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Siempre ha sido un sector crítico por razones obvias, pero en los tiempos modernos la generación de electricidad ha comenzado a tomar un rol mucho más central: en buena parte por razones climáticas, pero también por el despliegue de tecnologías como el procesamiento en centros de datos y, claro, la inteligencia artificial (IA).
De acuerdo con las cifras más recientes de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el consumo eléctrico de los centros de datos que hacen posible el funcionamiento de la IA, ascenderá a unos 415 teravatios hora (TWh), lo que significa aproximadamente el 1,5 % del consumo eléctrico mundial en 2024. Este crecimiento ha sido del 12 % anual en los últimos cinco años.
Sumado a este panorama la AIE proyecta que, para 2030, el consumo global de electricidad en centros de datos se duplicará hasta alcanzar aproximadamente 945 TWh. Entre 2024 y 2030, el consumo eléctrico de los centros de datos crecerá aproximadamente 15 % anual, lo que se traduce en un aumento cuatro veces más rápido que el crecimiento del consumo eléctrico total de todos los demás sectores.
Y, sin embargo, un nuevo reporte de la Agencia da cuenta de un tema que, aunque no es exclusivo de este sector, sí tiene un matiz de crítico: la demanda de empleo en el renglón de energía está creciendo al doble del ritmo que el del total de la economía global. Hasta ahí bien, pero el punto importante es que hay cuellos de botella para llenar todas las posiciones requeridas para que el suministro energético pueda satisfacer las necesidades globales, especialmente en lo que tiene que ver con la electricidad (y en particular con roles de alta especialización).
De acuerdo con la AIE, “el sector de electricidad está liderando el camino en la creación de empleo, representando tres cuartos del crecimiento reciente y es el empleados número uno en todo el sector energía, superando al abastecimiento de combustible”.
Dentro de este crecimiento, las cifras señalan que el motor principal está relacionado con la generación solar fotovoltaica, que se está complementando con las contrataciones en la industria nuclear.
Aquí vale recordar que esta fuente de generación está teniendo un rápido resurgimiento, cortesía de la expansión de la IA. De acuerdo con cifras de la Agencia, esta energía será crucial dentro de los próximos años y llegará a posicionarse como una de las más fuertes en lo centro de datos de Estados Unidos, cuando se prevé la llegada de los nuevos generadores SMR, que buscan tener un diseño más dinámico y pequeño para facilitar la manipulación y generación de la energía.
Las grandes compañías tecnológicas ya iniciaron sus apuestas por la energía nuclear. Amazon, Microsoft y Google han destinado fondos a empresas que producen este tipo de energía en Estados Unidos: la primera realizó una inversión superior a los US$500 millones, mientras que la segunda firmó un contrato inicial por US$1.500 millones con la empresa Constellation.
A pesar de las buenas noticias en términos de dinamismo y oportunidades de expansión, el reporte la AIE lanza una alerta importante: de las más de 700 compañías, sindicatos e instituciones educativas que consulta para este análisis más de la mitad reportaron cuellos de botella críticos para llenar las posiciones que está demandando el mercado global en general.
La ecuación se ve un poco más estrecha cuando se ve que, por cada trabajador nuevo que entra al sector energético a nivel global, casi dos y medio salen jubilados. En otras palabras, la presión demográfica también juega en contra en este escenario.
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