El 28 de junio de 2021, a eso de las 2:30 p.m. en Popayán, Martín Elías Martínez, patrullero del Esmad, golpeó en la cara al defensor de derechos humanos Yoiner Idrobo. En medio del estallido del paro nacional, que allí dejó eventos dramáticos como la incineración de la Unidad de Reacción Inmediata (URI), la Procuraduría inició pesquisas contra el agente del Estado, quien quedó plenamente identificado en el material probatorio. Fue citado a juicio disciplinario, por lo cual su trabajo y habilidad para ejercer cargos públicos entra en debate judicial. Este diario conoció detalles del expediente por presunto abuso de autoridad por acto arbitrario e injusto.
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La Procuraduría citó a audiencia pública a Martínez, quien integra el Escuadrón Antidisturbios n.° 23. El Ministerio Público cuenta con al menos tres videos en los que el agente quedó identificado como un presunto agresor al norte de Popayán, en el sector conocido como el Morro de Tulcán, así como la indagación adelantada por la Fiscalía por delitos en contra de la administración pública y abuso de autoridad. Y, por último, informes de los funcionarios de la Personería que presenciaron los hechos. Además, cuenta con el testimonio minuto a minuto de Idrobo, el defensor de derechos humanos miembro de la Red Jaime Garzón y aliado de la Red Francisco Isaías Cifuentes.
Ambos grupos, que se dedican a organizar charlas y cursos de formación en derechos humanos en universidades y barrios, vivieron de primera mano lo que ocurrió durante el paro nacional de 2021. El pasado 28 de junio en el Morro de Tulcán, se avivó una protesta, en la cual hubo tensiones entre la ciudadanía y los policías. El defensor, al igual que sus compañeros, habría increpado a los antimotines por lanzar proyectiles de sus armas menos letales, como un gas lacrimógeno, de forma frontal y no de manera parabólica, como lo dicen las normas para usar ese tipo de artefactos. Disparar frontalmente ha terminado en casos por homicidio en protestas, como el de Nicolás Neira, en 2005, y Dilan Cruz, en 2019. Y, por eso mismo, está prohibido.
La cronología de la agresión
Para entonces, no eran tiempos tranquilos en Popayán. El 12 de mayo, un mes y medio antes del episodio de Idrobo, una joven de 17 años denunció haber sido víctima de abuso sexual, luego de quedar bajo custodia del Esmad en una protesta. Dos días después, un incendio arrasó con la URI en donde había sido detenida la menor. Mientras tanto, la situación en el resto del país no era menos dramática. El joven Lucas Villa había caído baleado en Pereira el 5 de mayo, cada día aumentaban los heridos por enfrentamientos de manifestantes con la fuerza pública y una salida al descontento ciudadano por la reforma tributaria y la crisis generada por el covid-19 no se veía cerca.
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Entrada la tarde del 28 de junio de 2021, Martínez arremetió contra un grupo de defensores en el Morro de Tulcán. “Viene el agente del Esmad. Yo me acerco rápidamente. El mismo agente (Martínez) pasa tumbándole el teléfono a mi compañera. Como yo me estoy acercando rápidamente, me lanza lo que es una bofetada, un puño hacia mi rostro. Yo trato de esquivar, pero el impacto fue bastante fuerte. Y se retira rápidamente, en presencia de las personas de Defensoría, Personería y demás mecanismos de derechos humanos que había en el terreno”, relató Idrobo a El Espectador. En tres de los videos del material probatorio en poder de la Procuraduría se evidencia lo mismo.
Una embestida contra los defensores, cuando, como lo dice la Procuraduría, ninguno representaba un peligro para la vida de los policías. La prueba reina quedó consignada en el mismo celular de Idrobo, quien venía grabando la tensa situación de orden público. En el segundo 00:20 de un video que aportó a la Procuraduría quedó fotografiado el número de identificación del patrullero Martínez: 114328. De hecho, el mismo órgano de control cuenta con un video, de esa tarde, en el que Idrobo es golpeado en la entrepierna por otro agente del Esmad. Sin embargo, explicó que esa prueba no entrará en juicio, pues no se logra identificar al agresor.
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Idrobo quedó tendido en el suelo por casi medio minuto y solo fue atendido por compañeros de derechos humanos ubicados en medio de las confrontaciones. En conclusión, la Procuraduría citó a audiencia pública al patrullero porque el joven líder social “fue agredido en su cara por el uniformado del Esmad de placa 114328 sin justificación aparente. Constituyéndose un probable abuso de autoridad (acción-conducta instantánea) por extralimitación en sus funciones, lo que resultaría desproporcionada e ilegal, pues la fuerza física estaba autorizada única y exclusivamente para prevenir o mitigar el riesgo de posibles violaciones a los derechos fundamentales de las personas”.
Idrobo solo tenía en sus manos un teléfono celular y portaba un chaleco que lo identificaba como defensor de derechos humanos. El Espectador se comunicó con el patrullero Martínez, quien aseguró que no está autorizado para emitir comunicaciones. También contactó a su abogada, quien dijo estar imposibilitada para responder a medios, según las reglas del Fondo de Defensa Técnica y Especializada de los miembros de la Fuerza Pública (Fondetec). Al final, el defensor Yoiner Idrobo espera tener justicia tras su denuncia y lamenta no haber podido grabar, como otra prueba, cuando presuntamente miembros de la fuerza pública lo habrían tildado de guerrillero.
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A corte de noviembre pasado, la Procuraduría tenía 94 procesos activos en contra de miembros de la fuerza pública por presuntas irregularidades durante el paro nacional. A raíz de esos y otros casos, instancias como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le sugirió al Estado colombiano reformar el Esmad. “A uno le deja un sinsabor, una tristeza y un desconcierto. Uno sigue trabajando y se encuentra con este tipo de acciones constantes en cualquier interlocución con la fuerza pública. Este tipo de estigmatizaciones y adoctrinamiento por parte de los uniformados, en un país sumido en la guerra, son bastante complicadas para ejercer el trabajo de la defensa de los derechos humanos”, concluyó Idrobo.