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El cierre de la vía al Llano está dejando al menos $2.400 millones en pérdidas diarias para los transportadores de carga, según cálculos que reveló este miércoles Colfecar, uno de los principales gremios del sector.
A esta cantidad hay que sumarle unos $500 millones en pérdidas diarias para el transporte de pasajeros, según Aditt, gremio de este renglón.
La vía está cerrada desde el domingo por cuenta de un deslizamiento que impide el paso a la altura del municipio de Chipaque. Las labores de remoción se han visto obstaculizadas por las lluvias que han seguido presentes en la zona, lo que eleva el riesgo de más derrumbes.
En promedio, cada día circulan por este corredor unas 33.000 toneladas de carga hacia los Llanos, según cifras de Colfecar. Por su parte, Aditt reporta que diariamente se generan afectaciones para unos 11.000 pasajeros que circulan por esta ruta. El despacho de viajeros se ha reducido en 75 %, según las cifras del gremio.
El tránsito por la vía alterna, la antigua carretera hacia Villavicencio, también debe ser interrumpido para que el corredor pueda recibir adecuaciones de emergencia que le permitan soportar mejor la carga y el flujo de vehículos mientras se soluciona el derrumbe en Chipaque.
De acuerdo con Coviandina, concesionario de la vía, este cierre debe mantenerse entre dos y tres días. Esta determinación desató protestas entre algunos transportadores, que impidieron el comienzo de los trabajos este martes, según reportó el propio concesionario.
Pero aquí vale aclarar que los corredores alternos no son opciones viables para las tractomulas que hacer este recorrido regularmente, pues su longitud y peso les impide pasar por la antigua vía al Llano, así como la llamada transversal del Sisga, que tiene paso restringido en algunos puntos.
Por lo regular, en la vía al Llano pueden circular camiones con hasta 52 toneladas de peso, mientras que por la transversal el peso máximo es de 16 toneladas y por la ruta antigua la cifra presenta un máximo de 28 toneladas, informó Colfecar.
El problema no es sólo por el peso, algo que de por sí ya le pega a la competitividad de empresas y a la logística de cientos de productos (especialmente del agro), sino que los recorridos se aumentan significativamente: la vía al Llano representa un viaje de cinco horas, mientras que en las vías alternas el número crece a ocho y 11 horas.
“Desde Colfecar hacemos un llamado urgente al Ministerio de Transporte y al Gobierno Nacional para que se implemente soluciones estructurales que garanticen la movilidad de la vía a largo plazo que garantice la confiabilidad y estabilidad de la vía Bogotá– Villavicencio, considerada una arteria estratégica para el abastecimiento y la competitividad del país", dijo el gremio a través de un comunicado.
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