Monómeros en cuerda floja: Supersociedades confirma grado máximo de supervisión

Más de 1.500 empleados dependen de la operación de Monómeros, cuya eventual venta podría desestabilizar tanto a los trabajadores como a sus familias.

La decisión de la Superintendencia de Sociedades de someter a Monómeros Colombo Venezolanos S.A. al máximo grado de supervisión, conocido como “control”, marca un nuevo capítulo en la historia de esta empresa clave para el sector agroindustrial nacional. Bajo esta figura, que no implica la toma de posesión ni la coadministración por parte del ente regulador, según comunicó el ente de supervisión, la compañía enfrenta una vigilancia más estricta con el propósito de asegurar su estabilidad financiera, preservar su capacidad productiva y proteger los más de 1.500 empleos que genera.

Esta medida, confirmada tras la resolución de recursos legales, refuerza el compromiso estatal de evitar el deterioro de una empresa que, pese a los desafíos económicos, mantiene un rol estratégico en la producción de fertilizantes para el agro colombiano. Sin embargo, el panorama se complica con las intenciones de compra por parte de Nitrofert y el rechazo rotundo de los trabajadores y sindicatos.

El superintendente de Sociedades, Billy Escobar Pérez, destacó que la decisión responde al seguimiento de largo plazo sobre Monómeros y busca asegurar su sostenibilidad financiera. Según Escobar, la empresa presenta oportunidades de mejora en sus ingresos y flujo de caja, lo que justifica un acompañamiento más cercano. Bajo el esquema de “control”, la Superintendencia tiene facultades para autorizar transacciones extraordinarias, convocar procesos de insolvencia si es necesario, y promover planes de mejoramiento para garantizar la viabilidad de la empresa. Esta figura también permite intervenir ante posibles irregularidades, como la venta de activos estratégicos sin autorización previa, un punto crítico dado el interés expresado por Nitrofert.

Nitrofert Asset Management SAS, liderada por Jorge Pacheco, ha manifestado en una intensa ronda de medios su interés en adquirir los activos tangibles e intangibles de Monómeros, sin incluir la compra total de la compañía. Entre estos activos destacan propiedades, equipos, patentes y marcas comerciales. Según Pacheco, el objetivo es consolidar un modelo de negocio que fortalezca su posición en el mercado. Sin embargo, la propuesta enfrenta cuestionamientos debido a su pasado. Acorde a una investigación de La Silla Vacía, Nitrofert estuvo involucrada en una fallida toma hostil de Monómeros en 2021, y su reciente acercamiento al gobierno de Nicolás Maduro despierta sospechas.

Además, el sindicato de trabajadores denuncia que Nitrofert carece del respaldo financiero necesario para una transacción de esta magnitud. La adquisición de activos de Monómeros suma aproximadamente US$350 millones.

En una reciente entrevista con La República, Pacheco aseguró que Nitrofert alcanzó ventas de $600.000 millones en 2024, con 350.000 toneladas de fertilizantes. Para este año, proyectan un crecimiento de 5 %, equivalente a 630.000 millones en ventas.

Por su parte, pese a las dificultades, Monómeros ha reportado resultados significativos. En 2024, logró un crecimiento de 22 % en ventas de fertilizantes y otros productos industriales, alcanzando las 548.680 toneladas métricas. Además, invirtió más de $16.000 millones en actualizaciones tecnológicas para mejorar su operatividad.

El rechazo de la privatización viene de tiempo atrás. En noviembre pasado, el presidente Gustavo Petro se opuso desde su cuenta de X, cuestionando la intención de venta desde el Gobierno Duque: “La agricultura en Colombia y Venezuela es piedra angular para transitar de un sistema de economía extractivista a un sistema productivo que genere riqueza”, dijo.

“Actualmente, la comercialización de Urea de Monómeros les garantiza a millones de familias venezolanas y colombianas la productividad de sus tierras”, señaló el mandatario. “Esta decisión podría condenar a la pobreza y el hambre a millones de personas que representan la base de la soberanía de nuestra región”.

Resistencia sindical y riesgos laborales

El sindicato de Monómeros (Sintramonomeros) ha liderado el rechazo a la posible venta, argumentando que el enfoque de Nitrofert es puramente mercantilista y pone en riesgo la estabilidad de los trabajadores. En un comunicado reciente, señalaron que la estrategia del comprador se centra únicamente en las instalaciones y equipos, ignorando la importancia del proceso productivo y el impacto en el agro colombiano. Asimismo, acusan a Pequiven, la dueña de Monómeros, de mantener un silencio que aumenta la incertidumbre.

La situación laboral es especialmente crítica. Más de 1.500 empleados dependen de la operación de Monómeros, cuya eventual venta podría desestabilizar tanto a los trabajadores como a sus familias.

Por ahora, el panorama de Monómeros refleja la complejidad de los desafíos que enfrenta: desde la vigilancia estatal hasta las tensiones laborales y las controversias sobre su posible venta. Mientras la Superintendencia refuerza su supervisión, los trabajadores exigen garantías y los actores del sector agropecuario observan con preocupación el desenlace de esta historia.

La próxima gran decisión recaerá en la Junta Directiva de Monómeros y Pequiven, quienes deberán definir el camino a seguir.

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