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Un debate arancelario se teje en los ministerios de Comercio y Agricultura, al son de las necesidades de la industria de confecciones textiles.
Ahora, con una mayor presión, el presidente Gustavo Petro ordenó este fin de semana eliminar todos los aranceles a las telas y los cueros importados. Su mensaje, publicado en X, busca, según explicó, “proteger y expandir las confecciones textiles y con cuero que dan más riqueza más valor agregado y más trabajo”.
La medida, que en apariencia busca dinamizar la industria, reabre una discusión: cómo equilibrar la urgencia de reducir costos industriales sin debilitar la base agroproductiva que alimenta esas mismas cadenas.
La respuesta se cocina prontamente en las posturas de los ministerios de Comercio y Agricultura. Sin embargo, el trino de Petro, aunque breve, cambia el tono de una política que ya estaba en revisión técnica.
He pedido a la ministra de comercio e industria que quite todos los aranceles a telas y cueros para proteger y expandir las confecciones textiles y con cuero que dan más riqueza más valor agregado y más trabajo.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 12, 2025
Si la confección colombiana que tiene calidad, puede reducir costos… https://t.co/mxByR8rijw
Hasta ahora, el Ministerio de Comercio había propuesto un decreto para reducir temporalmente a cero los aranceles de diez insumos textiles y del calzado, argumentando un “desabastecimiento coyuntural” de materias primas (como hilos de algodón, fibras sintéticas y filamentos artificiales) que amenaza la operación de cientos de talleres y fábricas.
Su salida es permitir, durante un año, la importación sin aranceles de diez subpartidas específicas provenientes de países sin acuerdos comerciales vigentes con Colombia.
Agricultura, en cambio, ha optado por una respuesta técnica y preventiva. No se opone al decreto ni a la política de reindustrialización (de hecho, en su comunicado reafirma su respaldo a esa agenda), pero advierte que abrir sin condiciones el mercado de hilos importados puede debilitar una cadena productiva que el país lleva años intentando reconstruir.
La cartera propone controles a la subvaloración, para evitar que los importadores declaren precios artificialmente bajos; verificación de origen, que garantice trazabilidad, y mecanismos anti-elusión.
El giro presidencial
La decisión presidencial deja incertidumbre en el alcance: el borrador del Mincomercio lo ajustó a un año, pero el trino de Petro es abierto, sin claridad en el límite temporal, ni de ciertos insumos. En términos económicos, el impacto podría sentirse en toda la cadena de valor (desde la hilatura local hasta las exportaciones de confecciones).
Colombia ha intentado por décadas reactivar su cadena textil–algodonera, una de las pocas que aún integra agricultura e industria dentro del territorio.
Eliminar los aranceles puede reducir costos a corto plazo, pero también desincentivar la siembra nacional y aumentar la dependencia de insumos importados sin los controles sugeridos por el Minagricultura.
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