensores IoT (internet de las cosas) instalados en las fincas, información satelital e imágenes hiperespectrales para ver las condiciones de los cultivos.
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Triadge, una empresa de Reino Unido que desarrolla programas pensados en el crecimiento agropecuario en África. Esta es la segunda alianza con la que esperan apalancarse para expandir su modelo a otros países donde esta compañía ya tiene experiencia.
Finalmente, González asegura que uno de sus pasos más recientes como compañía fue haber creado la primera confederación de pequeños agricultores en el país, llamada Confenagroc, que reúne a 27 federaciones que vinculan a 30.000 familias. De allí han venido agregando una parte importante de los agricultores que a la fecha figuran en su base de datos.