La Fiscalía acusó formalmente a Deiby Arias, concejal de Ocaña (Norte de Santander) para el periodo 2020-2023. En mayo del año pasado, el funcionario público fue denunciado pública y penalmente, pues habría golpeado a su expareja, la ingeniera Johana Espejo. En sus redes sociales, la profesional alzó su voz tras revelar que, en un aparente ataque de celos, Arias la habría maltratado psicológicamente y lesionado de gravedad en su rostro y cuello. Este paso significa un antes y un después en la vida de Arias, pues su libertad entrará debatirse en juicio.
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La Fiscalía se comprometió a probar en juicio que Deiby Arias es responsable por los delitos de violencia intrafamiliar y acto sexual violento. La hipótesis da cuenta de que el actual concejal no solo habría golpeado a Espejo, sino también presuntamente se aprovechó de su envergadura para quitarle la ropa en medio de la arremetida. Luego de ello, a través de métodos que este diario omite por su crudeza, la Fiscalía acusa a Arias por al parecer constatar a la fuerza que Johana Espejo no hubiese tenido relaciones con otra persona. De ahí la acusación por el delito de acto sexual violento.
La víctima trabajaba en la Alcaldía de Ocaña en mayo del año pasado. Según la acusación, entonces asistió a un asado en un ambiente laboral y pidió al entonces concejal de Ocaña que la recogiera una vez terminara la reunión. Al final, Arias nunca llegó y, según denunció Espejo, tomó un taxi y desde entonces habría recibido mensajes intimidatorios: “Empezó a decir: ‘Ah claro, estabas calladita. Con razón no me contestabas. Claro ella sí se fue temprano (la ingeniera jefa) porque ella es una dama, tú no’. Ahí me empezó a insultar, a decirme perra, que eso es lo que soy. Me decía: ‘quédate hablando con ellos, no llegues a la casa. Ábrete’”.
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Una vez llegó a la casa, Espejo cuenta que su expareja no estaba en el lugar, el cual compartían desde diciembre de 2020 y hasta el momento de la denuncia. Ahí habría empezado la pesadilla: “Yo me puse a dormir. Al momentico él llega gritando y de una vez empieza a golpearme. Él empieza a golpearme en mi rostro, en la parte izquierda, que es la parte más afectada. Hubo un momento en que me dejó inconsciente del golpe tan duro que me dio (…) cuando yo vuelvo a tomar conciencia, yo ya prácticamente no podría abrir mi ojo, tenía el labio super hinchado. Yo empecé a llorar y él me decía que yo era una perra y que si solo era un almuerzo ¿Por qué me había demorado tanto?”.
La hipótesis denunciada por Espejo fue corroborada, casi al pie de la letra, por la Fiscalía en su acusación. De acuerdo con la hipótesis del caso, Deiby Arias “le planteó fuerte discusión a su compañera permanente con ocasión de que esta desde las horas del mediodía se había marchado a participar de un almuerzo con amigos y compañera de trabajo. La situación prontamente pasó de ser una diferencia conyugal y escaló a un escenario violento por parte de Arias, quien a voz en cuello le manifestó a su compañera que era una perra”, señaló el ente investigador.
Luego de ello, según denunció Espejo y quedó retratado en la acusación, Arias habría incurrido en un delito de carácter sexual: “Él llegó y me quitó los pantys a la fuerza, me olió toda, olió los pantys, porque él me decía que yo estaba con otro hombre. Ahí empezó a pegarme muchísimos puños en mi pierna izquierda, yo quedé coja de tanto dolor y los morados que me hizo. Ahí empieza lo peor. Cuando estaba más indefensa se me lanza encima y empieza a ahorcarme. Yo en medio de tratar de quitármelo de encima le hice unos tres o cuatro rasguños en el pecho”, le dijo Johana Espejo a El Espectador.
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El ente investigador soportará su teoría del caso en decenas de testimonios y pruebas documentales que podría ser decretadas en juicio. Entre las voces que unan el rompecabezas probablemente estarán los médicos, psicólogos, policías y profesionales forenses que registraron toda la información relacionada con la denuncia de Espejo. Entre los documentos se podría tener en cuenta los informes de epicrisis, es decir, los dictamenes médicos sobre los golpes recibidos por la víctima, los cuales le dejaron una incapacidad de 20 días el año pasado.
El concejal Deiby Arias, quien resultó electo por el Partido de la U, presentó disculpas públicas una vez se conoció la denuncia de su expareja. “Afrontaré y asumiré las consecuencias de mi exposición pública y de mis actos, y daré las explicaciones necesarias ante las autoridades competentes, ya sean órganos de control o la propia Fiscalía, en el momento en que oportunamente me lo requieran”, explicó en un comunicado en mayo del año pasado. Desde entonces, sigue trabajando en el Concejo de Ocaña y, por ahora, no avisa sobre algún preacuerdo con la justicia.
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Johana Espejo, por su parte, dejó el cargo que tenía en la Alcaldía de Ocaña y ahora focaliza su energía en un proyecto de construcción junto a su familia. Además, está cursando un posgrado en Interventoría y Supervisión de la Construcción, un campo en el que quisiera especializarse en los siguientes años de su carrera como ingeniera. Cuenta que vivir una agresión no ha sido para nada fácil, pero debe mantenerse firme en su denuncia. Piensa en su futuro, pues más allá de una víctima, es una emprendedora y una profesional.
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