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“Celdo es la combinación perfecta entre la pasión por el orden y la gastronomía. Hemos creado un concepto auténtico y con personalidad, donde destaca “La caja de la felicidad”. Esta caja contiene tiras de panceta, panes bao, encurtidos y salsas: todo lo necesario para compartir de verdad un momento alrededor de la mesa. El simple hecho de armar los baos invita a soltar el celular; normalmente, mientras una persona sostiene el pan, alguien más le ayuda a rellenarlo. Esto crea un espacio para la charla, la interacción real y una invitación sutil a devolverle a la comida con amigos y familiares su verdadera importancia".
Así decía el correo electrónico que llegó a nuestra sección de 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos presentándonos una idea de negocio inspirada en la gastronomía. Antonio Rodríguez, el emprendedor detrás de esta marca se contactó con nosotros y esto fue lo que nos contó a propósito de su emprendimiento.
1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?
Tengo 48 años. Estudié Mercadeo y Publicidad en el Politécnico Grancolombiano.
2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?
La idea surgió de la combinación entre la obsesión de mi esposa por el orden —especialmente con cajas— y mi pasión por la gastronomía. Inspirados en la tendencia global de comidas en cajas, creamos Celdo: un concepto gastronómico basado en cajas para compartir, con panceta horneada, panes bao, encurtidos, salsas de autor y bebidas.
Buscamos más que vender comida: queremos generar momentos de conexión real. Desde el inicio, diseñamos un modelo eficiente, fácil de replicar y con bajos costos operativos, para ofrecer alta calidad al cliente y construir un negocio sostenible y escalable.
3. ¿Cómo logré hacerla realidad?
Empecé haciendo pruebas desde casa hasta tener un prototipo que me convenciera. Busqué materiales en el 7 de Agosto y el Ricaurte, utilicé baos industriales al inicio y diseñé todo de forma casera. Tras dos semanas, teníamos una primera versión funcional.
Con el apoyo de Claudia y Erika, montamos un local básico en Cedritos y lanzamos sin publicidad para evaluar la respuesta del público. Mi hijo montó la web y un chef amigo nos enseñó a preparar los baos. La aceptación fue buena desde el inicio, y con el tiempo, el voz a voz y las redes impulsaron el crecimiento. Hoy tenemos dos puntos de Celdo y los domicilios funcionan bien a través de la página web.
Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí,en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.
4. ¿De dónde saqué la plata y cómo la pagué?
Meses atrás, en una app de billetera digital, programé un ahorro automático semanal en un bolsillo que llamé “Negocio nuevo”, sin saber aún qué negocio sería. Cuando llegó el momento, sin darme cuenta, ya había ahorrado casi todo lo que necesitaba. Lo que faltaba lo reunimos entre mi esposa y yo, usando otros ahorros.
5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando?
Que las personas que nos visitan o que piden las cajitas de panceta y baos a domicilio realmente se sienten a compartir, a hablar, a reírse, a vivir un momento especial que hoy en día, por la tecnología, muchas veces se pierde. Además, estoy generando empleo, pagando impuestos, aprendiendo y enseñando.
6. ¿Soy feliz?
Me siento feliz y satisfecho con el proceso. He aprendido a disfrutar tanto los momentos buenos como los difíciles. Al principio me estresaba por todo; hoy en día afronto las situaciones con una mente positiva, sabiendo que siempre hay una solución para todo.
7. ¿Vendería mi emprendimiento?
Por ahora, no. No descarto la opción en el futuro, pero por ahora quiero seguir creciendo con él.
8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?
Emprender siempre es duro. Duré 20 años como empleado en una empresa de medios y dar el paso para decir “no más” y dedicarme a algo propio, con tanto riesgo, no fue fácil.
Nadie te enseña la realidad: trámites, impuestos, permisos, personal, procesos, estandarización… te das cuenta solo cuando vives cada situación. Afrontarlas y aprender de ellas es la clave.
9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?
En parte, sí. Crear una empresa propia fue solo el primer paso. Consolidarla y hacerla perdurable es el verdadero reto. Mi sueño es ser empresario, con tranquilidad financiera para mi familia, mi equipo y para mí.
10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?
Proyectar a Celdo, documentar el modelo para poder crecer de manera efectiva y prudente, y salir a buscar capital.
11. ¿Mi emprendimiento es escalable?
Sí, y así fue concebido desde el principio: sencillo, atractivo, delicioso y fácil de replicar.
12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido?
Sí, si se trata de un crecimiento importante. Tener capital puede ayudarte a escalar una buena idea.
13. ¿Qué no volvería a hacer?
Montajes con inversiones exageradas. A veces el ego o el enamoramiento por un proyecto te ganan. Hay que ser prudentes; cada paso es una lotería. En otro restaurante que monté, aunque era un espacio pequeño, invertimos demasiado. El resultado se habría podido lograr optimizando mejor los recursos.
14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?
He conocido muchos emprendedores que empezaron con carritos callejeros y hoy tienen puntos exitosos en centros comerciales. Me inspiran las personas soñadoras, ambiciosas, que no se conforman. Me gusta la gente que va por más.
15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?
Sí. En mi vida siempre he estado en movimiento, y por eso he tenido más posibilidades de fracasar. Desde la universidad he montado negocios con amigos, con mi esposa… todos fracasaron, pero cada uno me dejó grandes aprendizajes.
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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?
No de una comunidad formal, pero sí he creado vínculos con emprendedores y cocineros que siempre están dispuestos a compartir su experiencia, conocimiento y consejos.
17. ¿Lo que hago trasciende? ¿Puede impactar a nuevas generaciones?
Espero que sí. Quiero dejarles a mis hijos el ejemplo del trabajo, una base económica y una experiencia de vida. Y que, al menos, mientras comen el contenido de una caja de Celdo, se sienten a compartir de verdad con los demás.
18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi empresa?
Con varios puntos de Celdo en Colombia y, ojalá, en otros países. Quiero seguir con el equipo que me ha apoyado desde el inicio, y crecer con ellos.
19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?
Fundamental. Nada existiría sin mi familia, sin Ximena, mi esposa. Su fuerza, palabras de aliento, ideas, sugerencias y apoyo han sido claves. Solo, no lo habría logrado.
20. ¿Ayudaría a otros emprendedores a lograrlo?
¡Claro que sí! Me encanta compartir lo que he aprendido. Siempre estoy dispuesto a sentarme con otros emprendedores, compartir proveedores, hablar de trámites, publicidad, estrategias… de lo que ha funcionado y de lo que no.
21. ¿Qué papel ha jugado mi equipo? ¿Quién es?
Un papel clave. En el sector gastronómico, consolidar un buen equipo no es fácil. Empecé con Erika y Claudia, apasionadas, curiosas, siempre listas para actuar. Ellas concretaron la idea, cada una con habilidades distintas. Hoy el equipo crece: Jime, Gabriel, Alejo… todos aportan energía y pasión. Son parte esencial de Celdo.
22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?
Soy curioso. Creo que todo se puede ver desde distintos ángulos. Incluso lo que ya está inventado puede presentarse de otra manera. He viajado, me he inspirado, y busco que quien pruebe Celdo sienta algo nuevo y diferente.
23. ¿Qué he aprendido de todo esto?
He aprendido que fracasar enseña. Que si no lo intentas, nunca sabrás si funciona. Que la familia y el equipo lo son todo. Que el miedo al cambio te puede robar la oportunidad de demostrarte de lo que eres capaz. Que la vida te lleva —a veces de forma dura— al lugar donde debes estar.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
