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Cada vez que una familia celebra un cumpleaños en un restaurante, que un joven contrata internet para estudiar o que un trabajador renueva su celular, aparece un acompañante silencioso en la transacción: el Impuesto Nacional al Consumo (INC). Creado en 2013, se volvió un residente estable del presupuesto familiar, aunque pocos comprenden su alcance real.
El INC es un gravamen indirecto que recae sobre el consumidor final y se aplica una sola vez en la cadena de comercialización. No grava ingresos ni utilidades, sino el acto de consumir ciertos bienes y servicios.
A diferencia del IVA, que grava la mayoría de bienes y servicios con una tarifa general del 19 % y permite descontar lo pagado en etapas previas, el INC se aplica a sectores específicos y no admite deducciones. Es dinero que sale del bolsillo del ciudadano y no regresa..
En restaurantes y bares, por cada COP 30.000 consumidos, COP 2.400 se destinan exclusivamente al INC. Para una familia de cuatro personas que cena fuera dos veces al mes, esto representa cerca de COP 20.000 mensuales, equivalentes a dos kilos de pan o a un gasto escolar menor.
Tarifas vigentes
| Bien o servicio | Tarifa INC | Ejemplo de aplicación |
|---|---|---|
| Comidas y bebidas en restaurantes, bares, discotecas | 8 % | Si consume COP 30.000 , paga COP 2.400 de INC |
| Servicios de telefonía móvil (voz y datos) | 4 % | Incluido en la factura mensual |
| Vehículos familiares, camperos, pick-ups | 8 % | Al comprar un carro de COP 60.000.000 , se pagan COP 4.800.000 de INC |
| Motocicletas de más de 200 c.c. | 8 % | No aplica a motos pequeñas |
| Yates, aviones privados, vehículos recreativos | 16 % | Gravamen de lujo |
Restaurantes: ¿por qué algunos lo cobran y otros no?
El INC en restaurantes y bares es del 8 % sobre el valor del consumo (sin incluir propina). Sin embargo, no todos los establecimientos lo aplican: según el régimen tributario (por ejemplo, régimen simple), algunos negocios pueden estar obligados a cobrar IVA en lugar de INC. Esto explica por qué el mismo servicio puede tener precios distintos según el tipo de contribuyente.
La paradoja en telecomunicaciones
El INC también se aplica a servicios de telefonía móvil (voz y datos) con una tarifa del 4 %, que aparece discriminada en la factura. Para un hogar que paga COP 150.000 mensuales en telefonía móvil, el impuesto representa COP 6.000.
Lo controvertido es que estos servicios dejaron de ser lujos: hoy son esenciales para teletrabajo, educación virtual y comunicación familiar. El INC, en este caso, grava la conectividad básica.
El efecto acumulativo en los hogares
Aunque parece pequeño, el INC se acumula. Una familia que sale a comer cuatro veces al mes y paga en total COP 120.000 en restaurantes, destina COP 9.600 solo a este impuesto. Sumado a telecomunicaciones y otros consumos, un hogar de clase media puede terminar pagando entre COP 40.000 y COP 80.000 mensuales en INC.
En un año, esa cifra puede acercarse a COP 1.000.000, equivalente al pago de un servicio público o a la alimentación de una semana.
El INC tiene un carácter regresivo: para familias de altos ingresos, el monto en restaurantes es marginal; para sectores populares, puede convertirse en una barrera adicional al consumo cultural y social.
Además, su aplicación desigual genera distorsiones, es decir, algunos negocios bajo régimen simple no lo cobran, mientras otros sí, creando asimetrías competitivas y confusión en el consumidor.
Esto se debe a que la inflación (el costo de vida) impacta de manera desequilibrada a los hogares. En septiembre, la inflación se registró en 5,18 %.
Por ejemplo, si se mira por estratos, el DANE refleja que el golpe más fuerte fue para los hogares pobres, con 5,21 % de inflación anual. Le siguió ingresos altos (5,20 %), clase media (5,17 %) y vulnerables (5,15 %).
Una alta inflación tiene mayor impacto en los hogares más vulnerables, pues son ellos quienes dedican la mayor parte de su ingreso disponible al consumo básico, lo que sugiere que una alza de precios implicaría una reducción importante en su capacidad de gasto.
Por el contrario, para los hogares que cuentan con mayores ingresos, el consumo básico es una proporción más holgada de su ingreso disponible.
En 2024, la línea de pobreza se marcó en COP 460.198 por persona al mes. Para un hogar de cuatro personas, la línea de pobreza monetaria es de COP 1.840.792.
De este modo, un impuesto al consumo es una carga silenciosa pero constante en la vida cotidiana, tanto presente en la mesa, en la factura del hogar y la compra de un vehículo, con efectos dispares en los diferentes estratos colombianos.
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