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El Juzgado 31 Penal del Circuito con funciones de conocimiento de Bogotá ordenó al bloguero Gustavo Rugeles rectificar una información que publicó el pasado 19 de junio en su portal El Expediente, en relación con el director de la Unidad Nacional de Protección, Pablo Elías González. Aunque Rugeles posteó el contenido de una serie de preguntas que envió al funcionario en un derecho de petición, la justicia acreditó que los interrogantes en realidad son señalamientos de conductas delictivas.
Rugeles le hizo a González 45 preguntas. Algunas hacen referencia a un libro que da cuenta de una supuesta reunión entre el funcionario y el narcotraficante Leonidas Vargas. El bloguero le pregunta por las circunstancias del encuentro y si “ha vuelto a sostener reuniones con narcotraficantes”, entre otros. Para González, las preguntas contienen “afirmaciones oscuras, difamantes, irrespetuosas, injuriosas y calumniosas”.
El juzgado señaló que la publicación de las preguntas, sin las respuestas de González, “tienen como consecuencia proponer al lector que el accionante es una persona que incurre en conductas reprochables penalmente, sin que las autoridades competentes se hayan pronunciado al respecto”. (Le puede interesar: Por injuria y calumnia, presentarán nueva denuncia contra bloguero Gustavo Rugeles)
“Se constata que el señor Rugeles Urbina no acudió formalmente ante el accionante para constatar la información recibida antes de la respectiva publicación. Aunque el accionado manifiesta haber radicado el derecho de petición con esa finalidad, la de verificar, lo cierto es que el periodista inmediatamente y a la par, desplegó la actividad tendiente a divulgar la petición sin tener aun la versión del funcionario”, señala la decisión.
Aunque Rugeles escribió otra entrada en su blog el 8 de agosto en referencia al tema, el juzgado señaló que no se trató de una rectificación pues solo hace referencia a algunos de los temas planteados en las 45 preguntas. Por esa razón, ordenó al bloguero retirar la publicación original del derecho de petición y rectificar, en el sentido de precisar que la información contenida en los interrogantes “no se encuentra corroborada”.
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Esta no es la primera controversia entre Rugeles y González. El pasado 18 de julio el director de la Unidad Nacional de Protección anunció que presentará acciones legales contra el bloguero por presunta injuria y calumnia. Esto, luego que Ruegeles publicara una supuesta primicia en la que anunciaba que González Monguí tenía los días contados al frente de la UNP por posibles casos de corrupción en la administración de la entidad. Rugeles también afirmó que el actual director de la UNP fue señalado por Luis Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, de haber recibido dineros del cartel de Cali.
Tras el artículo, Pablo Elías González afirmó que “lo anterior es completamente falso y carece de todo sentido”. Así mismo, dijo que la contratación de la entidad siempre ha sido revisada por la Procuraduría General de la Nación, Secretaría de Transparencia de la Presidencia de la República y la Contraloría General de la República. Siendo esta última la encargada de fiscalizar los dineros que maneja la institución.
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Gustavo Rugeles, director del portal El Expediente, afronta un juicio por violencia intrafamiliar agravada. Marcela González Olaya, pareja de Rugeles, lo denunció ante medios de comunicación por una fuerte golpiza que le habría propinado. De acuerdo a un testimonio de la mujer ante las autoridades, la agresión tuvo origen en la rabia que le causó a él no encontrar rápidamente las llaves para ingresar a su casa.
Por este caso la Fiscalía abrió la investigación de oficio puesto que González Olaya se abstuvo de presentar denuncia ya que ambos zanjaron el episodio de violencia intrafamiliar el año pasado con un video divulgado en redes sociales, en el cual ella decía: "Agradezco la inmensa solidaridad, pero este es un tema que vamos a resolver de manera privada". Él, por su parte, dijo entonces que el trasfondo de las denuncias en su contra era, en realidad, las ganas de sus enemigos de hacerle daño a su carrera profesional.