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Cuando se crea un negocio por necesidad, se hace precisamente para buscar recursos que permitan tener plata para sobrevivir, para el diario, para poder comprar la comida, pagar el arriendo, el colegio, las deudas. Son realidades distintas a la del emprendimiento por oportunidad, donde los generadores de ideas encuentran espacios para crear productos o servicios con potencial rápido de crecimiento, pero están construyendo empresa con muchos beneficios de entrada, como que no tienen la necesidad apremiante de conseguir plata para comer. Muchos lo hacen mientras tienen trabajo, es un proyecto universitario o un intraemprendimiento en una gran compañía. Y por eso resulta tan destacable aquellos casos en los que, con una necesidad evidente, el asunto es difícil desde el día uno. Y en esos instantes, poco se sabe de contabilidad, de ingresos y egresos, de impuestos, de deuda, de finanzas, de formalización laboral.
Pues resulta que hay un programa llamado Ruta FINDEQ (Finanzas Digitales para la Equidad) que, “en su primer año, ha logrado impactar a más de 6.300 personas con un modelo de acompañamiento que incluye formación digital, financiera y productiva, apostando a la transformación, a la alfabetización y al cierre de brechas digitales como puente de acceso a la educación y a la inclusión financiera de diversas poblaciones”.
Así lo informó Bancamía, la entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, y USAID Colombia, quienes crearon la actividad Finanzas para la Equidad y con la que pusieron en marcha dicho programa. Actualmente trabajan “con comunidades indígenas, jóvenes, mujeres y microempresarios de cinco corredores geográficos como: 1) Bajo Cauca, Sur de Córdoba y Nordeste Antioqueño; 2) Catatumbo; 3) Cauca y Nariño; 4) Caquetá y Putumayo; y 5) Meta, Guaviare y Guainía, fortaleciendo capacidades que contribuyen al desarrollo productivo de los territorios de acuerdo a las condiciones de vulnerabilidad, ámbito, género, conectividad y diversidad en el territorio”, explicaron en un comunicado de prensa.
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Ya lo había dicho Freddy Vega en la pasada edición del Gofest: “Emprender es muy difícil, es muy berraco y no para de ser jodido, porque emprender es una elección, pero lo maravilloso es que emprender es la única forma de salir de la pobreza. Si uno mira la historia humana desde la revolución industrial, es generando más empleo de mejor calidad. Esa es la fórmula, eso es el efecto multiplicador que hace que salgamos de la pobreza. Colombia es un sinónimo de calidad, eso nos dicen afuera, somos un país relativamente pequeño con impacto grande”.
De acuerdo con la gente del programa Ruta FINDEQ, “entre los proyectos desarrollados para beneficiar a las poblaciones indígenas se crearon módulos virtuales de “Educación Verde”, los cuales son de acceso libre y gratuito a través de la plataforma digital educativa Facilitamos su Progreso. Este material fue diseñado con los habitantes de las comunidades de los departamentos amazónicos de Caquetá y Putumayo para crear habilidades y consciencia respecto a la armonía con la selva, manejo de los recursos naturales, etnoturismo, bioeconomía y agrosostenibilidad”.
“Un modelo de acompañamiento integral a poblaciones diversas como indígenas, jóvenes, mujeres y microempresarios puede aportar en un real cierre de brechas, reconociendo que, en el propósito de inclusión, existen carencias en otras dimensiones como educación, digitalización, conectividad y acceso a servicios básicos para avanzar en un bienestar financiero sostenible”, dijo Viviana Araque Mendoza, presidenta ejecutiva de Bancamía.
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Se refiere a que también existe un espacio llamado “Laboratorio Digital en El Paujil (Caquetá)” que junto a USAID y Claro” pretende “apoyar la inclusión digital y financiera, gracias al acceso a Internet gratuito de fibra óptica que hoy permite a pobladores de esta región utilizar diferentes dispositivos electrónicos en los cuales pueden realizar procesos formativos para mejorar su salud financiera, habilidades digitales y generar ideas para el crecimiento de los negocios”.
Y, junto a ello, Jóvenes Tech, “una actividad que busca contribuir a la alfabetización tecnológica de las nuevas generaciones y a su educación digital para que logren la formulación de ideas de transformación productiva que aporten al fortalecimiento de microempresarios y comunidades del departamento del Caquetá. A través de este espacio se han vinculado 17 jóvenes de El Paujil con propuestas de transformación productiva”.
También explicaron el programa “Para ellas”, donde “cerca de 5.900 mujeres recibieron acompañamiento con el cual se entregó a microempresarias formación y fortalecimiento de sus habilidades digitales y de su liderazgo en los territorios para que más personas puedan acceder a procesos de inclusión financiera”.
Al final, todo se trata de una oportunidad. Sí, todos en algún momento de la vida necesitamos que alguien nos abra la puerta y nos permita entrar. Para la muestra un botón: Héctor Orozco, director general de Arcos Dorados, la compañía que maneja McDonald’s en Colombia, nos lo había contado en este espacio de Emprendimiento y liderazgo de El Espectador. Recordó los días en los que le dieron la primera posibilidad de trabajar precisamente en la organización que ahora lidera, pero en aquellos tiempos atendiendo a los clientes, preparando alimentos y limpiando espacios de trabajo. Sí, en este caso fue su primer trabajo.
“El 65% de las personas que tocan y cruzan nuestras puertas, para esas personas, es su primera experiencia laboral. Y nosotros confiamos en que lo pueden hacer bien, porque por definición confiamos. Y para confiar en la gente, lo primero que hay que entender es que van a equivocarse, confiar de verdad es dar esa autonomía para que la gente pueda fallar y sepa que están en un ambiente donde lo pueden hacer, pero lo vamos a acompañar para que lo corrija. De eso se trata la confianza, de tener esa convicción de que las personas lo van a hacer bien”, le dijo Orozco a El Espectador. Y lo mismo pasa en el emprendimiento: hay que dar una oportunidad. Por ahí comenzaron todos los grandes empresarios. Con una oportunidad. Y cada vez que se pueda estudiar para ser mejor, también hay que aprovechar al máximo.
Un dato no menor que entregaba Bancamía: con “Ruta FINDEQ y en línea con los objetivos específicos del programa, han sido originados más de 11.700 créditos por $66.600 millones”. Y sí, al final en la mitad hay un negocio, pero los que hemos podido crecer gracias a un crédito sabemos que cumpliendo es posible cambiar realidades. Eso, precisamente, es lo que se quiere en Colombia.
Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻💻 🤓📚
