"En el Bajo Cauca se habla de más de 2.000 desplazados": director del PNUD Antioquia

En entrevista con El Espectador, Carlos Iván Lopera hizo una radiografía de los actores armados en esta zona del nororiente de Antioquia. Así mismo, dio preocupantes cifras sobre el desplazamiento forzado en la región.

Juan Sebastián Lombo Delgado
29 de agosto de 2019 - 11:00 a. m.
Carlos Iván Lopera, director del PNUD en Antioquia. / Juan Sebastián Lombo Delgado
Carlos Iván Lopera, director del PNUD en Antioquia. / Juan Sebastián Lombo Delgado

El Bajo Cauca antioqueño es una de las zonas del país en el que las acciones de grupos armados al margen de la ley se han recrudecido en el último año. El enfrentamiento entre varios actores armados como el Clan del Golfo, los Caparros, Eln y disidencias de las Farc por el control de la zona ha dejado a la población civil de la zona como la mayor afectada. Frente a un aumento exponencial de los fenómenos de desplazamiento, como el caso de Cáceres, Antioquia, en el que más del 30% de la población ha abandonado sus territorios, se han prendido las alertas por la grave crisis humanitaria de la región

 En el marco de la caravana humanitaria ¡Al Bajo Cauca por la vida! -encabezado por la Corporación Jurídica Libertad -, El Espectador habló con Carlos Iván Lopera, coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Antioquia, sobre estas dinámicas de la reactivación de la violencia en los territorios del Bajo Cauca, los actores armados en el territorio y los atropellos a los que han sido sometidos los civiles en el último tiempo.

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¿Qué está pasando en el Bajo Cauca?

Aquí han reaparecido unas situaciones complejas, porque es un territorio donde están presentes varios actores armados. En esta región de Antioquia los niveles de desplazamiento, de homicidios y violencia mayores a las otras 8 regiones que conforman Antioquia.  Por otro lado, es una región de mucha esperanza, de mucha vida, de una riqueza estratégica muy importante. El Bajo Cauca se va a unir a Montería, al Urabá, va a quedar como un anillo territorialmente estratégico para la riqueza social y ambiental. Hay una riqueza ambiental tenaz. Aquí hay tres de los cuatros bosques continuos que hay en Antioquia . Es una región con complejidad pero con muchas posibilidades por su gente, por su riqueza, por los niños y niñas que hay, por las organizaciones comunitarias, por todo lo que se respira.

¿Cuáles son los actores actualmente en este territorio?

Hay una fuerte presencia del Estado con las Fuerzas Militares. Están los Caparros, las disidencias de Farc, está el Clan del Golfo y el Eln. Contrario a esto hay una gran cantidad de organizaciones civiles y comunitarias,. Este es un territorio rico en organizaciones de resistencia. También ha comunidades indígenas, hay guardia indígena. Es un territorio con gran complejidad, pero también con esperanza y vida.

El enfrentamiento de estos grupos, ¿qué repercusiones ha tenido en la población civil?

Cuando hay un territorio en disputa por los grupos armados, la población civil es la que más sufre. Lo que se ha visto en los últimos desplazamientos de Cáceres y Zaragoza es que la gente no va a estar tranquila en un territorio en disputa. Estas acciones causan temor y desplazamiento. Como en la mayoría de conflictos armados, los civiles, sobre todo niños y jóvenes, son los mayores afectados. La guerra es un monstruo que afecta mucho más a los que no están en ella.

::Bajo Cauca: el atlas del conflicto::

Además del desplazamiento, ¿de qué otras maneras están afectando estos grupos a la población?

La intranquilidad comunitaria va a unida a unos desplazamientos que son definitivos. También hemos escuchado de amenazas de reclutamiento forzado, de confinamientos temporales -cuando hay combates cerca se afecta la libre circulación-, y, en algunas zonas más centrales, se han reportado atentados como granadas y homicidios.

¿Qué cifras se tienen del desplazamiento de las comunidades del Bajo Cauca?

Se habla de más de 2.000 personas. Eso podría representar 500 familias. Las cifras que tenemos son no corroboradas porque tenemos comentarios que se han dado desplazamientos definitivos y otros que son dinámicas de ir y volver. Se salen por un momento de su entidad territorial pero que retornan cuando pasa la parte álgida del conflicto.

A mitad de 2018 hubo un claro aumento en asesinato de líderes sociales en la zona. Este número parece que disminuyó en 2019, ¿por qué?

Creo que es una combinación de cosas: un reconocimiento territorial a los defensores y es una presencia fuerte del Estado, no solo presencia del Ejército sino mayor presencia social. No es un solo elemento, sino la combinación de varios que han permitido ver esa disminución. Ojalá que las cifras sigan bajando con la visibilización del poder social que tiene este territorio. 

¿Ha aumentado la siembra de cultivos de cocaína por la acción de estos grupos?

Yo creo que se mantiene. Hay que corroborar la cifra pero creo que hay una estabilización de estos. Lo más importantes como un elemento de esperanza es que la población quiere incluirse en programas de restitución de cultivos. Nosotros hemos hablados con las comunidades y uno no ve a la gente feliz vinculada a los temas de cultivos de uso ilícito. Lo que hay es una expectativa positiva de que el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de uso Ilícito (Penis) y el de Antioquia libre de coca, que es un programa que impulsa la Gobernación de Antioquia, hagan presencia integral en el territorio y les cumplan a las personas que están vinculadas. Si el Gobierno hace un esfuerzo, en Antioquia podría haber un gran salto en la disminución de estos cultivos. El Bajo Cauca va a ir hacia la lógica de sustitución de cultivos si se hace una programa sostenible en el tiempo y se mantiene un diálogo con las organizaciones locales. 

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¿Qué papel juega el Bajo Cauca en la dinámica del departamento y el resto de la zona?

Aquí no hay una dinámica en el que las fronteras institucionales dividan la lógica de los armados. Los armados tienen una lógica supraterritorial. El Bajo Cauca juega un papel de territorio estratégico que se une con muchas otras dinámicas con la costa Atlántica, con la salida al Pacífico, con el norte de Antioquia, con el sur de Córdoba. Por lo tanto, los programas de paz, desarrollo, reconciliación y cuidado de comunidades tienen que pasar por la lógica territorial. No puede ser una lógica de “hasta aquí es Antioquia, y aquí ahora es Chocó”. Hay que tener una lógica territorial de reconstrucción de país.

Por Juan Sebastián Lombo Delgado

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