La silenciosa tragedia de los muertos en accidente viales en Colombia

El principal problema, más que el medio de transporte que se use, es la irresponsabilidad e imprudencia de los conductores, especialmente de los motociclistas, que en la mayoría de las ciudades del país no respetan las normas de tránsito y conducen con exceso de velocidad, creyéndose inmortales; parece que los cursos de conducción están mal direccionados pues este es un problema general. El estado debe ser consciente de esto y aplicar las normas sin contemplación. Coste que soy motociclista.

Tema imposible razonar con alguien que no tiene ningún cuidado consigo mismo a pesar de enfrentar alto riesgo de lesiones graves, o la muerte en accidente de tránsito. Tuve un incidente, no pasó a mayores afortunadamente, con un motociclista adelantando en alta velocidad por la berma en vía nacional; le pregunté por qué era tan imprudente sabiendo que podía sufrir un grave accidente, y su respuesta, más el madrazo, fue: "nacimos para morirnos, si sufre de miedo no salga". Apague y vámonos...

Por fortuna manejo automóvil menos que antes pero siempre que lo hago confirmo que los motociclistas son absurdamente irreflexivos y muy peligrosos no solo para ellos mismos sino para los demás. Quedo estupefacto cada vez que pitan con furia tratando de abrirse paso a las malas haciendo zigzag entre los carros y subiéndose a los andenes y las zonas verdes. ¡¿Son tan obtusos que no entienden acaso que están violando las normas de tránsito más elementales?!

El 64 % de muertos lo ponen personas accidentadas en moto. Y subiendo. La simple observación diaria evidencia que los y las motociclistas asumen la vía como pista de carreras sin importarles vida propia y ajenas. Cualquier reclamo sobre su imprudencia deriva en golpes y groserías. Pitan con desespero abriéndose paso a la brava . Las señales para esa plaga son estorbos.

Basta con mirar la indiferencia con la que muchos motociclistas pasan por un lado de los accidentados en la vía y unos metros adelante continúan con las imprudencias como si nada. Es como si les gustara jugar a la ruleta rusa. Es incomprensible y triste eso en Colombia, como tantas otras cosas.