Juan David Díaz, defensor de Derechos Humanos que fue perseguido penalmente por, supuestamente, hacer parte de varios crímenes perpetrados por las AUC, salió victorioso en el tercer proceso judicial que pesaba sobre su nombre por los delitos de concierto para delinquir y homicidio agravado. Díaz, quien es médico de profesión, era hijo de Eudaldo Díaz, exalcalde de El Roble, Sucre, que fue secuestrado, torturado y asesinado, en abril de 2003, por orden del exgobernador del departamento Salvador Arana Sus.
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El exalcalde, en su momento, y como una premoción alertó al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez sobre su asesinato por parte de paramilitares que rondaban las calles de Sucre. Las amenazas llegaron a su casa luego de que denunciara ante las autoridades la presencia de grupos armados en la zona. Aunque el exmandatario falleció, la persecución contra su familia no cesó. Su hijo Juan David se convirtió en el nuevo blanco de los paramilitares. Esta vez, lo acusaban frontalmente de participar en varios crímenes cometidos por ellos. Las declaraciones las rendían ante los tribunales de justicia y paz, que fue el órgano al que se acogieron una vez se desmovilizaron.
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Según lo que reposa en los expedientes del médico Juan David Díaz, y que tiene un patrón identificado, es que los entonces miembros de las AUC, lo señalaban de participar en delitos que ellos mismos perpetraban en la zona. De ahí que la primera investigación que se abrió fue por concierto para delinquir y robo de hidrocarburos. De este proceso, el también defensor de derechos humanos salió bien librado en abril de 2017, luego de que la Fiscalía decidió cesar la persecución penal en su contra.
No obstante, aún le quedaban dos investigaciones más en el tintero. Los exparamilitares lo acusaron de ser el autor intelectual de varios homicidios en Sucre. En este proceso, la Fiscalía lo volvió hallar inocente de lo que lo acusaban los exmiembros del grupo guerrillero. El ente acusador, en marzo del año pasado, dijo que las acusaciones en su contra “eran mentirosas y contenían un vicio de venganza”.
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La más reciente decisión para el médico llegó hace menos de 15 por la Fiscalía Tercera de Sincelejo. En este caso puntual el hijo del exalcalde era señalado de los delitos de homicidio y concierto para delinquir. La investigación en su contra se inició por cuenta de unos señalamientos que presentaron Wilson Anderson Herrera alias Gafas y Edelmiro Alberto Anaya alias El Chino en una versión libre que rindieron ante justicia y paz en Barranquilla durante 2012.
Los exmiembros de las AUC dijeron que el médico era uno de los responsables de la muerte de Víctor Alfonso Bertel, ocurrido en octubre de 2005, en el barrio Divino Niño en Sincelejo, cuando salía de un encuentro social. Lo que reposa en las investigaciones es que la víctima fue abordada por Eliecer Villegas alias El Diablo, Pedro José Sotelo alias Mortal e Ignacio Hurtado alias Nacho quienes lo impactaron en varias ocasiones con arma de fuego.
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A esta muerte, la Fiscalía sumó la de César Augusto Acosta, ocurrida en febrero de 2005 en Sincelejo, y la de Manuel Alberto Palencia Aguas perpetrada en mayo del mismo año. Aunque las investigaciones ya estaban archivadas, el dicho de alias El Chino en contra del médico Juan David llevaron nuevamente a la Fiscalía avanzar con las indagaciones de estos crímenes. Los señalamientos apuntaban al médico como uno de los coautores del homicidio de Palencia y mientras ello ocurría, la abogada Yessika Hoyos, quien defiende los intereses del defensor de derechos humanos, allegó un documento ante las autoridades judiciales en el que solicitaba investigar cada una de las actuaciones supuestamente cometidas por el médico. No obstante, a la vez pidió que se archivara la investigación.
Así las cosas, la Fiscalía Tercera analizó nuevamente los dichos de alias El Chino y la versión que rindió el médico en indagatoria en la que señaló que fue él quien los denunció, los buscó y los llevó ante las autoridades para que respondieran por el homicidio de su padre. El médico en su declaración resaltó que, así como años atrás ocurrió, la persecución en su contra se convirtió, además de enlodar su nombre con crímenes, también en un seguimiento personal con amenazas y hostigamientos. Dijo que desde la muerte del exalcalde buscó la forma de conocer la verdad de lo sucedido y que se hiciera justicia.
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El médico quien hoy hace es vocero del Movimiento de Víctimas en Sucre cuenta con esquema de seguridad que le fue otorgado a través de un medida cautelar emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hasta donde llevó su proceso para cuidar de su integridad y la de varias víctimas que denunciaron actuaciones de los paramilitares. En pocas palabras, el médico se declaró inocente de los tres homicidios por los cuales fue llamado ante los estrados. Con base en la declaración, las pruebas y los dichos de los exparamilitares, la Fiscalía empezó nuevamente a barajar las cartas de la investigación.
“Y es que desde un inicio resultaba muy poco probable para el despacho que el doctor Díaz Chamorro formara parte de las autodefensas, como lo dijeran los postulados en su versiones, por cuanto no se entendería como una persona que pierde a su padre bajo las balas indolentes de los paramilitares, formara parte de este grupo delincuencial, y si ello hubiera sido así, no se entendía cómo y porqué razón darle de baja al padre de uno de los miembros de su organización, con quien dicen que compartían y tomaban tragos en fiestas”, dijo la resolución de la Fiscalía.
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Además, de eso, la delegada fiscal analizó que los comparecientes ante justicia y paz que declaraban en contra del médico eran los mismos que fueron condenados a 40 años de prisión por la muerte de su padre, el exalcalde Eudaldo Díaz. Resaltó, además, que “los señalamientos realizados por los postulados son incongruentes, no son explicativos, se limitan a decir que Juan David sí formó parte de las autodefensas y fue el comandante de Los Reguetones y que en calidad obedeciendo a esa vinculación, participó en los tres homicidios que aquí se investigan, pero se quedan cortos con las explicaciones acerca de los detalles de la participación del sindicado”.
Para la Fiscalía está claro que las investigaciones que se han adelantado en contra del médico Díaz han obedecido a los dichos de los mismos exparamilitares que estuvieron tras la muerte de su padre y que fueron condenados a 40 años por ese crimen. Así las cosas, una vez más el ente acusador y la justicia le dio la razón al defensor de derechos humanos, quien no solo ha luchado por limpiar su nombre, sino por esclarecer la muerte de su padre y hacer justicia, de ahí que sea declarado como víctima ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el marco del proceso de sometimiento del exgobernador Arana Sus, quien también reconoció ser uno de los autores del asesinato del exalcalde.
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En materia penal en el territorio nacional se conoce la condena a los exmiembros de las AUC, y en materia internacional, se conoció, en febrero pasado, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos analizará el caso y definirá si existió responsabilidad del Estado colombiano en la muerte que el mismo exmandatario denunció ante el expresidente Uribe Vélez durante su administración. Lo que trascendió en su momento es que sus contrincantes políticos obstaculizaron su labor por los señalamientos hechos, interponiendo denuncias ante la Procuraduría, la Fiscalía y el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
Si bien el exalcalde sentó un precedente sobre su seguridad, el 5 de abril de 2003 fue la última vez que se le vio cuando salió de su casa a una reunión con funcionarios del departamento de Sucre, entre los que se encontraba infiltrado el exparamilitar Rodrigo Mercado alias Cadena, uno de los jefes del Bloque Héroes de Montes de María de las AUC. Cinco días después el cuerpo de Díaz fue hallado en la “boca del zorro” a las afueras de Sincelejo con signos de tortura con impactos de arma de fuego.
