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La disputa diplomática con Washington ya no es solo asunto del presidente Gustavo Petro. Este lunes, el ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, y la canciller Rosa Villavicencio anunciaron que renuncian al uso de su visa estadounidense, en solidaridad con el mandatario, a quien el gobierno de Donald Trump le revocó el visado la semana pasada.
“Para trabajar por nuestro pueblo no necesitamos visa”, escribió Ávila. Villavicencio fue más tajante: “Es un acto de dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al Presidente de Colombia. Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta”.
@minhacienda, Germán Ávila Plazas, a la opinión pública:
— MinHacienda (@MinHacienda) September 29, 2025
En solidaridad con el presidente @petrogustavo y por la agresión de que fue objeto por parte del gobierno de los EE. UU. he decidido renunciar al uso de la Visa.
Para trabajar por nuestro pueblo no necesitamos Visa.
El pulso entre Bogotá y Washington dejó de ser un asunto personal del presidente Gustavo Petro. Pocas horas después de que el gobierno de Donald Trump anunciara la cancelación de su visado, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, confirmó que también le fueron retiradas la visa diplomática (A1) y la de turismo (B1/B2).
Gaza bien vale una visa. pic.twitter.com/BtqNMQAb5y
— Edwin Palma Egea (@PalmaEdwin) September 29, 2025
La medida amplió la tensión al corazón del gabinete. Con Petro, Ávila, Villavicencio y Palma fuera de la lista de autorizados para ingresar a Estados Unidos, la relación bilateral dio un giro que trasciende lo simbólico y abre interrogantes sobre el alcance real de la presión norteamericana.
Por su parte, la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, anunció que renuncia voluntariamente a su visa estadounidense, en un gesto que calificó como “acto de dignidad y solidaridad” con el presidente. En una declaración cargada de tono político, acusó a Washington de actuar con un “afán de dominación planetaria” y de buscar “censurar a quienes alzan su voz para denunciar el genocidio en Gaza”.
En su afán de dominación planetaria por medio de la violencia, el gobierno de los Estados Unidos ha decidido violar el principio fundamental de la libre determinación de los pueblos y romper con el orden institucional internacional creado después de la segunda posguerra para…
— Cielo Rusinque Urrego🇨🇴🇫🇷 (@cielo_rusinque) September 29, 2025
El gesto tiene un peso más político que práctico. Los ministros no estaban obligados a entregar sus visados, pero el mensaje apunta a reforzar la narrativa de un gobierno que interpreta la decisión de Trump como una intromisión en la soberanía nacional. Ya lo había hecho antes Augusto Ocampo, secretario jurídico de la Casa de Nariño, y ahora el gabinete empieza a mostrar un frente más cohesionado.
El origen de la crisis
El 26 de septiembre, el Departamento de Estado anunció la revocatoria de la visa de Petro, a quien acusó de “acciones temerarias e incendiarias” tras un acto en Nueva York. Allí, durante una marcha contra el genocidio en Gaza, el presidente pidió a los soldados estadounidenses “desobedecer la orden de Trump y obedecer la orden de la humanidad”.
El episodio se ha convertido en gasolina para el discurso del presidente. Petro no tardó en anunciar un nuevo “plazoletazo” en Ibagué el 3 de octubre, bajo la consigna: “No necesito visa para ir a Ibagué. Con toda la fuerza del bunde tolimense, Libertad y paz en Ibagué”. El afiche del evento lo muestra con una kufiya palestina, en la misma imagen de su protesta en Nueva York.
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