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Murió cumpliendo su sueño de ser policía: amigo de patrullero muerto en Amalfi

El patrullero Jhonatan Jiménez Jiménez murió en el ataque contra un helicóptero de la Policía el pasado 21 de agosto en Amalfi (Antioquia). Uno de sus amigos recordó al uniformado como un hombre entregado a su sueño de ser Policía, por él y por su familia.

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Ana Sofía Montes Peláez
24 de agosto de 2025 - 06:00 p. m.
El patrullero Jhonatan Jiménez estaba casado y tenía una hija de 11 años.
El patrullero Jhonatan Jiménez estaba casado y tenía una hija de 11 años.
Foto: Archivo Particular
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El patrullero Jhonatan Jiménez Jiménez tenía 33 años y en casa lo esperaba su esposa e hija de 11 años. También su papá, que lo crio solo desde pequeño, en el municipio de Montenegro (Quindío). Como pensionado de la Policía, Jiménez vio en su padre el ejemplo de vida y uno de los motivos para cumplir su sueño: ser policía.

Y lo logró. Jiménez Jiménez empezó la carrera en la institución en mayo de 2021 y, el pasado 21 de agosto, cumpliendo una misión de su servicio, estaba abordo de un helicóptero UH-60 de la Policía Antinarcóticos, acompañando labores de erradicación manual de cultivos de coca. La disidencia de alias “Calarcá” lo derribó en zona rural de Amalfi (Antioquia).

Jhonatan Jiménez, y otros 12 compañeros, murieron en el ataque. Por esas circunstancias, Carlos Fernando Ordóñez, amigo del uniformado, dice que el patrullero perdió la vida cumpliendo su sueño. "Él prestó su servicio militar cuando cumplió los 18 años. Pero, por cuestiones económicas, no pudo continuar. Luego de formar una familia con su esposa, pudo cumplir su sueño", relató Ordóñez a El Espectador.

Los amigos se conocieron hace más de 13 años, cuando Jiménez le pidió a su actual esposa que fueran novios. “Jonathan siempre fue una persona muy madura, con los pies bien puestos sobre la tierra. Como fue criado por su papá, esto lo llevó a tener mucho carácter y a entender la vida como un acto de servicio. Nunca dejó de pensar en los demás y siempre estaba pendiente de su papá, su hermana y sus abuelos. Y, por supuesto, de su esposa y su hija”, agregó Carlos Ordóñez.

Fue un hombre, dice su amigo, entregado al hogar y a trabar por su esposa e hija. Su pasatiempo era andar en moto, pero siempre tuvo sus prioridades muy claras: su familia. “Fue un excelente hijo, esposo y padre. Es más, la decisión que tomó de ser policía, lo hizo pensando más que todo en el futuro para su hija”, relató Carlos Ordóñez, quien además es el padrino de la hija de su amigo.

En Montenegro (Quindío) esperan el regreso de Jhonatan Jiménez Jiménez para que su familia y amigos lo puedan despedir este lunes 25 de agosto. “Ellos murieron cumpliendo con su deber, defendiendo lo que en algún momento juraron proteger: su país. Sentimos mucha resignación, pero acompañamos a todas las familias. Siempre serán recordados de la mejor manera”, concluyó Ordóñez.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Por Ana Sofía Montes Peláez

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