“Representamos una cantidad de ingresos gigante, en cambio, cuando ves películas norteamericanas, no estamos”, señaló Alex Kuschevatzky, productor de “Argentina, 1985″, frente a lo que agradeció iniciativas como los premios o el propio festival para “marcar la cancha” y acercar al mercado internacional un cine en el que residen “muchas culturas dentro de una cultura”.
Asimismo, el productor argentino resaltó la importancia de contar con un espacio común en el que “todos trabajamos con todos” entendiendo que “las culturas no son comportamientos estancos”, hecho que les permite poder significarse en términos creativos y económicos como un grupo de peso.
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En ello coincidió Juan Alía, director de los Premios Platino, quien destacó los méritos que estos han conseguido en su primera década, como el de aglutinar a un jurado que represente a toda la comunidad iberoamericana, compuesto por más de 160 profesionales, y una comunidad fílmica de 3.000 personas que, en este período, han juzgado y dado visibilidad a más de 1.000 obras.
“Nadie nos valorará si no lo hacemos nosotros primero”, afirmó Alía parafraseando al actor español Antonio Banderas, quien empleó estas mismas palabras en el discurso de agradecimiento del mencionado galardón, a la vez que deseó que los filmes iberoamericanos “sigan superando barreras y sigan llegando a todos los lugares del mundo”.
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La fecha de la próxima edición, así como su localización, serán anunciadas, según Alía, “en cuestión de dos semanas” y, en esta ocasión, esta tendrá lugar en un país americano.
Iniciados en Panamá en abril de 2014, los Premios Platino han recorrido cuatro países en sus diez ediciones, una de ellas virtual a causa de la pandemia, sumándose al destino inicial Uruguay, México y España.