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¿Cómo empezó en el negocio de las lanas?
Este trabajo lo aprendí de mis papás. Papá tenía sus ovejas y su finquita. Hacía también este mismo ejercicio. Nosotros nos vinimos de Toca, Boyacá, para Tenjo, y llevamos 36 años acá. Cuando llegamos, empezamos a trabajar en una floristería. Mi esposa duró 17 años ahí. Ella se enfermó y me dijo que renunciaría y se dedicaría a lo que realmente sabía hacer. Así fue como comenzó a trabajar en la lana y lleva más tiempo ahora trabajando en eso. Yo trabajé 27 años en flores y después de pensionarme me vine a ayudarla en este trabajo.
¿Qué proceso realizan para la lana y sus productos?
Nosotros hacemos todo el proceso: esquilamos la oveja, lavamos la lana y hacemos un prelavado para poder trabajarla. La lana tiene que quedar con un poco de grasa, para que se deje estirar y hacer el hilo. Si la lavamos completamente con jabón y desengrasante, no se deja trabajar. Antes la trabajábamos en el huso, pero como necesitábamos más rendimiento, un señor que trabaja acá en Tenjo nos hizo la rueca, que da más rendimiento. El huso a veces no se hacía ni media libra en un día. De ahí se saca toda la materia prima para hacer ruanas, sacos, chalecos, guantes, gorros, medias... De todo se puede sacar con este producto.
¿Ustedes tienen ovejas?
Nosotros —como ya llevamos tiempo aquí— conocemos a mucha gente que tiene su parcelita, lote o jardín. Tienen una o dos ovejas y nos llaman: “Mire, ¿me hace el favor y las esquila?” Nosotros vamos, les quitamos la lana y, a veces, nos dejan la lana como pago por la esquilada; otras veces, nos dicen: “Yo quiero la lana trabajada”. Entonces, la trabajamos y les hacemos lo que pidan, como un saco o una ruana. Hay personas que las esquilan para aprovechar la lana, pero otras las tienen para carne. Cuando es así, la lana casi no sirve porque sale muy cortita. En cambio, cuando las tienen como mascotas y las dejan crecer, la lana es de mejor calidad. Para que salga buena, toca dejarla un año o un poquito más, porque antes del año la lana sale muy corta.
¿Cómo consiguieron el local?
La idea surgió cuando la señora con la que trabajaba mi esposa dijo que esto no daba muchos resultados. Ella dejó de trabajar con la lana, pero mi esposa le dijo: “Si usted no sigue, yo sí”. Así fue como salió el local. Pagamos un arriendo, que no es caro, pero sí tenemos que cubrirlo. También trabajamos con otras personas que hacen productos como tejidos de muñecos y ropa en croché. Normalmente, entre semana viene poca gente. Este negocio es más para turistas, porque la gente de Tenjo no compra mucho. Parece que no les llama la atención. Sin embargo, los fines de semana, especialmente sábados y domingos, llegan clientes.
¿Cómo preparan la lana para hilar?
Nosotros lavamos la lana y eso siempre tiene su proceso. Hay que secarla, lo cual toma unos días. Después, la escarmenamos y luego la estiramos. Yo la dejo lista de un día para otro porque la máquina no me permite trabajarla hasta que esté bien escarmenada y estirada. Dejar la lana lista es un proceso de un día para otro.
Además de hilar, ¿usted teje?
Sí, yo le ayudo a tejer a ella con dos agujas. La mayoría del trabajo se hace con dos agujas.
¿Qué es lo más complicado de tejer?
Las puntadas, porque hay varias. Siempre se debe tener mucho cuidado, porque si se equivoca en una, se desbarata toda la prenda y no se hace nada.
¿De quién aprendió a tejer?
De mi esposa. Mis papás trabajaban la lana, la hilaban y la vendían, pero no tejían. En el pueblo la compraban ya hilada. Aprendí porque ella me decía: “Ayúdeme a tejer, ayúdeme”, porque siempre le llegaba mucho trabajo. Al principio, yo pensaba que era complicado, que hacer un saco o algo así sería difícil. Comencé con bufandas, que tienen la puntada más sencilla. Y, la verdad, me gustó. Ahora le ayudo a hacer sacos y chalecos. Me gusta tejer lo que salga. Si toca hacer un saco, le ayudo con el saco; si es un chaleco, también le ayudo con eso. Depende de las puntadas, porque ella maneja muchas, pero yo no tantas.
¿Cómo tinturan la lana?
Con tintes naturales, como cúrcuma, cedro, las pepas de cedro, ruda, pepas de aguacate y lengua de vaca. La mayoría de las veces usamos tintes naturales. A veces los colores más fuertes no salen bien, entonces, para que salga un buen rojo, necesitamos ayudarnos con químicos.
¿Cuánto tiempo se demoran tejiendo?
Mi esposa empieza a hacer un saco, pero luego toca hacer el almuerzo, entonces se detiene el proceso. No es como un tiempo fijo en el que se sienta y hace el saco de una vez. Ella puede demorarse unos tres días en hacerlo. Yo lo hago más por las tardes porque mi trabajo principal es hilar, no tejer. Por eso, a veces tardo más en hacer un saco que ella, porque ella trabaja más horas.
¿Cómo calculan el precio de sus productos?
Hacemos un cálculo del tiempo que nos demora hacer la lana, desde hilarla hasta tenerla lista para una ruana. Todo ese proceso lleva su tiempo. Claro, también en el telar se demora. Entonces, hacemos una cuenta de todo el tiempo que nos lleva desde el principio. Al final, la ruana nos sale barata si consideramos todo el proceso. Las ruanas grandes las tenemos a $400.000, pero al hacer toda la cuenta, una ruana de estas realmente sale en $800.000. La gente no está dispuesta a pagar todo eso por una ruana, y cuando uno les pide $400.000, se escandalizan. El problema es que no entienden todo el proceso que tiene. No ven el trabajo que implica hacerla.
¿Qué siente cuando está hilando o tejiendo?
Alegría. Estoy haciendo lo que sé hacer y me gusta, porque son cosas que, hasta donde Dios me dé licencia, haré.
