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Esta semana el Partido Liberal radicó un proyecto de ley que busca modificar, nuevamente, la jornada nocturna en el país; así como brindar un reconocimiento económico a quienes trabajan de noche.
En entrevista con El Espectador, la ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez asegura que le interesa esta medida, y que por tanto la analizará desde su cartera para emitir un concepto que, se espera, sea favorable.
La ministra recuerda que antes de entrar en vigencia la Ley 789 de 2002, en Colombia la jornada de trabajo diurno estaba comprendida entre las seis de la mañana y las seis de la tarde, y el trabajo nocturno desde las seis de la noche hasta las seis de la mañana. Posteriormente el primero pasó a ser de seis de la mañana a diez de la noche, mientras que el segundo quedó de diez de la noche a seis de la mañana. Más adelante, en 2017, las jornadas quedaron de 6 a.m. a 9 p.m, y de 9 p.m. a 6 a.m.
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La propuesta que busca apoyar el Ministerio de Trabajo, busca volver al modelo anterior, reconociendo el pago de hasta tres recargos nocturnos por día.
Tenga en cuenta que lo que se propone no es el pago de horas extra, sino recargos nocturnos, es decir, un reconocimiento económico adicional por cada hora nocturna en la que labora.
¿De cuánto sería el incremento?
Según lo explicado por el Ministerio de Trabajo, actualmente una persona que devenga un salario mínimo recibe $4.166 diarios por cada hora trabajada. Con el recargo nocturno, se le reconocerían $1.458 adicionales (el 35 %) por cada hora laborada después de las seis de la tarde y antes de las seis de la mañana.
Entendiendo que el tope de horas reconocidas con este beneficio es de tres, un trabajador que devenga un salario mínimo recibiría $4.374 adicionales al día, $21.870 a la semana (cinco días) y $87.480 al mes (cuatro semanas de cinco días).
De momento, la propuesta está sobre la mesa y será discutida en el Congreso.
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¿Un aumento suficiente?
Teniendo en cuenta el aumento que ha tenido la inflación en los últimos meses (que se ha visto fuertemente reflejada en el alza de los precios de los alimentos), es un hecho que a los colombianos el dinero les está alcanzando para menos. Medidas como las que propone el Partido Liberal, y que secunda la nueva ministra de Trabajo, son de ayuda, pero para muchos no son suficientes.
Actualmente en Colombia una hora de trabajo (con salario mínimo) equivale a menos de un dólar, cuando en otros países latinos (según estimaciones del Ministerio del Trabajo) este reconocimiento económico es de $4.581 (México), $4.520 (Brasil), $27.245 (Perú), $11.090 (Chile). Tenga en cuenta que no es acertado ver este dato por sí solo, pues el costo de vida en cada país es diferente (se puede ganar más, pero también se puede gastar más).
La puja por el salario mínimo ha sido histórica en el país, pues el debate se concentra en que mayores salarios se traducen en menores empleos (porque la capacidad de inversión de la empresas se ve afectada), aunque hay teorías (como la propuesta por la CGT) de que mayores salarios se traducen en mayores posibilidades de generación de puestos de trabajo (porque la capacidad adquisitiva sube, lo que hace que crezca la demanda y, por consiguiente, la necesidad de contratar más personal). Pero, de nuevo, hay que saber entender estas propuestas porque también juegan actores importantes, como la inflación, que podrían desbaratarlas.
Para la ministra de Trabajo es un hecho de que mejorar los ingresos de los trabajadores del país (de la mano de los empresarios) es uno de los objetivos que tiene que alcanzar si quiere llegar a la meta que se ha propuesto, que es la de hacer que el trabajo en Colombia sea más digno. ¿Cómo hacerlo? esa es la gran interrogante.
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