Este 2025, Davivienda y Seguros Bolívar han decidido conmemorar la trayectoria del maestro Hernando “Momo” del Villar, a partir de la publicación de un libro que recopila más de 200 fotografías de las creaciones del artista samario del siglo XX.
Esta obra hace parte de la colección “Grandes Maestros del Arte Colombiano”, una iniciativa gestada por ambas entidades para reconocer anualmente a un personaje que ha marcado la historia de este ámbito cultural en el país.
Este es un proyecto que lleva realizándose hace más de 20 años y, en esta ocasión, decidieron honrar el estilo vibrante y colorido del maestro Del Villar, quien falleció hace 36 años.
Su proceso creativo se caracterizó por el uso de técnicas provenientes de las corrientes de la figuración y la abstracción, para plasmar elementos característicos de los paisajes del Caribe colombiano. Además, sus pinturas se vieron influenciadas por el arte precolombino y la cultura Tayrona.
“Con la iconografía y el paisaje Caribe como centro de su producción, Del Villar captura el colorido y la alegría de esta región a través de la luz, la arquitectura, los personajes, la flora y la fauna de la costa Atlántica. Esta publicación documenta este legado y asegura que las futuras generaciones tengan acceso a un testimonio invaluable de la riqueza cultural y artística de la región Caribe”, dijo Carolina Zuluaga, directora editorial del libro de arte del Grupo Bolívar Davivienda, en una entrevista con la Revista Cambio.
La curaduría de este libro fue realizada por Osbel Suárez, historiador de arte cubano, quien se ha desempeñado como curador del Museo Reina Sofía en España y de la Fundación de arte Cisneros Fontanals; y por Camilo Chico Triana, artista plástico y especialista en arte moderno y contemporáneo de Colombia.
¿Quién era Hernando “Momo” del Villar?
Hernando del Villar, a quien apodaron como “Momo”, fue un artista moderno originario de Santa Marta, que se caracterizó por el juego con la geometría y la colorimetría en sus obras.
Nació en 1944 y realizó sus estudios en Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, continuando con ellos en Estados Unidos. En 1969, el maestro desarrollo un trabajo en serigrafía, suceso que la valió la categorización como uno de los pioneros de esta técnica en Colombia.
En 1976, el pintor samario recibió la mención en el XXVI Salón Nacional de Artes Visuales (1976). La fauna, la flora y el mar del Atlántico fueron constantes motivaciones para su proceso creativo y un tema recurrente en la caracterización de sus paisajes.
El maestro murió en 1989, en la ciudad de Bogotá. Varios críticos de arte, como Marta Traba, Eduardo Serrano y Germán Rubiano, lamentaron la muerte prematura del artista y reconocieron su legado pictórico, el cual, a partir de recursos como el color y la conexión con su territorio, logró revolucionar la historia del arte colombiano.