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La frambuesa, conocida científicamente como Rubus idaeus, es un arbusto caducifolio, (planta leñosa), perteneciente a la familia de las Rosáceas, originario de Europa y el norte de Asia. Sus frutas son pequeñas polidrupas provenientes de estructuras florales complejas y se distinguen por su forma compuesta de muchas drupas unidas, lo que le da un sabor intenso y una textura tierna.
Esta fruta de bosque se cultiva fácilmente, adaptándose bien a suelos profundos y ácidos en climas templados. Se ha convertido en un insumo favorito tanto en la cocina gourmet como en la agroindustria por sus características nutricionales.
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María Aidee Castillo, emprendedora rural y fundadora de Frambuesas Villa del Rosario en Mosquera, Cundinamarca, comparte los puntos clave que debe tener en cuenta en el cuidado de su cultivo para que sea fructuoso y sano.
Cuidados de la frambuesa
💧 Riego
De acuerdo con Castillo, como la fruta es un 84% u 86% de agua, se debe evitar el exceso de riego y encharcamientos, ya que podría dañar el fruto.
La Universidad de Minnesota, en su guía técnica sobre manejo del cultivo, destaca el uso de riego por goteo como el método más efectivo para las frambuesas. No se trata de un estudio formal, sino de una recomendación basada en experiencia agrícola.
Según este recurso, el goteo es preferible porque no promueve enfermedades foliares y también permite la fertirrigación, en comparación con el riego por aspersión, que es menos eficiente y aumenta la incidencia de enfermedades.
El riego por goteo en el cultivo de frambuesa debe realizarse de forma frecuente, casi a diario en temporadas de calor y fructificación, pero siempre en volúmenes pequeños y constantes. La frecuencia puede variar según el tipo de suelo. En los más arcillosos, que retienen mejor la humedad, es posible espaciar los riegos cada dos o tres días, mientras que en los suelos arenosos, de drenaje rápido, se recomienda regar todos los días.
☀️ Luz y temperatura
La frambuesa necesita una buena cantidad de sol para desarrollarse de forma adecuada.
“Requiere buen sol, ya que es una planta muy resistente al verano. Lo ideal es que reciba entre 6 y 8 horas de luz solar directa al día, lo que favorece un crecimiento vigoroso y frutos con mejor sabor y dulzor", comenta Castillo.
No obstante, en regiones donde la radiación es muy intensa, puede ser recomendable el uso de mallas de sombreo o invernaderos rústicos para proteger la planta del exceso de calor y evitar el estrés hídrico.
🌱 Suelo y composición orgánica
Castillo comparte que en su emprendimiento, Frambuesas Villa del Rosario en Mosquera, Cundinamarca, trabajan con suelo orgánico, sin pesticidas ni químicos. Ella misma elabora los insumos con ajo, ají, caléndula, ruda, ceniza y cal agrícola.
“Nosotras aprovechamos todos los residuos que la naturaleza nos da. Como vivimos en un sector de finca, utilizamos estiércol de vaca y de caballo, además de los restos del mismo cultivo como hojas y ramas que resultan de la poda”, dice emprendedora rural.
Con todos estos materiales elaboran un compost que dejan madurar durante nueve meses, volteándolo cada 15 días y aplicándole cal para enriquecerlo. Una vez listo, este abono orgánico se aplica directamente sobre la planta, en la superficie del suelo.
“Normalmente, lo hacemos cada dos meses, pero en temporada de lluvias debemos ser más constantes, porque el agua arrastra los nutrientes y toca estar alimentando la planta con mayor frecuencia”, agrega Castillo.
Por otro lado, debe tener en cuenta un suelo bien drenado y rico en materia orgánica con un pH entre 5.5 y 6.5. Si desea, puede enriquecerlo con humus de lombriz.
🐛 Plagas
Como ocurre con la mayoría de cultivos, las frambuesas también son susceptibles al ataque de plagas. Sin embargo, en este caso el manejo es completamente natural.
“Nosotras preparamos los fungicidas caseros, por ejemplo con ají y ajo, que funcionan muy bien contra el gusano y la polilla blanca”, explica Castillo.
Otro de sus aliados es el caldo de ortiga, que cumple una doble función: como abono cuando se aplica al suelo, y como fungicida cuando se pulveriza sobre las hojas.
Además del control casero, el propio ecosistema aporta sus defensores: Las mariquitas ayudan a controlar los pulgones, las ranas actúan como depredadores naturales y las abejas cumplen un papel fundamental en la polinización. Estos polinizadores los tienen en su cultivo de frambuesas.
De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), este tipo de estrategias hacen parte del Manejo Integrado de Plagas (MIP), una práctica que combina métodos biológicos y culturales para reducir el uso de agroquímicos y conservar la biodiversidad en los cultivos.
Beneficios de la frambuesa
Algunos de los beneficios que comenta Castillo son:
- Rica en vitamina C, antocianinas y otros compuestos fenólicos que ayudan a combatir el envejecimiento celular y los procesos degenerativos.
- Contribuye a regular la presión arterial, mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
- Su alto contenido en fibra favorece la digestión, ayuda al control del peso y al equilibrio de los niveles de azúcar en la sangre.
- Sus compuestos bioactivos ayudan a reducir la inflamación y proteger al organismo frente a enfermedades crónicas.
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¿Cómo se siembra la frambuesa?
Castillo explica que la siembra de la frambuesa no se diferencia mucho de la de otras plantas.
“Se hace el huequito, se le aplica el abono, la tierra y listo. Lo más importante es la distancia, porque ese fue el error que cometimos al inicio: la sembramos muy cerca unas con otras y, como es una planta que se reproduce mucho, rápidamente llenó el surco y no tuvo buen espacio para su crecimiento y desarrollo”, comparte la emprendedora rural.
De acuerdo con una recomendación técnica desarrollada por expertos en cultivo del área de Extensión Agrícola de la Universidad Estatal de Oregón, la distancia recomendada es de 60 a 90 centímetros entre plantas en hileras, y de 2 a 3 metros entre hileras, para garantizar suficiente espacio de crecimiento y facilitar la circulación del aire, lo que además ayuda a prevenir enfermedades.
Estas recomendaciones técnicas se derivan de guías prácticas de extensión agrícola y están enfocadas en asegurar:
- Suficiente circulación de aire para prevenir enfermedades.
- Espacio adecuado para el crecimiento de las raíces y la estructura de la planta.
- Facilidad para el manejo del cultivo y cosecha.
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Aunque la frambuesa es una planta agradecida, la paciencia es clave: Durante el primer año la planta se dedica sobre todo a crecer y fortalecer sus raíces, por lo que los frutos significativos se verán a partir del segundo año. Algunas variedades, como las primocane, pueden dar una pequeña cosecha inicial en la primera temporada, pero la producción plena y de mejor calidad se alcanza después del primer año de cultivo.
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