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La profesora y matemática Ana Mercedes Pérez sigue buscando maneras de librarse de la tortura que le ocasionó haber firmado como codeudora de crédito educativo internacional que el profesor Héyder Carlosama nunca cumplió, que este último dejó abandonado al rehusarse a regresar a Colombia y cuyo valor adeudado ya superó los $1.200 millones. En un comunicado a la opinión pública, Pérez le pidió a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), el cobrador que tiene embargado su único bien, que haga una debida diligencia para encontrar a Carlosama.
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Carlosama inició un proceso para doctorarse en la Universidad de Berkeley en 2008, con la ayuda de la UPTC y Colciencias. La universidad lo envió con la condición de que en cuatro años y medio terminara sus estudios, o la comisión internacional se le cobraría como un crédito educativo. Carlosama solicitó dos prorrogas anuales y aun así no terminó. Cuando la UPTC le solicitó que se reincorporara a funciones, el profesor se negó y desde entonces nadie sabe nada de él. Y la única forma que tuvo la universidad para cobrar la deuda fue el único bien que le queda a la profe Pérez, que son los derechos de disfrute de un lote en Paipa donde tiene planeada pasar su vejez.
“Quisiera formular dos solicitudes a los actores principales que en este momento pueden ejecutar acciones, para solucionar de manera definitiva mi caso personal: A mi Alma Mater, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, solicito muy respetuosamente, analizar nuevamente el proceso ejecutivo en el cual estoy inmersa, buscar a Héyder Carlosama López y hacerlo responsable de la obligación económica. Revisar si las pólizas de seguro adquiridas con el préstamo ya asumieron el siniestro en su totalidad y cualquier otra alternativa que consideren pertinente para que yo pueda quedar al margen de esta situación y tener una vejez y retiro con algunas condiciones de dignidad, luego de haber dedicado mi vida entera a esta institución”, explicó la profesora en el comunicado.
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Y continúo: “Con el hilo de conversación generado, algunas personas coinciden en que el señor Héyder Carlosama López, aún se encuentra vinculado a la Universidad de Berkeley, lo cual permitiría que, con algún tipo de cooperación entre las instituciones, se pueda hacer que el señor asuma la obligación que tiene con la UPTC, bien sea de manera personal o a través de su apoderado judicial en Colombia, de quien ya tengo la información de contacto. De acuerdo con la página web de la Universidad de Berkeley actualmente se encuentra vinculado a la sociedad de Alumni (egresados) de la institución, y participó como docente de un curso de verano del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental en 2021″.
En el comunicado, Pérez le habló directamente a Carlosama, cuyo crédito educativo estaba en $320 millones para 2015 y que ya supera los $1.200 millones, con intereses mensuales que ascienden a los $12 millones. La profe le explicó que, en su momento, creyó en su potencial y valor humano. Tras ocho años sin recibir una sola noticia de él, Pérez le solicita que se comunique de alguna manera para que asuma las responsabilidad que adquirió con la comunidad educativa. Aunque Pérez reconoce las dificultades emocionales y personales que Carlosama pudo haber enfrentado en los últimos años, lo invita a que de el primer paso para la resolución de la situación.
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Pérez vive en un apartamento que arrienda en Paipa, donde guarda las cartas que estudiantes le hicieron en su despedida. Se quiebra con recordando las veces que guardaba 15 minutos de su clase de matemáticas para hablar de los problemas del país, o cuando se empeñó en hacerles comprender las ciencias exactas a estudiantes que, al borde del suicidio, clamaban por ayuda para pasar el semestre. Su tesis de maestría, de hecho, exploró las emociones del estudiante de matemáticas. Cuenta que la única salida que tuvo fue pasar las pocas propiedades que tenía a nombre de sus hijas. Aun así, la notaria del pueblo le dijo que no podía quedarse en la calle, por lo que conservó únicamente los derechos de disfrute del lote planeado para pasar su vejez.
El Espectador contactó al abogado Carlos Paz, defensor de Carlosama. Dijo que la última noticia que tiene del deudor es de hace tres años, cuando lo encontró en un estado de salud delicado desde lo emocional. “Respecto a los codeudores, lo último que Héyder me expresó fue que estaba bastante abrumado por la situación; pero que sus circunstancias de salud y económicas le impedían adoptar cualquier solución. Este es un caso dramático, pues ha dejado no sólo a Héyder y su familia desprotegidos, sino a varias personas que creyeron y confiaron en la sola capacidad académica e intelectual de Héyder, sin contemplar las múltiples interferencias y complejidades que se dan en el desarrollo de una beca doctoral”, dijo.
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Con la nueva comunicación, la profesora Ana Mercedes Pérez espera que la UPTC haga una debida diligencia en contactar a Carlosama y, así, hacer efectiva su condición de deudor principal del monto. Asimismo, Pérez le solicita a Carlosama que, al menos, se comunique con alguno de los actores con miras a llegar a un acuerdo, así sea de conciliación. La UPTC, por su parte, no ha querido atender a los medios de comunicación y, actuando en sus mínimos esperables, pretende cobrar la millonaria obligación con el lote en el que Pérez no ha podido poner un solo ladrillo para construir su soñada cabaña.
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