La economía peruana se contrajo en julio más allá de todas las previsiones, lo que aumenta la posibilidad de que el Banco Central continúe con la baja en tasas de interés que comenzó esta semana, siendo uno de los primeros países en Latinoamérica que flexibiliza su política monetaria después del Covid-19.
En el séptimo mes del año, último dato disponible, el Producto Interno Bruto (PIB) de Perú se contrajo un 1,3 % respecto al año anterior. La producción manufacturera cayó un 13,9 %, mientras que la construcción cayó un 8,8 %. Por su parte, la minería registró una expansión del 11,4 %.
El resultado del PIB prolonga la recesión en la que se encuentra la economía de ese país y pone en duda la predicción del Ministerio de Economía de que la recuperación era inminente. El jueves, el banco central recortó la tasa de interés por primera vez desde la pandemia de Covid-19, reduciendo su tasa de referencia al 7,5 %.
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Perú fue la economía importante de América Latina de más rápido crecimiento durante gran parte de este siglo, pero el Covid-19 y factores internos como la crisis política y los disturbios masivos a principios de este año han puesto en dificultades a su aparato económico.
Precisamente, los disturbios masivos provocaron una contracción económica a principios de año que se prolongó cuando el mal tiempo, a consecuencia del Fenómeno de El Niño, afectó a los cultivos y la pesca.
El mes pasado, el Ministerio de Economía de Perú recortó su previsión de crecimiento para este año del 2,5 % al 1,1 %.
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