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Siempre nos venden las historias de éxito: cómo Netflix fue acabando con Blockbuster, cómo Blackberry se fue desapareciendo ante los ojos de Appel y Samsung, también la era de Google, Facebook, Amazon y las grandes tecnológicas que ya dominan el mundo de los negocios. Nos ponen como caso y modelo a seguir cuando un señor pensionado tomó la decisión de preparar su mejor receta de pollo y hoy es la cadena más famosa del mundo bajo las tres conocidas letras de KFC.
Pero no nos hablan de cuando las cosas no salen bien, de cuando nos quebramos, de cuando el plan no resultó, de cuando la plata no alcanzó. Unos datos que nos sirven para entender en dónde estamos parados: Según un reporte del Ministerio de Justicia y Derecho, más de 11.000 personas naturales se declararon en quiebra en el 2024, lo que se traduce en un incremento del 58 % en comparación con 2023.
Por eso, más allá de los datos, que a veces resultan tan crudos, aquí va la entrevista con Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, quien nos habla de varios asuntos, como que “los fracasos, los problemas, las crisis son muchos mejores maestros que los éxitos, los triunfos, los reconocimientos”.
Alejandro, cuando hablamos de emprendimiento, ¿por qué nos quebramos? ¿Qué parte del libreto seguimos mal o no entendimos? parece obvio, pero no es tan así cuando uno es el protagonista de la historia...
Las razones de la quiebra de las empresas y particularmente de las pequeñas empresas, de los emprendedores, son múltiples. Las Mipymes representan aproximadamente el 99.5% del total de empresas en el país. Es decir, que somos un país de emprendedores, somos un país cuyo tejido empresarial está compuesto principalmente por medianas y pequeñas empresas que están, por supuesto, en muchas ocasiones, más expuestas y son más vulnerables a una cantidad importante de riesgos de quiebra que las empresas grandes.
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¿Cuáles son las principales causas? Que como conté, pues son múltiples. Sin tener un orden específico, una primera causa es una falta de planeación. En Colombia tenemos un espíritu emprendedor muy fuerte, somos muy buenos para iniciar negocios, para inventarnos formas de obtener dinero a través de las ventas, de la producción, de los negocios, pero no necesariamente somos muy fuertes en lo que tiene que ver con la planeación de las diferentes áreas que un negocio necesita: Las finanzas, el marketing, el talento humano, la logística, la producción, la tecnología, los aspectos legales. Son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta para que un negocio empiece bien fundamentado y tenga una mayor probabilidad de supervivencia a lo largo del tiempo. Entonces, no es suficiente con tener entusiasmo y tener una buena idea de negocios. Es absolutamente necesario para que una empresa sobreviva a través del tiempo, hacer un ejercicio muy completo y muy fuerte de planeación empresarial que, repito, incluye una serie de aspectos como los que mencioné. Si no los conocemos bien, y seguramente es lo que nos pasa a la inmensa mayoría, es muy difícil que una persona, un empresario, un emprendedor, conozca de todo, pues qué importante poder asesorarnos.
Entonces, junto con ese elemento de insuficiente planeación, seguramente también hay una carencia de suficiente asesoría en la creación de negocios y emprendimientos, es un inadecuado manejo de los recursos financieros. Por un lado tiene que ver con insuficientes maneras de financiación para emprendedores sobre todo y por otra también con insuficiente, perdón que repita la palabra, liquidez o mal manejo, inadecuado manejo de la liquidez. Es típico en nuestro país que haya una estrechez de fuentes de financiación para emprendedores. Casi siempre las instituciones tradicionales o las fuentes tradicionales de financiación están dirigidas a personas o empresas que tengan un historial crediticio, que puedan sustentar capacidad de pago a futuro, pero por lo general un emprendedor cuando inicia, pues precisamente lo que tiene es una muy buena idea y entusiasmo, pero no suficientes recursos económicos.
Las Mipymes representan aproximadamente el 99.5% del total de empresas en el país. Es decir, que somos un país de emprendedores, somos un país cuyo tejido empresarial está compuesto principalmente por medianas y pequeñas empresas que están, por supuesto, en muchas ocasiones, más expuestas y son más vulnerables.
Entonces el hecho de que no haya acceso a fuentes de financiación suficientes hace que los emprendedores no cuenten con el dinero que necesitan para iniciar y fortalecer su negocio y que en muchas oportunidades tengan que acceder a fuentes muy costosas para realizarlo. Ahora bien, es importantísimo también tener en cuenta que cuando inicia un emprendimiento, pues es muy difícil que en los primeros meses o incluso en los primeros años haya un nivel suficiente de ventas que permita que el emprendimiento cuente con liquidez para mantenerse, sobre todo en esa primera época en donde se requieren muchas inversiones. Un emprendimiento es, hagamos de cuenta, como un árbol, como una planta, que al principio necesita más bien alimentarse y con el paso del tiempo es que va creciendo y da frutos. Entonces muchas veces el emprendedor empieza su negocio y le pone, repito, mucho entusiasmo, muchas ganas, No tiene en cuenta que sobre todo al principio va a requerir de un capital disponible de liquidez para cubrir todas las inversiones y los gastos en épocas en que los ingresos todavía no son suficientes. Entonces esta falta de liquidez, sobre todo en las primeras etapas de los negocios, es también uno de los grandes motivos por los cuales se genera una quiebra.
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Entonces, si hacemos una lista de otros factores ...
Para resumir otros motivos encontramos la falta de diferenciación de los productos o servicios, ya que los emprendedores pueden salir al mercado con una idea, con un bien, un servicio, que con el paso del tiempo puede enfrentarse a una competencia muy fuerte y si es así, pues una empresa más grande, más establecida, va a contar con mejores condiciones de competencia y podría sacar fácilmente a estos emprendimientos del mercado.
Entonces es importante la diferenciación y esto se basa también en la capacidad de innovación que tengan los emprendimientos. Junto con esto, creo que es también otra causal de quiebra, que no se cuenta en todas las ocasiones con un equipo de trabajo suficientemente fuerte o preparado o comprometido. Entonces contar con un buen equipo de trabajo es una de las claves para que los negocios, particularmente los emprendimientos, puedan funcionar. Esto no significa que desde el principio un emprendimiento deba tener un equipo muy grande de trabajo, sino que más bien compromiso, honradez y esto es definitivamente lo que ayuda a salir adelante a un emprendimiento.
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Finalmente, para no extenderme, creo que también los cambios en el entorno son uno de los causantes de problemas e incluso los mercados, pues esto dificulta la labor de las empresas y si ellas no estaban suficientemente preparadas, pues puede ser, repito, incluso una recesión económica que hace que las ventas caigan, un cambio en las reglas de juego, por ejemplo, un aumento inesperado de impuestos, si es un emprendedor que exporta, variaciones de las condiciones de los mercados internacionales, problemas económicos de los clientes y competidores, todo esto que está allá afuera, digamos, y que no está en las manos del emprendedor. Entonces, en resumen, las causas son múltiples y como tú lo cuentas, pues hay muchas cosas que el emprendedor debe tener en cuenta dentro de su planeación y su libreto para reducir la probabilidad de crisis o entrar incluso en una bancarrota.
Y si ya tocamos fondo, ¿qué debemos hacer? ¿Qué pasos deberíamos seguir como emprendedores?
En el caso colombiano, hablando particularmente de las empresas, hay una normatividad que se estableció para ser una especie de salvavidas. Es decir, las empresas, los emprendedores que vean que están entrando en problemas y quieran evitar una quiebra definitiva, podrían revisar si cumplen los requisitos para acogerse a la ley 1116 del año 2006, que es precisamente la ley de insolvencia. Creo que este punto es muy importante porque la misma normatividad colombiana ofrece estas ayudas para evitar las bancarrotas. Repito, pues eso no es directo: las empresas tienen que revisar si cumplen con las características para entrar en un proceso de estudio, análisis y saber si sí es la situación del negocio para ver cómo se sale de esa crisis y de renegociación de las deudas para ver también cómo podemos entrar en contacto con los acreedores y acordar con ellos nuevos planes de pago para, en el futuro, poder ponernos al día.
Ahora, en general, creo que cuando llega esta situación de insolvencia, de incapacidad de pagar nuestras deudas, no solamente hablo de deudas financieras con bancos, sino también con proveedores e incluso con empleados, servicios públicos, el punto de partida de ahí para adelante es evaluar con cabeza fría qué fue lo que pasó y por qué llegamos a esa situación tan complicada. Entonces, la reflexión, la evaluación tranquila, la identificación de los problemas que nos llevaron a esa crisis, pues es el primer paso con toda tranquilidad sobre la situación y encontrar alternativas para ponernos al día a futuro.
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Algunas veces el emprendedor se asusta y dice: mire, ya llevo tres cuotas o cinco, seis, las que sea, del préstamo bancario que no puedo pagar y esos están que me llaman, que me mandan correos, que va a haber ahora una demanda. Yo creo que una de las cosas más difíciles que puede hacer un emprendedor es no responder, desaparecerse. Eso le agrava el problema. Más bien, pongámonos en contacto con los bancos o si es un proveedor al que le debemos plata y con toda la tranquilidad y la sinceridad tratemos de renegociar esas deudas. Existen posibilidades para esto. Buscar mayores plazos, buscar una consolidación de deudas con un tercero, pero repito, lo menos conveniente sería no poner la cara. Hay que hacerlo y buscar alternativas para refinanciar y para sanear a futuro esas deudas.
La sociedad tiende a ver por sobre el hombro a quienes no son exitosos, y ahí entran aquellos que no lograron triunfar con su negocio. ¿Cómo cambiar esta realidad? ¿Cómo aprender a entender una quiebra como un aprendizaje y no una lápida?
El punto que planteas es supremamente interesante porque la sociedad tiende a premiar y a reconocer a las personas, a las empresas exitosas, a las que crecen, a las que ganan mucho dinero, pero, como tú lo dices, pues hay cierto estigma sobre aquellas empresas, emprendimientos que quiebran. Este es un punto muy difícil de cambiar de manera rápida, pero sí es muy importante que la sociedad, que el sector empresarial, que los emprendedores, que todos nosotros como personas, familias, entendamos que fracasar es parte del camino.
Y muchas veces los fracasos, los problemas, las crisis son muchos mejores maestros que los éxitos, los triunfos, los reconocimientos. De hecho, si uno revisa un poco de la historia empresarial de Colombia y del mundo, va a encontrar que la inmensa mayoría de grandes empresas o de multimillonarios del planeta, pues lo son, pero luego de haber pasado épocas de crisis muy fuertes, luego de haber tenido que sortear bancarrotas, situaciones de liquidez, entonces no es tan cierto que el empresario exitoso sea el que nunca haya tenido un problema. Eso, además, no existe, ni tampoco que las empresas grandes que crecen, que ganan mucho dinero, nunca han tenido situaciones difíciles. Claro que sí las han tenido. Lo importante acá es entender que esas crisis, repito, son parte natural de la evolución de una empresa, de un emprendimiento, y que lo importante es saber sobrellevarlas y aprender las lecciones que ellas nos pueden traer.
<b>Los fracasos, los problemas, las crisis son muchos mejores maestros que los éxitos, los triunfos, los reconocimientos.</b>
En general, en la vida, las crisis son situaciones complejas. Por supuesto, ojalá que no se nos presenten problemas graves, pero cuando viene una situación problemática, qué importante aprender de ella lecciones como la fortaleza, la resiliencia, la creatividad, la negociación. Y al final lo que vamos a encontrar es que estas crisis empresariales y personales, si sabemos sortearlas con tranquilidad, de alguna manera con optimismo, con fortaleza, con claridad, como lo he mencionado, asesorándonos, pueden ser además de grandes maestras, pueden ser también las situaciones de las cuales surgen las semillas de lo que viene a continuación. Crisis traen la necesidad de innovar, de repensar nuestro negocio, de ajustarnos a esa nueva situación. Entonces, como tú lo dices, no es fácil, hay esos estigmas, pero es algo absolutamente natural de la vida de un negocio que debemos aprender a sortear.
¿Qué papel juega la inteligencia emocional en un momento difícil como es una quiebra?
La pregunta es bien interesante porque las emociones son un componente fundamental en todas las decisiones del ser humano y particularmente en el campo de los negocios tienen una influencia muy profunda. Cuando el emprendedor inicia su actividad, crea una empresa, un negocio, lo hace muy seguramente porque está en un estado de ánimo positivo, porque cree que su trabajo, su esfuerzo lo llevará a crear una empresa que va a prosperar en el futuro. Pero esto, por supuesto, tiene un componente altísimo emocional.
Ahora bien, al contrario, el manejo de las crisis, los problemas, o incluso como lo hemos mencionado en la bancarrota, pues tiene un altísimo componente emocional. Y ahí la inteligencia emocional juega un papel fundamental. No es fácil, por supuesto. La derrota, los problemas, las quiebras, pues necesariamente son dolorosas. Pero gracias a la inteligencia emocional, es decir, a la habilidad que tenemos de entender y manejar nuestras emociones, podríamos manejar, administrar estas crisis y poder salir adelante.
Creo que necesitamos, como emprendedores, como empresarios, primero autoconciencia. Y esto quiere decir tener la capacidad de reconocer nuestras emociones frente a la crisis y saber que ese dolor, la preocupación, el estrés que tenemos en esa crisis puede manejarse. Y esto se conecta con la capacidad de autorregulación y es dominar nuestras emociones para resolver los conflictos, poder reaccionar positivamente y ojalá oportunamente a esta situación negativa.
La derrota, los problemas, las quiebras, pues necesariamente son dolorosas. Pero gracias a la inteligencia emocional, es decir, a la habilidad que tenemos de entender y manejar nuestras emociones, podríamos manejar, administrar estas crisis y poder salir adelante.
Necesitamos también motivación y esto quiere decir que a pesar de los problemas actuales, podamos convencernos de que sí vamos a poder salir de ellos y que va a venir un futuro mejor en el que saldremos adelante con nuestros negocios. Pero también todo esto en el marco de un equipo. Por eso también dentro de la inteligencia emocional están las habilidades sociales, la capacidad no solamente de entendernos y comunicarnos bien con lo que pase con sus ventas y sus utilidades, sino que también el hecho de contar con una familia, con un núcleo cercano de apoyo, resulta vital en épocas buenas y particularmente en épocas malas.
¿Qué papel juega el entorno del emprendedor, es decir, familia y amigos justo cuando el negocio no resultó como estaba planeado? ¿Cómo volver a empezar?
Creo, como tú lo mencionas, que aquí hay dos aspectos, uno más personal y otro una serie de pasos más empresariales. El punto de partida es la decisión personal de seguir, de continuar, de volver a empezar. Ese volver a empezar necesita de una cualidad que se llama la resiliencia. Esa resiliencia es la capacidad que debemos tener para enfrentarnos a situaciones difíciles y para seguir adelante. Esto requiere también de un apoyo de alguien más, es decir, ni como seres humanos en general, ni particularmente como emprendedores, empresarios, se puede seguir adelante solo.
Es importante contar con el apoyo de familiares, amigos, socios para seguir adelante. Ahora bien, en lo empresarial, el punto de partida, opino, es hacer una evaluación con cabeza fría y con los pies en la tierra sobre la situación actual, es decir, ni cargados de pesimismo pero tampoco de un exagerado optimismo. Creo que las crisis nos deben poner en un justo medio en donde, siendo optimistas para continuar, aprendamos también de los problemas que tuvimos y seamos conscientes de que ellos podrían repetirse a futuro y por lo tanto tenemos que estar preparados para ellos. Siendo esto así, el punto inicial sería hacer un balance, hacer una evaluación de nuestra situación actual.
<b>Hacer una evaluación con cabeza fría y con los pies en la tierra sobre la situación actual, es decir, ni cargados de pesimismo pero tampoco de un exagerado optimismo.</b>
¿Qué debemos? ¿Qué deudas tenemos con terceros, con proveedores, con bancos? Y también, ¿qué activos tenemos? ¿Cuáles son nuestras propiedades? Si a la empresa le quedó todavía, por ejemplo, una bodega, un local, unas materias primas, unas máquinas, computadores, alguna plata y cómo vamos a organizar entonces estas pertenencias y las deudas para poder reiniciar. Qué bueno también que podamos hacer un ejercicio de planeación, de ver de dónde vamos a sacar ingresos para poder así avanzar. En algunas oportunidades, los emprendedores pueden decidir de manera temporal emplearse, ya que esto les permite tener una fuente de ingresos de vida y específicamente en el desarrollo de una empresa, de un emprendimiento, fundamentados en la experiencia que nos dejó la crisis anterior.
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Por Edwin Bohórquez Aya
