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Luego de un mes de la muerte en Pereira del manifestante Lucas Villa, de 37 años y símbolo de la protesta pacífica en el Paro Nacional, el mayor general Fernando Murillo, director de la Dijín, descartó entre las hipótesis investigativas que la misma institución tuviera relación con el crimen. La Policía rechaza las versiones que indican presuntas irregularidades en el Viaducto César Gaviria, donde el pasado 5 de mayo Villa fue baleado.
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“Como hipótesis se tiene la posible participación de una banda de delincuencia común organizada denominada La Cordillera. Frente a las denuncias hechas por un ciudadano a través de los medios de comunicación, en donde sindica a la Sijín de la Policía de Pereira en este hecho, los elementos materiales probatorios y la evidencia física no han permitido identificar funcionarios de la Policía comprometidos en este acto criminal”, explicó Murillo.
El mayor general se refiere a las declaraciones de Eisenhower Zapata, miembro de la Mesa Nacional de Víctimas, quien el pasado 9 de junio aseguró en W Radio que la escena del crimen está rodeada de presuntas irregularidades, que salpicarían a la Policía en el crimen. El ciudadano denunció que en el viaducto había una moto con dos sicarios y, además, una camioneta de placas ZRK-453 que rondaba de manera sospechosa. Además, que en el lugar el alumbrado público estaba apagado y que las cámaras, a cargo de la Policía, no estaban funcionando.
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“Hay una fuente de la misma Policía Nacional, agente de la Sijín, que es lo único que tienen (la Fiscalía) y está dispuesto a decir cómo se cometió el crimen en una alianza entre microtráfico y agentes del mismo Estado para cometer ese crimen que ya estaba perfilado en el caso de Lucas. Ese mismo agente ha dicho que está dispuesto a decir la verdad siempre y cuando le garanticen asilo político o refugio en el exterior y le paguen la recompensa que se está dando de 100 millones de pesos”, dijo Zapata en entrevista radial.
Sin embargo, el brigadier general Murillo asegura que la Sijín de Pereira hizo presencia en el lugar del crimen la misma noche de los hechos. Además, que las placas de la camioneta, de las cuales habla Zapata, no corresponden a vehículos oficiales de la Policía ni a alguna agencia de inteligencia adscrita a la Fuerza Pública. Por último, el director de la dirección de investigación aseguró que las autoridades siguen indagando y que los resultados se informarán oportunamente.
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Lucas Villa, estudiante de la Universidad Tecnológica de Pereira, murió el pasado 11 de mayo en el Hospital Universitario San Jorge, luego de pasar cinco días en la Unidad de Cuidados Intensivos tras recibir ocho impactos de bala. Su padre, Mauricio Villa, reaccionó en entrevistas indicando que el manifestante era “un romántico que creía que podría cambiar el mundo con una flor. Que la palabra y su poder no podía ser superada por el poder de las armas”.
Villa murió luego de que presentara muerte cerebral, como lo confirmó el Hospital San Jorge de Pereira: “Lamentamos informar que no obstante a la atención especializada brindada durante estos días en nuestra UCI el paciente no presentó ninguna respuesta neurológica posterior a suspender la sedación y el estudio imaginológico es concordante con isquemia cerebral global”. Luego de un mes, se desconocen avances investigativos de la Fiscalía y de la Policía.