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¿Qué sienten los gatos cuando se cambia de casa?

Aun cuando dos gatos tengan la misma edad y un temperamento similar, su reacción variará según las experiencias que hayan vivido y la forma en que se gestione el proceso de mudanza.

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La Red Zoocial
16 de agosto de 2025 - 02:00 p. m.
La ansiedad se traduce en comportamientos como marcar con orina o arañar superficies para impregnar el nuevo espacio con su olor.
La ansiedad se traduce en comportamientos como marcar con orina o arañar superficies para impregnar el nuevo espacio con su olor.
Foto: Unsplash
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El cambio de vivienda no solo es un reto para las personas: también lo es para los animales que viven con ellas, y los gatos son especialmente sensibles a estas transiciones. Entender qué sienten cuando se cambia de casa permite tomar medidas para reducir su estrés y proteger su bienestar.

Los gatos son animales territoriales. Su seguridad emocional depende, en gran parte, de reconocer y controlar el espacio donde viven. Cuando se les traslada a un lugar desconocido, pierden las referencias visuales, olfativas y auditivas que les resultaban familiares. Esto puede generarles ansiedad, miedo e incluso problemas de comportamiento.

Reacciones más comunes ante el cambio

Durante los primeros días en una nueva casa, muchos gatos muestran señales claras de inseguridad:

  • Permanecen escondidos bajo muebles o en rincones.
  • Evitan el contacto directo con las personas o con otros animales.
  • Presentan disminución del apetito.
  • Pueden maullar de forma insistente, sobre todo en la noche.

En algunos casos, la ansiedad se traduce en comportamientos como marcar con orina o arañar superficies para impregnar el nuevo espacio con su olor, una manera natural de reconquistar el territorio.

Para un gato, el olor es la herramienta principal para reconocer su hogar. En la vivienda anterior, cada rincón estaba marcado con su aroma y el de las personas con las que convivía. Al llegar a un nuevo lugar, el olor predominante es distinto, lo que le indica que no es su territorio seguro.

El sentido del oído también influye. Sonido de electrodomésticos, ecos y ruidos externos cambian drásticamente, y el gato necesita tiempo para adaptarse. Esto explica por qué algunos prefieren permanecer escondidos durante días, observando y escuchando desde un lugar protegido.

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El estrés prolongado puede afectar el sistema inmunológico de un gato y hacerlo más propenso a enfermedades, especialmente si ya es mayor o tiene condiciones médicas previas. También puede provocar problemas digestivos como vómitos o diarrea temporales.

Por eso, veterinarios y etólogos recomiendan minimizar los cambios bruscos, mantener rutinas de alimentación y juego, y ofrecerles refugios seguros dentro de la nueva casa.

¿Cómo ayudarles a adaptarse?

  1. Habitación segura: al llegar, es mejor ubicar al gato en un solo cuarto con su cama, arenero, comida, agua y juguetes, para que explore poco a poco.
  2. Objetos familiares: llevar mantas, rascadores o juguetes con su olor ayuda a crear un entorno reconocible.
  3. Tiempo y paciencia: no forzar el contacto. El gato decidirá cuándo salir y explorar.
  4. Feromonas sintéticas: algunos especialistas recomiendan difusores con feromonas que imitan las que los gatos producen al sentirse seguros.
  5. Rutina estable: mantener horarios de comida y juego similares a los de la casa anterior reduce la incertidumbre.

No todos los gatos reaccionan igual. Los más jóvenes o aquellos acostumbrados a cambios frecuentes suelen adaptarse más rápido, mientras que los mayores o muy tímidos pueden necesitar semanas. Incluso entre gatos de la misma edad y temperamento, la respuesta depende de experiencias previas y del manejo que reciba durante la mudanza.

La relación de confianza con su cuidador es un factor decisivo. Un gato que se siente seguro junto a su humano percibe menos amenaza en un cambio de entorno, porque sigue teniendo su principal referencia emocional. Esto no elimina por completo el estrés, pero sí lo reduce.

Comprender que no se trata de “mal comportamiento” sino de una reacción natural permite actuar con empatía. Preparar el entorno, mantener rutinas y darles tiempo para adaptarse son pasos clave para que la transición sea lo menos estresante posible.

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