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La economía china, tradicionalmente un motor del crecimiento global, cerró 2024 con una expansión de 5 %, una de las tasas más bajas en décadas. A pesar de alcanzar el objetivo gubernamental de “alrededor de 5 %”, fijado al inicio del año, este desempeño refleja los desafíos estructurales y coyunturales que enfrenta el gigante asiático, cuya población también se redujo por tercer año consecutivo.
El gobierno, encabezado por Xi Jinping, celebró este avance como un logro en medio de un panorama internacional turbulento y problemas internos como la caída del sector inmobiliario y una persistente debilidad en la demanda interna.
Sin embargo, el crecimiento del último trimestre, de 5,4 % interanual, encendió una luz de optimismo, impulsado por un ambicioso plan de estímulo económico que logró reactivar sectores clave.
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El crecimiento del PIB chino se logró gracias a estímulos fiscales y monetarios implementados desde finales de 2023. Estas medidas contrarrestaron parcialmente los efectos adversos de una caída sostenida en el mercado inmobiliario y de presiones deflacionarias que afectaron el consumo y la inversión.
El yuan, por su parte, mostró una ligera apreciación de 0,1 % tras conocerse las cifras oficiales.
A pesar de estas mejoras, la Oficina Nacional de Estadística (NBS) advirtió sobre un entorno externo cambiante, marcado por las tensiones comerciales con Estados Unidos, cuya nueva administración evalúa aranceles de hasta 60 % sobre productos chinos. Este contexto amenaza con profundizar los retos económicos y comerciales de China.
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Puntos clave:
- La producción industrial aumentó un 6,2% interanual en diciembre, el ritmo más rápido desde abril, frente a la previsión de los economistas de un crecimiento del 5,4%
- Las ventas al por menor aumentaron un 3,7% el mes pasado, más que el incremento estimado del 3,6%
- La inversión inmobiliaria se contrajo un 10,6% en 2024, registrando su peor año desde que comenzaron los registros en 1987. El desplome lastró la inversión en activos fijos, que subió un 3,2% compensada por el gasto en manufacturas e infraestructuras, frente al aumento del 3,3% previsto por los economistas.
- La tasa de desempleo urbano fue del 5,1% en diciembre, ligeramente superior al 5% de noviembre.
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La población, un desafío estructural
Paralelamente a los retos económicos, China enfrenta una reducción sostenida de su población, lo que podría comprometer su crecimiento a largo plazo. En 2024, el país perdió 1,39 millones de habitantes, reduciendo la población total a 1.408 millones.
Aumento leve de nacimientos: En 2024 nacieron 9,54 millones de bebés, 520.000 más que el año anterior. El incremento se atribuye, en parte, al simbolismo del año del dragón en el zodiaco chino.
Tendencia decreciente: A pesar del aumento, los nacimientos se mantuvieron en niveles históricamente bajos, siendo el segundo registro más bajo desde 1949.
El declive poblacional es el resultado de décadas de políticas de control de natalidad, elevados costos de crianza y cambios culturales que han reducido el interés por formar familias numerosas. Aunque el gobierno ha flexibilizado las restricciones, los resultados no han sido suficientes para revertir la tendencia.
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Un delicado equilibrio
A medida que la segunda mayor economía del mundo avanza en un escenario global incierto, las autoridades chinas se enfrentan a un complejo desafío: mantener un crecimiento estable mientras abordan problemas estructurales como el envejecimiento poblacional y la disminución de la mano de obra.
La promesa de mayor gasto público y flexibilización monetaria será crucial en 2025, en un intento por sostener la recuperación económica e impulsar la confianza empresarial y del consumidor. Sin embargo, el impacto potencial de nuevas políticas comerciales internacionales podría redefinir el camino económico del gigante asiático en los próximos años.
El gigante asiático se encuentra en una encrucijada que pondrá a prueba su resiliencia, no solo como motor económico global, sino también como una nación que busca adaptarse a un futuro de menor población y crecientes desafíos estructurales.
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