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La deflación del consumo en China se prolongó por segundo mes consecutivo en marzo, mientras la escalada de la guerra comercial con EE.UU. amenaza con ejercer más presión a la baja sobre los precios.
El índice de precios al consumo bajó 0,1 % respecto al año anterior, según informó el jueves la Oficina Nacional de Estadísticas, frente a la caída de 0,7 % del mes anterior. La mediana de las previsiones de los economistas encuestados por Bloomberg era cero.
El IPC subyacente de China, que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, repuntó hasta 0,5 % en marzo desde -0,1 % del mes anterior. La deflación en las fábricas persistió por trigésimo mes, y el índice de precios de producción registró una caída más rápida, de 2,5 %, frente a 2,2% de febrero.
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La urgencia por reactivar la economía no hace sino aumentar mientras se recrudece el conflicto comercial con Estados Unidos. Pekín ha trazado planes para impulsar el estímulo fiscal y ha hecho del fomento del consumo interno una prioridad este año.
Dong Lijuan, jefe de estadística de la Oficina Nacional de Estadística, dijo que el clima más cálido provocó una caída de los precios de los alimentos que redujo la inflación mensual, según un comunicado que acompañaba a la publicación de los datos.
También señaló un descenso en el coste del petróleo y dijo que el menor número de turistas tras unas largas vacaciones deprimió los precios de los viajes.
“Los efectos de la política para impulsar la demanda de los consumidores están apareciendo gradualmente”, dijo Dong.
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Aunque las vacaciones de Año Nuevo chino, más tempranas de lo habitual, ayudaron a subir los precios a principios de 2025, los riesgos deflacionistas se han intensificado desde entonces, cuando las tensiones entre EE.UU. y China se convirtieron en un ciclo de subidas arancelarias.
Los precios podrían verse presionados a debilitarse aún más si los exportadores redirigen algunas mercancías al mercado nacional o si otros países que se enfrentan a aranceles estadounidenses más elevados desvían sus productos a China.
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“El informe de precios de marzo de China pone de relieve las presiones deflacionistas en una economía que se enfrentará a una mayor presión a medida que la guerra comercial con EE.UU. se intensifique bruscamente. Las medidas de estímulo anunciadas en la Asamblea Popular Nacional a principios de marzo deberían dar un impulso, pero aún no es evidente. Una ligera relajación de la deflación del IPC se debió en gran medida a una base más baja, no a una demanda más fuerte”, dijo Eric Zhu, analista de Bloomberg.
Los inversores en el mercado de renta variable pasaron por alto en gran medida las perspectivas de inflación, centrándose en la posibilidad de un mayor apoyo de estímulo por parte de Pekín ante el empeoramiento de las tensiones comerciales. Un indicador clave de las acciones chinas que cotizan en Hong Kong ganó hasta 3 % en las primeras operaciones del jueves, mientras que el índice CSI 300, de referencia en tierra firme, sumó 1,7 %.
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