Aida Merlano podría perder sus bienes: Fiscalía empieza proceso de extinción de dominio

Aida Merlano trató de pasar de la Cámara de Representantes al Senado en 2018, según la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema, con maniobras ilegales. / Archivo particular

Aida Merlano está condenada a 15 años por delitos electorales, pero no está en la cárcel: se fugó hace casi un mes y, por ahora, las autoridades siguen sin dar respuesta de dónde puede estar. Se escapó mientras se hacía un diseño de sonrisa en un centro médico ubicado en el norte de Bogotá. Mientras la siguen buscando, la Fiscalía acaba de iniciarle un proceso de extinción de dominio sobre sus propiedades.

Fuentes de la Policía confirman que se inició un proceso de extinción de dominio en contra de varios bienes de la exrepresentante conservadora, de los cuales seis están en Barranquilla y cuatro en Bogotá. Resultaron también afectados un BMW, una camioneta Toyota Prado y una empresa constituida con un capital inicial de $2.000 millones.

Merlano estaba en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá y, en septiembre pasado, la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema la condenó a 15 años de prisión por concierto para delinquir agravado, corrupción al sufragante y tenencia de armas de fuego.. Esa decisión que su defensa apeló el pasado 1º de octubre, justamente el día en que se dio a la fuga.

Su escape, por el cual ya salieron de sus cargos el director del Inpec y la directora y subdirectora del Buen Pastor, es un asunto aún irresuelto. Las autoridades ofrecen una recompensa de $200 millones por información que lleve a su paradero y la Fiscalía abrió investigación a su hija, Aida Victoria Merlano, y al odontólogo que la trataba cuando se voló, el teniente coronel (r) Javier Cely Barajas.

El proceso en el que Merlano resultó condenada ha involucrado a mucha gente de la política de la Costa Caribe, quienes, indicó la Corte Suprema, deberán ser investigados porque podrían haber hecho también parte de la maquinaria de corrupción electoral que llevó a Merlano al Congreso. Entre ellos figura el reconocido empresario Julio Gerlein, quien, dice la Fiscalía, puso de sus recursos para alimentar esa maquinaria. Gerlein se declara inocente.