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“Las mujeres y los hombres aspiramos a encontrar parejas que ya no existen”

María Elvira Samper recorrió sus décadas de periodismo y feminismo reflexionando sobre los avances, silencios y desafíos de ser mujer en un país contradictorio: a pesar de sus mutaciones, sigue resistiéndose al cambio.

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Paula Andrea Baracaldo Barón
20 de agosto de 2025 - 12:00 p. m.
En 2010, María Elvira Samper recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría Vida y Obra.
En 2010, María Elvira Samper recibió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría Vida y Obra.
Foto: Cortesía María Elvira Samper
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¿Cómo ha sido hacer periodismo sobre un tema como la menopausia, después de haber trabajado cubriendo temas internacionales y políticos?

Como dices, es un periodismo distinto al que hacíamos hace 40 años, más cercano a la vida diaria y que nos permitió tocar fibras. Hemos llegado a mujeres invisibilizadas, en una etapa de la vida de la que no puedes escapar y que está llena de silencios. Abrimos una puerta para hablar de un tema tan normal como la adolescencia y, quizá, igual o más importante que la reproducción. Con una expectativa de vida de 80 años, esta etapa puede ser productiva y plena: darnos licencias, querernos más, explorar nuevas posibilidades y retomar proyectos guardados. Es un momento de florecimiento, aunque la sociedad lo vea como pérdida de deseo o belleza. Lo importante es reivindicarlo, navegarlo a nuestra manera y buscar ayuda profesional si los síntomas resultan molestos o incapacitantes.

¿Por qué cree que cuesta hablar de menopausia y los cambios que hay en nuestros cuerpos?

Porque existe una cultura que nos exige parecer siempre jóvenes y bellas, con cuerpos que deben estar de cierta forma. Por eso hay tanto mercado cosmético: no es que podamos evitar el paso de los años, pero tratamos de retrasarlo. Y esos cambios físicos también vienen acompañados de transformaciones emocionales, porque las hormonas repercuten en nuestro cerebro. Hablar de esto ha generado un efecto de alivio. Cuando mujeres como Vivian Morales, Piedad Bonnett, Laura Restrepo o María Ángela Holguín nos compartieron sus experiencias, nos demostraron que nos pasa a todas. Y si nos pasa a todas, podemos sentirnos menos solas. Esto nos enseña que debemos aceptarlo y también adaptarnos con cambios en el estilo de vida. La idea no es llegar a la vejez hechas pedazos, sino avanzar con la mejor salud posible.

¿Qué ideas sobre aquello que llaman feminidad se desmontan o se acaban cuando una atraviesa la menopausia?

Se ha impuesto la idea de que la feminidad depende de la maternidad, pero ser madre no define a una mujer. Con hijos o sin ellos, seguimos siendo creativas y productivas. Para muchas, dejar de ser fértiles es una liberación; para otras, es momento de retomar sueños. Y aunque algunas sientan duelo por no tener más hijos, entender que la maternidad no es lo esencial alivia ese dolor. La feminidad no termina con ser madre: lo importante es reconocernos como mujeres libres.

Si esta entrevista la hubiéramos tenido hace 30 o 40 años atrás, ¿cree que se habría animado a hablar de esto de esta forma sobre la menopausia?

Sí, la menopausia me llegó de forma precipitada tras la extirpación de un ovario por un tumor. Me molestó que la ginecóloga nunca me advirtiera; tenía 51 años y no se hablaba del tema. Una amiga me regaló un libro sobre menopausia, que apenas hojeé. Cuando sentí el primer calor, supe qué pasaba. Busqué otro médico recomendado, que me dio las indicaciones necesarias, aunque no podía hacer terapia hormonal por antecedentes familiares de cáncer. Un día, sentada en casa, dije: “qué jartera esto de la menopausia”. Mi mamá me preguntó y le expliqué que ya la tenía; ella no había tenido síntomas, yo tuve suerte. No fue grave, y aunque hoy sé mucho más gracias al pódcast y al libro que hacemos con Yolanda, ya tenía la motivación de entenderlo. Lo compartí en familia y con amigas, aunque probablemente no lo habría hecho públicamente porque antes no existían medios como internet.

¿Qué tipo de país ha visto en estas décadas de trabajo como mujer y periodista?

Creo que han cambiado muchas cosas, sobre todo en materia de derechos para las mujeres. Pero una cosa es la ley y otra su cumplimiento: aún persisten barreras, estigmas y prejuicios. Este programa nos ha mostrado cuánto silencio queda todavía. El feminismo en Colombia empezó hace décadas con luchas como el derecho al voto: las mujeres votamos por primera vez en 1957; recuerdo haber acompañado a mi mamá. Antes, ni siquiera podían administrar su patrimonio. Poco a poco se han ganado derechos: el voto, la autonomía patrimonial, la interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio igualitario... Falta mucho, pero se ha avanzado. Como dijo Florence Thomas, ha sido una larga marcha sin disparar un tiro. La revolución femenina ha sido pacífica. Ahora vemos un feminismo nuevo, más contestatario, que se expresa con rabia en las calles. Florence no está de acuerdo con la agresividad; yo tampoco, pero son otros tiempos y responden a una justicia que no avanza, a feminicidios impunes y a violencia doméstica mal atendida.

¿Qué ha cambiado y qué parece no querer cambiar en Colombia?

Las leyes cambian más rápido que las costumbres. No podemos decir que seguimos en 1920, cuando las mujeres no votaban. Sí ha habido cambios, pero faltan muchos más. Ojalá sigamos transformando el país por vías pacíficas, a través de leyes y reconocimiento de derechos. La Corte Constitucional ha hecho un gran trabajo. El movimiento feminista comenzó con pioneras como Florence Thomas, María Cano, Débora Arango y muchas más, incluso desde la época colonial. Cada vez hemos ganado más terreno, aunque aún falta. El gran reto está en cambiar también la percepción de los hombres: no podemos hacerlo solas. Hoy, ser hombre se ha vuelto más difícil; nosotras aspiramos a hombres que no existen y ellos buscan mujeres que ya no existen. Pero el cambio es constante.

Paula Andrea Baracaldo Barón

Por Paula Andrea Baracaldo Barón

Comunicadora social y periodista de último semestre de la Universidad Externado de Colombia.@conbdebaracaldopbaracaldo@elespectador.com
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LaviolenciaNotieneGénero Justicia(n6tpz)20 de agosto de 2025 - 03:00 p. m.
Hubiera sido muy interesante que se profundizara en el título del artículo, que en realidad es la frase final del mismo , pensé que el artículo se trataba de eso. Qué bueno encontrar estos documentos de académic@s sin ese odio y veneno constante. Qué bueno poder tocar estos temas con naturalidad, pausa, profesionalismo, cómo se nota cuando las cosas vienen de la academia, ojalá haya una segunda parte de la entrevista, seguro que hay más para hablar
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