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Mientras la discusión sobre el salario mínimo para 2026 empieza a calentarse, este viernes Somos Uno, el gremio de la distribución minorista de combustibles, pidió que se tenga en cuenta la realidad de los sectores que operan de manera permanente, como las estaciones de servicio, por su impacto en el empleo formal en todo el país.
El pronunciamiento fue hecho por David Jiménez Mejía, vocero gremial nacional de Somos Uno (unión entre COMCE y Fendipetróleo), quien señaló que este debate es clave porque se trata de una actividad intensiva en mano de obra y con presencia en prácticamente todo el territorio nacional.
Jiménez Mejía insistió en que la definición del salario mínimo debe hacerse con criterios técnicos, teniendo en cuenta la inflación esperada, la productividad y la realidad operativa de los sectores con funcionamiento 24/7.
Las cifras de las estaciones de servicio
De acuerdo con el gremio, la red de abastecimiento de combustibles en Colombia está conformada por cerca de 6.400 estaciones de servicio, que en conjunto generan más de 50.000 empleos formales. En este sector participan de manera significativa jóvenes que acceden a su primer empleo y mujeres cabeza de hogar, para quienes esta actividad representa una fuente estable de ingresos.
El vocero explicó que las estaciones de servicio no pueden trasladar libremente los mayores costos laborales al precio final, debido a que operan con márgenes regulados, lo que implica que incrementos desproporcionados del salario mínimo pueden traducirse en reducción de turnos, cierre de pequeños negocios y, en el peor de los casos, pérdida de empleos formales, especialmente en municipios donde la estación de servicio es uno de los principales empleadores.
De cara a 2026, el gremio señaló que el ajuste del salario mínimo debe proteger el poder adquisitivo de los trabajadores, pero al mismo tiempo estar en línea con la inflación y la productividad real, con el fin de garantizar la sostenibilidad del empleo formal.
En paralelo, el sector planteó la necesidad de introducir ajustes en la política pública para la distribución de combustibles, entre ellos, una revisión técnica de los márgenes de distribución, especialmente en regiones apartadas.
Finalmente, el vocero recordó que el sector ha venido enfrentando presiones en los márgenes, así como caídas o estancamientos en las ventas en varias regiones del país, además de una contracción en la demanda de gasolina corriente observada el año pasado, influenciada, entre otros factores, por el incremento del precio del galón. Aun así, afirmó que el gremio ha logrado preservar los puestos de trabajo formales.
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