Antes de que acabe este 2025, Zulma Guzmán Castro podría volver a Colombia. Así lo afirmó el ministro de Justicia encargado, Andrés Idárraga en una rueda de prensa esta semana, luego de confirmar que ya hizo formal la solicitud de extradición a las autoridades de Inglaterra. En ese país fue capturada la mujer colombiana, el pasado 17 de diciembre, luego de que saltara al río Támesis. Para ese momento, en su contra ya había una circular roja de la Interpol, pues la Fiscalía la señala como la responsable de envenenar con talio a tres menores de edad y un joven en abril de este año. Dos de ellas murieron y los dos sobrevivientes tienen graves secuelas en su salud.
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Luego de su rescate en las heladas aguas de ese afluente, la mujer fue trasladada a un hospital con síntomas de hipotermia y ahí permanece desde entonces, a la espera del alta médica que le permita comparecer ante la Corte de Magistrados de Westminster. Sin embargo, reportes de prensa internacionales aseguran que la colombiana no ha comparecido ante la justicia, pues la protege una ley de salud mental que establece que, hasta que un psiquiatra no la declare “médicamente apta” para enfrentar un proceso penal, las audiencias quedan suspendidas. El gobierno colombiano está a la expectativa de ese dictamen médico, pero fuentes cercanas al caso le explicaron a este diario que eso podría tardar meses o incluso hasta un año.
En el entre tanto, el Secretario de Estado del Reino Unido ya tiene en sus manos el expediente que le envió la Fiscalía colombiana con las pruebas en contra de Guzmán Castro. En un documento de 15 páginas, el ente investigador consolidó la evidencia y los hechos que le permiten afirmar que la mujer colombiana habría envenenado a las menores de edad, luego de contaminar con talio un tarro de frambuesas con chocolate. Según Fiscalía, esta historia comenzó con un envío que “no fue solicitado por los residentes” de una vivienda del norte de Bogotá. El 3 de abril de 2025, a ese lugar llegó un recipiente con las frutas que, al ser consumidas, al día siguiente provocaron una emergencia médica.
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La Fiscalía sostiene que los síntomas iniciales fueron confundidos con una intoxicación común, pero que el desenlace confirmó algo distinto: dos niñas murieron, una menor sobrevivió con graves secuelas y un adulto resultó lesionado. Según la investigación que ya revisan las autoridades inglesas, “la contaminación del alimento no fue accidental, sino que está orientada al homicidio”. Los dictámenes forenses incorporados al expediente señalan, de acuerdo con la Fiscalía, que la causa de muerte fue una “intoxicación aguda por talio”, un metal pesado altamente tóxico, incoloro e insípido. En el documento se advierte que esta sustancia “es casi indetectable al estar mezclada con alimentos”, lo que dificulta su identificación temprana.
Los análisis practicados tanto a las víctimas como a las frambuesas confirmaron concentraciones elevadas del metal. Para la Fiscalía, ese hallazgo permite inferir que el talio “fue agregado intencionalmente” y que los hechos corresponden a “una muerte violenta en modalidad de homicidio”. La reconstrucción del envío es uno de los ejes del relato de la Fiscalía. Según la investigación, el paquete fue entregado el 3 de abril a través de una empresa de mensajería, utilizando “maniobras engañosas” y nombres falsos. El repartidor declaró que inicialmente la entrega fue rechazada, pero que luego recibió llamadas insistentes para concretarla.
La Fiscalía documentó pagos posteriores y comunicaciones telefónicas asociadas al servicio. Con base en cámaras de seguridad, registros digitales y testimonios, el ente acusador concluyó que alguien coordinó el envío paso a paso. En palabras del expediente, el alimento “fue hecho llegar de manera deliberada” a la vivienda. Otro punto central del expediente es la ubicación de Guzmán entre el 3 y el 5 de abril de 2025. La Fiscalía afirma que, para esas fechas, “la señora Zulma Guzmán Castro se encontraba en Colombia”. El análisis de celdas de comunicación ubicó el teléfono vinculado al envío de las frambuesas en zonas donde, según el documento, ella estuvo esos días.
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Por ejemplo, el 3 de abril, Guzmán estuvo cerca del lugar de recogida del paquete, en una tienda esotérica al norte de Bogotá. Luego, el 4 de abril, estuvo en el sector donde llevó a sus mascotas a una veterinaria y el 5 de abril en un edificio donde se solicitó otro servicio de mensajería. Para la Fiscalía, esa coincidencia técnica es relevante. El expediente también recoge un contexto personal que, según el ente investigador, ayuda a explicar los hechos. El padre de una de las menores declaró haber sostenido una relación extramatrimonial con Guzmán años atrás. En su testimonio afirmó que esa relación estuvo marcada por conflictos y que, tras la muerte de su esposa en 2021, Guzmán intentó retomar el vínculo.
La Fiscalía señala que existen elementos que indican que esa mujer también habría sido envenenada con talio en 2020. Uno de sus médicos le contó al programa Los Informantes de Caracol Televisión que su paciente sí fue envenenada con ese metal, pero nunca se supo realmente la causa. Un año después de tratarla, falleció. Además de este antecedente, el ente investigador incluyó en su reporte para Londres una particular entrevista. Luego de establecer el sitio desde donde salió el paquete de frambuesas, la Fiscalía contactó a la persona que atendía el lugar. Se trata de Jeisson Haver Rosas, quien le contó a los investigadores que conoció a Guzmán y que la atendió en varias oportunidades.
El hombre relató que el motivo de la consulta fue “por problemas derivados de una relación sentimental con un hombre casado y que ella no entendía por qué, si la esposa de dicho hombre ya se había muerto, él no quería seguir con Guzmán”. Además, reveló que, en una ocasión, recordó haberla atendido cuando “llegó bastante molesta porque vio a ese hombre con otra mujer”. Para los investigadores, esta versión del hombre de la tienda esotérica hace parte del contexto en el que se dieron los hechos, por lo que lo incluyó en el reporte que estudian en Londres quienes deben resolver el futuro de Zulma Guzmán. La mujer salió del país pocos días después de los hechos.
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El documento indica que “abandonó Colombia con rumbo a Argentina” y que posteriormente se desplazó a otros países. Ante esa situación, un juez de control de garantías de Bogotá expidió la orden de captura el pasado 25 de octubre. Con base en esa orden judicial y en el material probatorio recolectado, la Fiscalía solicitó la cooperación internacional. Para el ente acusador, la salida del país reforzó la necesidad de asegurar su comparecencia ante la justicia colombiana y por eso le pidió a la Interpol que emitiera una circular roja para localizarla y detenerla en cualquier parte del mundo. Con esas pruebas, Colombia presentó formalmente ante el Reino Unido la solicitud de su extradición.
El documento señala que el objetivo es “garantizar su comparecencia ante la justicia colombiana” para responder por homicidio agravado y tentativa de homicidio. La Fiscalía sostiene que existe “causa probable” suficiente, sustentada en informes forenses, testimonios, interceptaciones y pruebas técnicas. Eso es precisamente lo que está revisando el Secretario de Estado del Reino Unido y lo que eventualmente revisará la Corte de Magistrados de Westminster. Pero esos trámites solo podrán avanzar cuando un médico declare a Guzmán “médicamente apta”. Fuentes cercanas al caso le contaron a este diario que las autoridades no descartan que, para agilizar su regreso, la cooperación con Inglaterra permita deportarla.
Una estrategia viable en este caso que evitaría el proceso de extradición, que requiere un estudio mucho más extenso y demoraría todavía más el regreso de Zulma Guzmán a Colombia. Antes de su rescate en el río Támesis, la colombiana dio una entrevista al portal Focus Noticias en la que sostuvo que es inocente, que se convirtió en el chivo expiatorio de la Fiscalía en el caso de las niñas envenenadas con talio y que no tiene garantías en el proceso. “La estrategia (del ente investigador) se nota que era, básicamente, destruirme antes de cualquier proceso judicial, destruir mi imagen y dar una versión que acaba conmigo, sin ningún proceso o ninguna garantía de un juicio justo”, declaró la mujer.
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El proceso avanza ahora lejos de Bogotá, en despachos judiciales y bajo normas internacionales, mientras en Colombia el caso sigue abierto. Pero todavía hace falta esclarecer otros asuntos, por ejemplo, quién le ayudó a poner una cantidad de talio tan alta en un tarro de frambuesas con chocolate, que los primeros estudios médicos que fueron realizados no pudieron detectar los niveles. Mientras tanto, la Fiscalía colombiana está lista para imputarle los cargos de homicidio en persona protegida, pues las dos víctimas mortales eran menores de 15 años, y tentativa de homicidio a Zulma Guzmán Castro.
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