
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
De todo el repertorio de delicias que nos provee el mar quizá uno de mis favoritos es el langostino: porque se consigue con facilidad, porque es muy versátil en la cocina y se pueden preparar infinidad de recetas que lo incluyen, y porque su textura y su sabor lo ubican en un lugar privilegiado: no es la carísima langosta que desborda de cualidades ni el modesto camarón que carece de las mismas. Y en nuestro país somos privilegiados, pues podemos encontrar langostinos nacionales de calidad de exportación, así como importados que se ultracongelan in situ para conservar intactas todas sus características, como los que vienen de Ecuador, México e incluso Indonesia.
Para prepararlos existen muchísimas opciones, pero con el tiempo he llegado a perfeccionar la técnica que hace lucir sus mejores virtudes: salteados a alta temperatura, con su cascarón y abiertos en el lomo para desvenarlos. Así, ese sabor marino, dulce y sabroso, poderoso, se concentra en un bocado realmente espectacular.
hsasson28@hotmail.com / www.harrysasson.com
INGREDIENTES
(Para 4 personas)
24 langostinos U12 sin pelar
3 cucharadas de mezcla de especias (provenzal, italiana…)
4 cucharadas de mantequilla sin sal
Ralladura de 1/2 naranja y/o 1 limón
1 trago de Grand Marnier o brandy
3 cucharadas de perejil fresco picado
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra del molino
PREPARACIÓN
Para alistar los langostinos puede pelarlos y desvenarlos tradicionalmente. Sin embargo, para esta preparación prefiero dejarlos en su cascarón, hacer un corte en el lomo con un cuchillo muy afilado y retirarles la vena, para pelarlos en la mesa justo antes de comerlos. De cualquier manera, luego lávelos y séquelos bien sobre papel absorbente. Sazónelos con sal, pimienta negra del molino y dos cucharadas de la mezcla de hierbas, y saltéelos en un caldero muy caliente con aceite de oliva, vuelta y vuelta. Cuando empiecen a cambiar de color retírelos y reserve. En el mismo caldero funda la mantequilla junto con una cucharada de la mezcla de hierbas y la ralladura, y cuando empiece a burbujear devuelva los langostinos junto con los jugos que han despedido. Saltee un poco más, termine con el Grand Marnier (o el brandy) y el perejil, rectifique el punto de sal y sirva acompañando con un buen pan para aprovechar esa rica salsa.