Para el próximo 1 de noviembre está previsto que se reanude el juicio contra el señalado cerebro financiero de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), el grupo paramilitar liderado por los hermanos Carlos y Vicente Castaño, que durante los años noventa y principios de los 2000 cometieron miles de crímenes de lesa humanidad en todo el país. Se trata de Jacinto Alberto Soto Toro, más conocido en los expedientes judiciales con el alias de Lucas. Según el ente investigador, este hombre de confianza de la Casa Castaño fue quien participó en los hechos que rodearon el asesinato de tres investigadores del CTI de la Fiscalía que indagaban sobre las finanzas y los patrocinadores del narcoparamilitarismo en Antioquia.
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Lucas, que fue recapturado en abril de 2021, ha resumido ante las autoridades que su papel en las Auc fue el de un simple “mandadero” y que no tenía jerarquía para ordenar asesinatos. Sin embargo, para la Fiscalía es claro que su papel fue más allá y fue determinante en la planeación de asesinatos, que eran perpetrados por la temida banda La Terraza, a la cual se le endilgan los homicidios de Jaime Garzón, Jesús María Valle, Mario Calderón y Elsa Alvarado, entre otros. Por ese mismo papel logístico fue que a principios de agosto de 2022 la Fiscalía también llamó a juicio a Lucas por planear la masacre de nueve personas en Coredó, en 1996.
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El Espectador conoció el extenso expediente contra Lucas, el cual incluye un documento de más de 100 páginas con el que la Fiscalía lo acusó en noviembre de 2021. Esa resolución recopila varios testimonios de exjefes paramilitares que lo señalan de manejar la plata de los Castaño y el encargado de relacionarse con políticos, empresarios y miembros de la Fuerza Pública que apoyaron al grupo criminal. Lucas actualmente se encuentra preso en La Picota y desde que está detenido le informó a la Fiscalía que su vida corre peligro desde hace dos años. Durante su indagatoria, le dijo al fiscal del caso que sus declaraciones a la justicia le habían causado problema de “usted ya sabe quién”, pero no entregó nombres.
Alias “HH”
Durante esa audiencia de indagatoria, adelantada a los pocos días de su recaptura, la Fiscalía le citó varios de los testimonios que lo incriminan. Uno de ellos es el de Ever Veloza, alias HH, un hombre de la entera confianza de los Castaño y que fue clave en la expansión paramilitar. Su testimonio es fundamental en la acusación de la Fiscalía porque el expara señala a Lucas como el encargado de las relaciones públicas del grupo armado en la ciudad de Medellín, incluidos los vínculos y acercamientos con empresarios, dirigentes y líderes regionales y las Fuerzas Militares. Incluso, HH señaló que Lucas tenía contacto, a través de un beeper, con el entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez.
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HH señaló en 2012 ante la Fiscalía que “Pedro Juan Moreno, secretario de Gobierno de Uribe en la Gobernación, y en esos momentos Lucas estaba organizando la metida de la gente en Santo Domingo y San Roque, quien estaba ayudando a montar ese grupo eran personas muy cercanas también a Álvaro Uribe, que tenían una finca en San José del Ñus, entonces Lucas le estaba pidiendo una reunión con Villegas para la organización del grupo de allá. (...) Lucas busco a Pedro Juan Moreno, porque los hermanos Villegas eran cercanos a Uribe”, ya la segunda reunión yo estaba, por otro lado, era una reunión del doctor Moreno, con los hermanos Villegas”.
Esos hermanos Villegas son los mismos mencionados en el caso contra el expresidente por presunta manipulación de otro exparamilitar que indicó que Uribe fundó un grupo paramilitar en Antioquia en los años noventa. Esos señalamientos, de haber promovido o tener nexos con el paramilitarismo, los ha negado tajantemente el líder del Centro Democrático y durante estos años ha insistido que justo él fue quién los extraditó a los Estados Unidos, entre ellos el propio HH. Para la Fiscalía este testimonio da cuenta de que Lucas no era un simple mandadero de los Castaño y que en su recuerdos está gran parte de la memoria de lo que pasó en las entrañas del paramilitarismo.
Alias Don Berna
Los tres crímenes por los que es acusado Lucas son el de Manuel Guillermo López Umaña (5 de septiembre de 1997), John Jairo Ruiz (14 de marzo de 1998) y Luis Fernando González (13 de abril de 1998), quienes investigaban los tentáculos del paramilitarismo en Antioquia. Estos asesinatos, y los de otros nueve integrantes de ese cuerpo de investigación, fueron perpetrados en un contexto en el que los paramilitares habían infiltrado la Fuerza Pública, la propia Fiscalía, políticos, y otros sectores de la sociedad. Además, Diego Murillo León, alias Don Berna, otro exjefe paramilitar, en ese momento era el capo de la Oficina de Envigado, tras la muerte de Pablo Escobar en diciembre de 1993.
Dos muestras de la infiltración paramilitar en Medellín durante esos años son los casos del general (r) Mauricio Santoyo, antiguo jefe de seguridad del expresidente Uribe y el exinvesitgador del CTI Carlos Mario Aguilar, alias Rogelio. El primero de ellos, tras ser extraditado a los Estados Unidos y aceptar que colaboró con las Auc, hoy es procesado por su presunta participación en el asesinato de Jesús María Valle y la desaparición forzada de los defensores de derechos humanos Claudia Monsalve y Ángel Quintero. Todos hechos perpetrados en Medellín. El segundo fue mano derecha de Don Berna y llegó a dirigir esa oficina de cobro que fue creada por Pablo Escobar en los años 80.
El asunto es que Don Berna terminó aceptando, en octubre de 2020. su participación en los asesinatos de los investigadores del CTI. En indagatoria virtual Don Berna señaló que en varias oportunidades le ordenó a La Terraza realizar algunos “trabajos” (homicidios), y sobre el pago “A veces ellos (La Terraza) subían a Córdoba y Carlos les daba un dinero o a veces en Medellín hay una persona encargada de eso que era el financiero de allá que era un tal Lucas”. Igualmente, dice que a través de alias Lucas se les suministraba a esa banda criminal armamento, vehículos y dinero.
Alias “Julián”
En mayo de 2019, Rodrigo Alberto Zapata Sierra, alias Ricardo, también habló en contra de Lucas. Se trata de un exparamilitar que fungió como secretario de Vicente Castaño. Zapata Sierra dice que conoció a Lucas en 1996 “Porque era la persona encargada de llevar todas las cuentas de los grupos de las Auc”. Aunque dijo no tener conocimiento sobre los asesinatos de los investigadores del CTI, si confirma los nexos de la banda La Terraza y los Castaño y que también eran utilizados para hacer “vueltas o trabajos” (homicidios), las cuales “todos los pagos de esos trabajos y todo lo relacionado con las autodefensas, se pagaba desde el Parqueadero Padilla que era manejado por alias Lucas”.
En marzo de 2017, Isaías Montes, alias Junior dijo que era el comandante del grupo paramilitar que delinquía en el municipio de Ituango Antioquia entre abril de 1997 y diciembre de 1998. Para la financiación del grupo, dijo Junior, le consignaban en la cuenta de un comerciante de Ituango donde compraban los víveres, y confirmó que los hermanos Castaño eran quienes lo financiaban. Sobre alias Lucas dijo que le enviaba material de intendencia, aunque no recuerda que le haya enviado dinero. Finalmente, no reconoce los mensajes de texto que fueron enviados al beeper de alias Lucas durante la masacre de El Aro, el 22 de octubre de 1997.
Por ahora, Lucas, quien ha negado su participación en los asesinatos de los investigadores del CTI y dice desconocer las órdenes que impartían los hermanos Castaño a La Terraza, sigue detenido en la cárcel La Picota mientras las audiencias de su juicio se reanudan en noviembre.
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