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El reloj corre y el pulso por el futuro de las telecomunicaciones en Colombia se intensifica. Mientras la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) se prepara para decidir si autoriza o no la integración entre Tigo y Movistar, un grupo de operadores alternativos —entre ellos Partners Telecom, Suma Móvil, LOV Telecom, Velonet, Legon, Finetco e IP Technologies— envió un “llamado urgente” a la entidad para que imponga condicionamientos “reales, eficaces y correctivos”.
Si la SIC aprueba la operación tal como fue presentada por las compañías, advierten, el mercado quedará concentrado en niveles que harán inviable la existencia de los pequeños competidores, y con ello, el acceso equitativo de millones de colombianos a servicios de internet y telefonía.
“Esta operación redefinirá irreversiblemente la estructura competitiva del sector”, subraya la carta.
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El riesgo de un duopolio
Hoy, según cifras de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), Claro controla el 44 % de las líneas móviles y el 61 % de los accesos a internet móvil. Movistar tiene 22 % y 11 %, respectivamente; Tigo, 18 % y 16 %. Si la fusión entre Tigo y Movistar prospera, dos operadores controlarían cerca del 90 % del mercado.
WOM mantendría cerca del 8 %, y apenas un 2 % quedaría en manos de los operadores móviles virtuales (OMVs) como Virgin, Éxito o Suma.
Para los operadores más pequeños, ese escenario no solo reduce la competencia, sino que pone en riesgo su supervivencia misma. Argumentan que los compromisos ofrecidos por Tigo y Movistar son “débiles”, de corta vigencia y sin mecanismos claros de auditoría.
"No consideran la replicabilidad efectiva, ni la auditoría continua y con una vigencia tan corta que no incentiva las inversiones a largo plazo, hacen insostenible nuestra permanencia en el mercado”, se lee en la carta a la Superintendencia.
Un equilibrio frágil
El dilema que enfrenta la SIC no es nuevo: permitir la consolidación para crear un contrapeso a Claro, o evitar una concentración que deje solo a dos gigantes dictando las reglas.
Quienes respaldan la integración sostienen que un operador unificado podría competir de tú a tú con Claro, aumentar la cobertura y ofrecer servicios más eficientes. Pero los críticos (entre ellos los firmantes de esta carta) temen que el remedio sea peor que la enfermedad.
Los operadores alternativos recuerdan que la presencia de pequeñas empresas es clave para conectar regiones rurales o apartadas, y que su desaparición golpearía directamente los esfuerzos por cerrar la brecha digital.
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