Por tercera vez, la justicia colombiana emitió un fallo condenatorio en contra de Aida Merlano Rebolledo, la excongresista del Atlántico relacionada con políticos de la familia Char y quien en 2019, después de haber sido hallada responsable de comprar votos para intentar llegar al Senado de la República, se fugó durante una cita odontológica. La más reciente movida es la condena a tres años y medio de prisión, por ese hecho catalogado por muchos como “cinematográfico”.
La decisión fue emitida por la jueza 18 penal del circuito de Bogotá, que en la mañana de este viernes 5 de diciembre de 2025, le dio luz verde a un preacuerdo al que llegaron la Fiscalía General de la Nación y Aida Merlano, tras aceptar su responsabilidad en el delito de fuga de presos. Esto, por hechos relacionados con su fuga de la cárcel El Buen Pastor, ocurrida el 1 de octubre de 2019, y su posterior traslado a Venezuela.
Durante la diligencia, la jueza no solo argumentó la culpabilidad de Aida Merlano. De paso negó la solicitud de que pudiera cumplir la condena en prisión domiciliaria. “Los hechos hablan por sí solos en el sentido de que esta persona tiene la posibilidad de abandonar el país y que no le importa abandonar el arraigo familiar”, argumentó la togada. Al final, la excongresista apareció frente a la cámara y se pronunció sobre la decisión.
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“No pretendo cosa distinta que asumir la responsabilidad”, dijo la mujer. A renglón seguido, le habló directamente al delegado del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), víctima acreditada en el proceso penal contra la excongresista, quien había pedido en una diligencia anterior que Aida Merlano ofreciera excusas por la fuga que no solo puso su nombre a sonar, sino que puso en cuestión las medidas de seguridad de la institución.
“Reitero una vez más que estoy apenada por la situación que pasó toda Colombia con mis acciones. Le pido disculpas, primero que todo, a las personas de bien, a la administración de justicia que se vio burlada”, dijo Aida Merlano. Agregó también que la verdadera razón de su fuga fueron los supuestos riesgos que estaba corriendo su vida al interior de la cárcel El Buen Pastor, por cuenta de presiones en su contra.
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“No fue mi intención burlarlos. La intención del camino hacia la fuga fue solo por protección, por miedo y porque, evidentemente, fui víctima de abusos dentro de la institución del Inpec”, dijo la excongresista. Aseguró que ya hay denuncias penales instauradas con relación a los abusos que habría sufrido al interior de El Buen Pastor y que las autoridades competentes están adelantando las investigaciones respectivas sobre esos hechos.
“Las denuncias están radicadas formalmente por maltrato, violencia física, persecución, revisiones falsas que obligaban a meterme contra mi voluntad a centros de salud mental. Todo para favorecer a las personas que hoy están investigadas por hechos que me relacionan a mí y una cantidad de situaciones que me llevaron a la situación de volarme de esa cárcel para salvaguardar mi integridad”, expresó la mujer durante su intervención.
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De paso se refirió al caso del capitán David Alexander Álvarez, quien era el jefe de custodia de El Buen Pastor cuando Aida Merlano estaba recluida allí y firmó dos actos administrativos con los que se autorizó la salida de la congresista a la cita odontológica de la cual se fugó. “El capitán Álvarez ha sido condenado de manera injusta. De hecho, nunca tuvimos buenas relaciones”, señaló la mujer.
También le envió un mensaje a Javier Guillermo Cely, el odontólogo que la atendió el día de la fuga y que también resultó enredado por el caso. “Quiero pedirle disculpas al odontólogo, que se vio afectado también por el escarnio público al que lo expuse, porque eso me quitó la paz”. Finalmente, insistió en lo que ya había dicho el mes pasado, durante otra diligencia judicial: que no se arrepiente de haber burlado a las instituciones con su fuga.
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“No me arrepiento de la fuga, me arrepiento de los delitos que me llevaron a estar en ese lugar. Fui víctima de una persecución sistemática del Estado. Una justicia que me señaló por delitos que no cometí, pero que acepto”, dijo. Agregó que ya ha pasado 80 meses privada de la libertad y ha pagado otros 50 meses de pena por medio de labores de trabajo y estudio. Esto, por las dos condenas impuestas en 2019 y 2022 por la Corte Suprema de Justicia.
En los dos fallos anteriores, el alto tribunal halló a Aida Merlano responsable de los delitos de corrupción al sufragante agravada, fabricación, tráfico o porte ilegal de armas de fuego y violación de topes de campaña. Esto, en relación con su campaña al Senado, al parecer apoyada por los Char, en 2018. “Que la justicia sea pareja para todos y no solo para los que tenemos menos posibilidades de defendernos”, concluyó la excongresista.
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