En 2007, Netflix revolucionó la industria del entretenimiento. Con Blockbuster acabado, el futuro parecía brillar para ellos. Sin embargo, ante la aparición de un nuevo mercado, las demás casas productoras se dieron cuenta de que debían actuar rápido y crear sus propios servicios de streaming. Así, en el 2024, ya hay más de 200 plataformas digitales. De acuerdo con Cloudwards, se espera que la industria del streaming tenga un valor de $330 billones para 2030.
Con la llegada de un nuevo modelo de negocio en la industria audiovisual, se presentan nuevos retos, esta vez para el séptimo arte. Y ante la creciente popularidad de los servicios de streaming, los realizadores empezaron a preocuparse por el futuro del cine. Algunos auguraron el fin de las salas – un final un poco apocalíptico – otros, en cambio, reconocieron en las plataformas un nuevo comienzo; uno en donde las películas compartan escenario con las salas de cine y las reproducciones en línea.
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Los nostálgicos del cine siempre preferirán la gran pantalla, y esa es la razón por la que durante muchos años la industria intentó bloquear las aspiraciones de Netflix de obtener un Óscar, algo que cambió en los últimos años. Hoy en día, no solo Netflix persigue los máximos galardones de este año, también lo hacen sus grandes competidores como Apple y Disney.
El hecho de que tantas plataformas digitales estén presentes en los Premios Óscar 2024 solo indica que la industria ha reconocido que la lucha contra ellos es inútil. En física hay un principio que dice que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Así como el cine. Cada vez que un nuevo medio entra a escena, los puristas pronostican la muerte del audiovisual. Pero nunca sucede: solo debe transformarse y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. La llegada del sonido en 1927, los VHS en los años ochenta, los DVD en los años 2000, y las plataformas de streaming en la actualidad. El séptimo arte siempre ha sabido moldearse a los tiempos modernos.
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Las plataformas digitales cambiaron los hábitos de consumo. Antes, había que esperar varios años para ver una película que estuvo en salas en otras pantallas – la televisión, por ejemplo –. Actualmente, bastan unos meses para estar disponibles. De igual forma, el streaming les ha permitido a los realizadores llegar a más ventanas de distribución, y así, que haya más espectadores para sus películas en distintos medios.
Los expertos pronostican que en los próximos años la batalla de las plataformas digitales dejará a unos cuantos vencedores: pocas plataformas se quedarán con el mercado y muchas otras desaparecerán. Disney, el gigante del entretenimiento, viene pisando con fuerza. Igual Apple, que este año tiene trece nominaciones, con Los asesinos de la luna y Napoleón.
La industria del cine goza el auge de las plataformas de streaming. La forma en que se adapte a ella dictará mucho de cómo se desenvolverá en los próximos años. Una cosa es cierta: el cine se debe conectar con las plataformas digitales para así, juntos avanzar hacia el futuro, pues ambos modelos necesitan uno del otro para sobrevivir y avanzar en la industria. El cine no se destruye, solo se transforma.