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El proyecto de Presupuesto General de la Nación para 2026 del Gobierno Petro contempla un monto total de $557 billones, equivalente al 28,9 % del Producto Interno Bruto (PIB)
La propuesta del Gobierno, que actualmente se debate a puerta cerrada en el Congreso antes de las sesiones legislativas oficiales, incluye un aumento del 9 % en el monto total a ejecutar frente al presupuesto de 2025, con mayores recursos para inversión (que crecería 15,9 %) y para funcionamiento (13,7 %).
Además, el servicio de la deuda se reduciría 9 %, al pasar de $112,6 billones a $102,5 billones.
Según lo anunciado por el Ejecutivo, la sostenibilidad de estas cuentas está ligada a una reforma tributaria por $26,3 billones que se presentaría al Congreso el próximo lunes 1 de septiembre.
El déficit y las cuentas del 2026
El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) advirtió este viernes que el Presupuesto de 2026 está desfinanciado en $45,4 billones, lo que equivale al 2,4 % del PIB.
Según el organismo, para cumplir con la meta de déficit fiscal de 6,2 % del PIB será necesario un ajuste de esa magnitud.
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El cálculo es $6,1 billones superior al estimado a comienzos de agosto, debido a un mayor crecimiento proyectado del gasto en pensiones y en servicios de personal, en contraste con leves reducciones en otros rubros.
Frente a ello, el CARF señaló que el ajuste fiscal requerido no solo refleja el desfinanciamiento del presupuesto, sino también la tendencia de los últimos años a sobrestimar ingresos y a elevar la inflexibilidad del gasto.
Según el organismo, cerca del 88 % del Presupuesto 2026 está comprometido en rubros rígidos, como pensiones, transferencias constitucionales, salud y pago de deuda, lo que deja poco margen de maniobra para recortar o redistribuir recursos.
El concepto del CARF resalta que “el desequilibrio fiscal no tiene precedentes y el proyecto de PGN 2026 está desfinanciado en un monto superior al tamaño de la ley de financiamiento o reforma tributaria que ha anunciado el Gobierno”.
Presiones adicionales sobre las finanzas públicas
El comité también advirtió que la reserva presupuestal que se constituirá en 2025 ejercerá un impacto directo sobre las cuentas del próximo año.
Según sus estimaciones, ese saldo podría ubicarse entre $35 y $55 billones, recursos que deberán ejecutarse en 2026 y que presionarán aún más el gasto.
El CARF criticó que buena parte del presupuesto se construye con la mala práctica de incluir ingresos que finalmente no se concretan, lo que termina inflando la reserva presupuestal.
“Las medidas de ajuste que simplemente aplazan las obligaciones hacen más persistente el desequilibrio fiscal, pues trasladan el problema a la vigencia siguiente”, sostuvo el organismo.
Riesgos en el mediano plazo
El CARF proyecta que, si no se toman medidas adicionales, el gasto de funcionamiento seguirá creciendo y reducirá aún más el espacio para la inversión pública. Entre 2026 y 2036, el espacio promedio disponible para inversión sería de apenas 1,4 % del PIB, por debajo del 2,2 % que ha sido el estándar histórico.
En paralelo, la deuda neta se mantendría elevada: alcanzaría 64 % del PIB en 2027 y, aunque se reduciría levemente hacia 2036, seguiría en torno al 63 % del PIB.
“El desequilibrio fiscal se hará más persistente en la medida que se postergue el ajuste necesario para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas”, se lee en el informe.
Finalmente, el CARF pidió al Congreso revisar con detalle el monto y la composición del Presupuesto 2026, así como la reforma tributaria que el Gobierno planea radicar el 1 de septiembre.
“La estabilización de las finanzas públicas no da espera. Uno de cada tres pesos de impuestos que pagan los colombianos hoy se destina al servicio de la deuda, cuando hace una década era apenas uno de cada ocho”, puntualizó el organismo.
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