Los seres humanos desde su nacimiento siempre han tenido una estrecha y larga relación con la soledad. No existe alguien en el mundo que pueda afirmar que nunca haya experimentado este sentimiento, ni que se haya visto sumido en una montaña rusa de emociones, producto de las sensaciones asociadas a este vínculo. Definir la soledad ha sido una de las tareas más complejas hasta hoy, teniendo en cuenta que existen diversas clasificaciones: “la búsqueda de la soledad debido a la soledad necesitada, la soledad impuesta, y la soledad como sentimiento de malestar producto del vacío emocional”. Sin embargo, con todas las vertientes que pueden desprenderse de ella, siempre se llega a la misma conclusión: “el deseo de estar con uno mismo”.
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La soledad puede estar asociada a problemas de relacionamiento social, incluso con pensamientos negativos que hacen que el individuo se ensimisme y no sea “capaz” de salir de la burbuja que ha creado para protegerse de cualquier circunstancia que lo pueda desequilibrar, desarrollando sentimientos de inseguridad y confianza en sí mismos. El psicólogo y pionero de la neurociencia John Cacioppo, afirma que los sentimientos de soledad “conllevan aspectos relacionados con la interrupción del sueño, elevación de la presión arterial y los niveles de la denominada hormona del estrés en sangre, el cortisol, además de la disminución del funcionamiento del sistema inmune y de producir síntomas depresivos acusados”.
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Escuche meditación guiada para aprender a vivir en soledad
Aunque parezca difícil de creer, la soledad es un estado que también desarrolla bienestar. Expertos en el tema afirman que experimentar este sentimiento contribuye a: aumentar la concentración, desconectarse por unos minutos de la realidad, analizarse interiormente, y permitir que el cerebro y la mente descansen. La meditación es una alternativa para entender un poco más este concepto, gracias a ella pueden reducirse los niveles de estrés, oxigenar el cerebro, respirar para no entrar en crisis de depresión y ansiedad, y especialmente desconectarse de la realidad para poder hacer reflexiones internas que repercutan en el diario vivir de las personas, con alta posibilidad al cambio y al desarrollo de la resiliencia.
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