El día de hoy, 7 de julio, fue reconocido el trabajo literario de Marcelo Luján, entre una lista de cinco finalistas. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, escrito por Magela Baudoin, Ni aquí ni en ningún otro lugar, de Patricia Esteban Erlés, Algunas hipótesis en torno al fin del mundo, de Ricardo Menéndez Salmón, El mundo de arriba y el mundo de abajo, escrito por Mónica Ojeda, y La Claridad, del escritor argentino, fueron los títulos finalistas del concurso. El jurado, conformado por Óscar Esquivias y Clara Obligado, y precedido por Fernando Aramburu, decidió dar el reconocimiento a Luján.
Le sugerimos leer “Tengo claro que la felicidad es un estilo de vida”: Mark Rausch
Entre más de 1.000 manuscritos provenientes de 30 países, el jurado, por unanimidad, reconoció la habilidad narrativa de Luján. Con ella, el escritor fue capaz de proyectar un libro persuasivo que pone de manifiesto un cuestionamiento del idioma y una poética del desarraigo. Los seis cuentos que conforman el libro hablan de miedos y arrebatos, de amor y traición, y de los pequeños instantes de dicha. Historias inesperadas y extraordinarias, pero violentas y terrenales forman parte de este libro. De ahí, que Aramburu advierta que “estos cinco cuentos, de factura impecable, invitan a una experiencia de lectura no exenta de una gustosa perversión, al inquietarnos con unas historias que dentro de la literatura resultan placenteras, intensas, fascinantes, mientras que trasladadas a nuestra vida serían para echarse a correr”.
Luján cuenta que el libro lo empezó a escribir en 2016, cuando todavía la edición del premio no existía. “Sentí la necesidad de escribir un libro de cuentos desde cero, es decir, cuento a cuento, historia a historia. Tuve la necesidad de escribir una colección de relatos partiendo desde la más absoluta nada”, afirma. Y es que para el latinoamericano, La claridad es un reto personal, pues su elaboración implicó construir una narrativa desde el género tradicional en América Latina: el cuento.
Luján ha recibido reconocimientos por sus libros y novelas, pero su satisfacción está en escribir ficción. “Yo escribo ficción para ser libre y porque es el único espacio en donde consigo que nada ni nadie se entrometa y me condicione como individuo”. Por ello, afirma que el valor de la literatura está en la libertad y que el éxito de cualquier escritor, más allá de un premio, está en ser fiel a este principio.